Revista Mía

Consejos para tener los cuchillos en perfecto estado

Tendemos a infravalorar el papel de los cuchillos en la cocina casera y no somos conscientes de lo mucho que nos facilitan la tarea cuando están a pleno rendimiento.

En la cocina hay pequeños factores que ayudan a facilitar el trabajo diario. Es el caso, por ejemplo, de la calidad de las ollas y sartenes, y también lo es el estado de los cuchillos. Curiosamente, en pocas casas están bien conservadas las que son las herramientas esenciales para preparar cualquier plato. Y no es tan difícil hacerlo, como vamos a demostrarte a continuación.
Con cinco detalles principales que tengas en cuenta y cuides, tus cuchillos estarán siempre perfectos: una limpieza correcta, utilizar tablas de corte adecuadas, guardarlos de la manera adecuada, afilarlos periódicamente y transportarlos en su correspondiente maletín específico en caso de que sea necesario hacerlo.
Este último aspecto no es muy habitual con los cuchillos de casa salvo que seas un experto cocinero y, en ese caso, seguramente tendrás los cuchillos en perfecto estado sin necesidad de leer nuestros consejos.

Limpieza

Esponja suave, agua y una gota de detergente. Y siempre a mano, nunca en el lavavajillas. Estas son las claves para conservar bien unos cuchillos de cocina en lo que a la limpieza se refiere. El objetivo es evitar en todo momento que choquen con otros cubiertos o utensilios de cocina, de ahí que lo suyo sea secarlos a mano en cuanto los lavéis. Es muy importante, además, que no dejéis que los alimentos se peguen porque pueden manchar la hoja, así que lavadlos en cuanto los dejéis de usar.
No cortes sobre la encimera o sobre un plato porque el cuchillo se estropeará. Parece una obviedad este consejo, pero no es tan extraño que por pereza mucha gente no corte en tablas de madera de bambú, fibras de celulosa o de plástico que amortigüe el golpe de la hoja del cuchillo, que es lo adecuado para conservar los cuchillos, tardar menos tiempo y que sea más segura la acción.
De forma recurrente, dependiendo de cuánto los uses y cómo se haya deteriorado esta vez, hay que afilar los cuchillos. No escatimes en gastos: si no sabes hacerlo y no dispones de la herramienta para ello, llévalos a un sitio especializado. En casa, puedes hacerlo con afiladores manuales o eléctricos, con la chaira, que requiere práctica a la hora de conservar el ángulo de afilado, o con piedras de afilar, el método que requiere más práctica.
Del mismo modo que no queremos que se choquen cuando los lavamos o secamos, tampoco queremos que lo hagan al guardarlos, de ahí que sea imprescindible para proteger los cuchillos guardarlos de una forma apropiada.
Podéis utilizar para ello unos tacos que garanticen la separación entre cada uno si los tenéis en un cajón o los llamados bloques para cuchillos, que aunque ocupan un espacio en la cocina, estéticamente hay diseños chulos. En estos últimos, los cuchillos disfrutan de mucho espacio entre ellos y las hojas están totalmente protegidas. Una tercera opción para el almacenaje son las barras magnéticas de pared, que tienen la comodidad de estar siempre a la vista los cuchillos, aunque también cogerán más suciedad.
Como decíamos antes, seguramente nunca lo harás, pero si aunque sea tienes que hacerlo una vez, no te olvides de tener un maletín para cuchillos en función de los cuchillos que necesites transportar o por lo menos llevarlos en fundas. Estas son recomendables incluso si los transportas dentro del maletín porque así la hoja no lo dañará.
A estos consejos generales prioritarios se pueden añadir al menos tres más. Primero, utilizar cada cuchillo para su función correcta porque para eso están diseñados. De lo contrario, puedes dañarlo.
Segundo, no arrastrarlos para recoger los restos de los alimentos recién pelados o los trozos comestibles de los recién picados. El motivo, porque si usas la parte del filo para esta tarea, es muy probable que los desafiles. En todo caso, si lo haces con el cuchillo, hazlo con la otra parte, la que no está afilada, acuérdate.
Y, por último, no menos importante es dedicar los cuchillos en exclusiva para cortar alimentos. Esto es, nada de abrir con ellos bolsas, envases o incluso utilizar su punta para tareas que no son culinarias. Si no eres capaz de quitarte este hábito, deja un cuchillo viejo a mano para esto y no utilices el juego bueno porque lo puedes estropear.
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