Cómo evitar los problemas con tu perro
Con un poco de paciencia y mucho cariño podrás resolver cualquier conflicto. Sigue nuestros consejos.
Con un poco de paciencia y mucho cariño podrás resolver cualquier conflicto. Sigue nuestros consejos.
Si dejas que tu perro duerma en tu cama y se acurruque junto a ti todo el tiempo en el sillón, estarás convirtiendo a tu perro en una mascota dominante que te traerá problemas.
Aunque al principio te resulte muy difícil, es importante establecer una jerarquía y el perro debe ser el dominado.
Conductas destructivas
Los perros necesitan realizar mucha actividad física al aire libre; sin embargo, la mayoría vive en espacios pequeños y cerrados.
Una vida entre cuatro paredes resulta mentalmente asfixiante, de ahí que los perros tiendan a buscar situaciones estimulantes, como investigar lo que hay encima de un mueble o mordisquear un objeto.
Para prevenir este tipo de conductas es conveniente poner a su disposición juguetes específicos para él que podrá destruir sin ningún problema.
Los perros se expresan mediante ladridos y aullidos, y no siempre es fácil entender su significado.
Por otro lado, la intensidad y la frecuencia de ladridos y aullidos es de naturaleza genética (el terrier es ladrador, mientras que el sabueso es aullador y poco ladrador), lo que requiere mucha paciencia para controlar estas manifestaciones.
No obstante, la mayoría de las veces los perros ladran al sentirse abandonados por lo que conviene acostumbrarlos a quedarse solos desde que son cachorros.
En ausencia de otros congéneres, es una actitud bastante normal que nuestro perro intente montar todo lo que tiene a mano como nuestras piernas, algunos muebles, peluches…
Para evitar esta costumbre tan embarazosa lo mejor es proporcionar a tu mascota suficiente ejercicio para que canalice correctamente su energía.
Si sólo te limitas a hacerle caso cuando hace alguna travesura, tu perro se convertirá en un rebelde y se portará mal para llamar tu atención.
Corrige sus comportamientos negativos, pero también premia los que sean positivos.
Siempre que el perro obedezca a una orden hay que prodigarle caricias y palabras agradables.