Los cuidados básicos del gato siamés
De ojos azules, silueta elegante y piel suave, el gato siamés no se contenta solo con ser bello. También es un animal cariñoso, alegre y juguetón.
De ojos azules, silueta elegante y piel suave, el gato siamés no se contenta solo con ser bello. También es un animal cariñoso, alegre y juguetón.
Características físicas
El siamés es una de las razas de gatos más antiguas que existen. Tiene orígenes orientales; proviene del antiguo reino de Siam, lo que es ahora Tailandia. Allí era considerado un animal sagrado; se pensaba que atraía la buena suerte. Era el animal preferido de la clase social alta. No se podía comprar en ningún sitio y sólo se podía tener uno si te lo regalaban, considerándolo un regalo muy valioso.
En Europa, los primeros gatos siameses se introdujeron a finales del s XIX, como regalos para los embajadores ingleses. La raza se reconoció oficialmente en el Reino Unido en el año 1936.
Existen dos tipos de gato siamés: El Oriental y el Tradicional. El Oriental tiene la cabeza triangular y el cuerpo esbelto. El Tradicional tiene la cabeza menos alargada y el cuerpo más robusto. Podemos decir que es un animal de tamaño mediano con un cuerpo fino y esbelto y movimientos refinados.
Sus ojos son de un color azul intenso y sus orejas grandes y puntiagudas.
El pelo de esta raza es corto y denso, más oscuro en la cara, orejas, patas y cola, pudiendo tener diferentes tonalidades. (Donde están las manchas es donde tienen la temperatura del cuerpo más baja). Estas tonalidades no se notan al nacer y se definen al cabo de unos meses. Los gatos mayores tienen más acentuado el color.
- Afectuoso, colérico, emotivo, todo esto le ha valido un incomparable éxito.
- Es un gato bastante más movido y ruidoso que cualquiera de sus congéneres de otras razas. No es un compañero tranquilo. Las hembras, muy prolíficas sexualmente, son capaces de reproducirse desde los cinco meses.
- Tiene un espíritu travieso. Le encanta jugar, retozar, esconderse, subirse en un armario.
- Con él no te aburrirás jamás. Aprecia los paseos por el campo hasta el punto de no tener inconveniente en que se le coloque una correa, lo cual puede ser una buena idea para evitar las tentaciones de fuga.
- Es muy sociable y afectuoso con los miembros de la familia, capaz de adaptarse a las situaciones más variadas, con tal de que sea en compañía del ser humano. Por eso se le ha llamado el “perro de los gatos”. Su fidelidad lo ha convertido en la mascota ideal, “adicta a los humanos”.
- Es inteligente, curioso y observador. Su lenguaje es muy desarrollado y puede comunicarse con nosotros maullando con tonos diferentes para llamar nuestra atención. Con su ronroneo nos muestra complicidad y buen humor.
- Celoso y posesivo, no es un animal muy independiente y no soporta muy bien quedarse solo. Puede incluso caer enfermo si se cree relegado. De ahí viene su reputación de tener mal carácter.
- Siempre que se sienta amenazado, intentará defenderse. Aunque no suelen atacar a otros gatos, sí puede pelearse para defender el territorio.
- Duerme más de 12 horas al día. Suele estar más activo en las primeras horas de la mañana y al atardecer.
- Adora el sitio donde vive y no acepta fácilmente cambios de casa.
- Tolera bien los viajes en coche.
- El gato siamés es muy limpio y meticuloso en su higiene diaria y no necesita muchos cuidados.
- Con cepillar su pelo 2 veces por semana será suficiente.
- No es necesario que estemos pendientes de su comida porque se dosifica él mismo. Solo es preciso que pueda comer alimento seco equilibrado para gatos.
- Tiene que hacer ejercicio y hay que educarlo firmemente, pero con paciencia, evitando los gritos y las malas formas.
- Aunque, en general, tiene buena salud, si vemos que estornuda mucho, está decaído o deja de comer, debemos llevarle al veterinario, pues podría tener una infección respiratoria.
- Los gatos siameses necesitan mucho cariño y atención. Si se lo damos, pueden vivir más de 15 años.
Numerosos artistas como Josephine Baker o Charles Chaplin, los eligieron como compañeros, cautivados por su mirada, su encanto de príncipe oriental y la gracia de sus movimientos.