Sácale partido a tu DNI electrónico
Lleva con nosotros desde 2006 pero, ¿lo has usado para algo más que identificarte? Su implantación es escasa, aunque para los que detestan ir a hacer trámites y papeleo puede ser útil.
Hoy, la mayoría de la población cuenta ya con un DNI-e, es decir, uno electrónico. Éstos tienen la misma validez y características que uno tradicional, pero incorporan un chip. Esta tecnología está pensada para que podamos realizar trámites (sobre todo, los de las administraciones) de forma virtual, “y evitarte el tiempo de ir a la oficina a hacerlo”, explica Mª Jesús Tardós, coordinadora del centro demostrador del DNI electrónico del Gobierno de Aragón. Sin embargo, según el Informe eEspaña 2014 de la Fundación Orange, menos del 0,02 % de los trámites de la Administración General del Estado se habían realizado por esta vía.
El proceso para activarlo, razón de su poco éxito
Cuando te haces o renuevas tu carné de identidad te dan un sobre cerrado con una contraseña para usarlo online. Pero antes tendrás que activar los certificados digitales que vienen integrados en su chip en una de las máquinas (puntos de actualización del DNI-e) que hay en cualquier oficina de expedición de documentación. Allí también puedes cambiar tu contraseña, y tendrás que renovar el certificado digital cada 30 días porque caduca. Por último, necesitarás comprar un lector de tarjetas válido para conectar a tu ordenador (lo encontrarás en cualquier tienda o sección de informática por entre 10 y 20 €). Según Tardós, “los sistemas 7, 8 y 10 de Windows ya vienen con el software necesario preinstalado, por lo que no tendrás que hacer nada más”. Puede parecer tedioso, pero asegura que “no es nada complicado”. Eso sí, te tiene que compensar: por ejemplo, si ya estás acostumbrada a hacer casi todo online.
“Hay muchísimos servicios disponibles, especialmente de la Administración, pero también otros de carácter privado, como la banca electrónica”, dice la experta. En ese caso, en lugar de utilizar un usuario y una contraseña, podríamos manejar nuestras cuentas con la firma electrónica. Según Tardós, “si fuésemos conscientes de cuánto más seguro es este método, quizá se usaría más”.
Otras de las cosas que puedes hacer con él son, por ejemplo, ver los puntos que te quedan en tu carné de conducir, pedir un informe de multas de tráfico e incluso pagarlas, buscar trabajo en la web del Servicio Público Estatal, avanzar más rápido en la cola del control del aeropuerto (sirve como pasaporte electrónico) o pedir certificados de matrimonio, de nacimiento o de empadronamiento (hay algunos servicios que dependen del Estado, otros de las comunidades autónomas, y otros, como este caso, de cada ayuntamiento, que es quien debe disponer de él). También es posible hacer gestiones en la Agencia Tributaria, como hacer la declaración de la renta, y en la Seguridad Social, como solicitar la Tarjeta Sanitaria Europea, dar de alta a tu hijo o simular tu jubilación; “además, de una forma muy real, pues disponen de todo tu historial laboral", añade.
La última versión del DNI, la 3.0 (en circulación desde 2015), es compatible además con la tecnología NFC, por lo que si tienes un móvil con esta función no necesitarás un lector, solo la aplicación que vayas a usar (la de Hacienda, la de la DGT). Aunque habrá que esperar a que “madure”, pues de momento hay pocas funciones disponibles; la Policía ha creado varias apps de ejemplo (busca ‘NFC dni 3.0’ en la tienda) para ver nuestros puntos del carnet o nuestras multas. Para que el NFC lea la tarjeta, acércala por la parte trasera del móvil a menos de un centímetro de distancia.