Revista Mía

A más kilos, menos felicidad

¡Se acabó el mito! Las personas con sobrepeso no disfrutan más que las delgadas. Al contrario, sufren graves patologías asociadas.

Está demostrado: cuando sube la báscula, baja la calidad de vida.


El peso ideal es aquel que permite “tener una buena calidad de vida”, según la Sociedad Española de Medicina General y de Familia. La forma de calcularlo es hallar el Índice de Quételet o de Masa Corporal (IMC) mediante una fórmula –dividiendo tu peso en kilos por el cuadrado de tu estatura en metros–. ¿Lo has hecho ya? Pues si tu IMC se encuentra por encima de 25 puedes estar perdiendo años de vida.

Las mujeres obesas llegan a vivir hasta 8 años menos que las que están en su peso”, afirma un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association.

Otra investigación de Annals of Internal Medicine concluye: “Tener un ligero sobrepeso –3 o 4 kilos de más– acorta la expectativa de vida en 3 años”. Y según un trabajo realizado por el Centro Médico de la Universidad de Leiden (Países Bajos), basado en 15 estudios anteriores en los que participaron 58.745 personas, no sólo se vive menos, también peor.

Los resultados, publicados en la revista Archives of General Psychiatry, concluyeron que las personas obesas tenían un 55% más de posibilidades de sufrir depresión, y las deprimidas, un 58% más de volverse obesas que quienes mantenían un peso equilibrado. Desde el punto de vista médico, sólo estaría permitido algún kilo extra si estás embarazada o tomas corticoesterioides o antidepresivos, que provocan aumento de peso. En todos los demás casos, el exceso de grasa corporal es una bomba contra la salud. Estas son algunas de las patología asociadas.

La grasa aumenta la osteoporosis

El incremento de peso conlleva una mayor posibilidad de desarrollar osteoporosis. Lo confirma un estudio coordinado por el doctor Joan Quiles Izquierdo, máster en Nutrición Clínica del Servicio de Promoción de Salud de la Generalitat Valenciana, para quien “la grasa corporal está inversamente relacionada con la masa ósea”.

Las personas obesas tienen más riesgo de desarrollar osteoartritis, un trastorno que afecta a las rodillas, cadera y parte baja de la espalda. El peso adicional produce un desgaste de los cartílagos y añade más presión a las articulaciones. De hecho, un estudio de la Universidad de Monash (Melbourne, Australia) ha demostrado que la obesidad multiplica por cuatro el riesgo de necesitar, con el tiempo, una prótesis de cadera.

Según la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), las mujeres con un perímetro de cintura menor de 88 cm sufren menos accidentes cardiovasculares. Pero a partir de los 88 cm, y según va subiendo esta cifra, el riesgo se incrementa exponencialmente. La doctora Esther Zimmerman, del Institute of Preventive Medicine de Copenhague, lo dice sin rodeos: “Las posibilidades de morir de forma prematura aumentan un 10% por cada unidad más de IMC por encima de 25”.

La Heart and Stroke Foundation de Canadá lo ha asegurado tras un estudio realizado con niños de 13 años, todos obesos: “Las arterias de estos críos presentan una rigidez similar a la de adultos con enfermedad cardíaca”. Además, según la Academia Norteamericana de Medicina, “la obesidad es causa directa de algunos derrames cerebrales provocados por la obstrucción de arterias cerebrales”.

El exceso de peso es uno de los factores que implican mayor riesgo a la hora de desarrollar tumores malignos, sobre todo de pecho. La Conferencia Europea de Cáncer de Mama señala que el porcentaje de supervivencia en las mujeres obesas, tras haber padecido esta enfermedad, es muy inferior al de quienes están más delgadas.

“Perder entre un 5 y un 10% de masa corporal favorece la recuperación de la fertilidad”, explican expertos de la Unidad de Obesidad de Clínica Londres. Con sobrepeso, “la posibilidad de quedar embarazada es un 26% menor”, afirma un estudio del doctor Jan Willen van der Steeg, del Centro Médico Académico de Ámsterdam. Por su parte, tener un peso normal facilita la ovulación y mejora el síndrome del ovario poliquístico en las mujeres, y en los hombres disminuye el número de disfunciones eréctiles.

Por: Carmen Sabalete.

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