Su faceta de nadadora olímpica le permitió conocer al príncipe Alberto en 2006.
Casi un clon de Kelly
Su parecido con la fallecida princesa Grace es asombroso. Ambas rubias, de rasgos dulces y mirada sincera y tranquilizadora.
Brilla con luz propia
Ha conseguido eclipsar a Estefanía y Carolina, auténtica reina de corazones durante las últimas décadas.
Una madre entregada y feliz
La vida de Charlene ha cambiado desde el nacimiento de sus mellizos, los príncipes Jacques y Gabriella. La esposa de Alberto tiene una permanente sonrisa dibujada en el rostro y rebosa alegría por cada poro de su tersa y pálida piel
La futura Grace Kelly
Ha dado un golpe de fuerza sobre la mesa y se siente la única protagonista de su vida y de su destino. Sabe que ahora nadie puede cuestionar la labor que ejerce ni el lugar que ocupa. Ella es la auténtica heredera de Grace Kelly y está dispuesta a luchar por su lugar.
Amor por doquier
Está tan unida a su marido que no duda en hacer planes de todo tipo junto a él, no solo oficiales. Esta imagen de los dos cantando con las manos entrelazadas simboliza a la perfección su unión.
Los colores crema, sus preferidos
Su belleza serena apenas necesita accesorios. Por eso, a la hora de vestirse prefiere looks básicos en colores pastel o con discretos estampados. Prefiere los cortes de pelo estilo bob, con el cabello siempre peinado hacia atrás y el rostro despejado.
Discreta sin igual
Su parecido con la fallecida princesa Grace es asombroso. Ambas rubias, de rasgos dulces y mirada sincera y tranquilizadora, Charlene ha sabido ganarse el corazón de los monegascos con su actitud día a día. Discreta y sencilla hasta casi rozar el exceso, la princesa siempre se mantiene en un segundo plano respecto a su esposo.
La esperanza de la corte monegasca
Su llegada a Mónaco supuso rayo de esperanza para el Principado. Pocos creían ya que el Alberto II fuese a contraer matrimonio, y menos aún confiaban en que fuese capaz de proporcionar un heredero a la dinastía Grimaldi. Las malas lenguas especulaban incluso con ya a los hijos de Carolina como única esperanza para el Principado.
Querida por todos
Charlene se ha sabido ganar el cariño y simpatía de todos por su solidaridad.
El día más feliz de su vida
En 2011 Se anunció el compromiso entre el Príncipe Alberto y la nadadora. La boda, celebrada en julio de 2012 fue uno de los acontecimientos más importantes del año. Sin embargo, y aunque Charlene lució un espectacular vestido de Valentino, sus ojos empañados en lágrimas por la emoción hicieron saltar todas las alarmas y hubo quien creyó que la futura princesa estaba triste.
Enamorados desde el primer día
Llegó a la vida de Alberto de Mónaco como una brisa de aire fresco. Un viento cálido y tropical que soplaba directamente desde el continente africano.