10 Falsos Mitos Sobre tu Salud Laboral
La mayoría de las bajas laborales en España se deben a patologías musculares, respiratorias o vasculares, a la ansiedad causada por el estrés y a la depresión. Si quieres no ser víctima de las estadísticas...
La mayoría de las bajas laborales en España se deben a patologías musculares, respiratorias o vasculares, a la ansiedad causada por el estrés y a la depresión. Si quieres no ser víctima de las estadísticas y minimizar los riesgos, aprende a cuidarte (también en el trabajo) de la forma adecuada. Para ayudarte, desmontamos algunas de esas falsas creencias, muy extendidas, que sólo sirven para empeorar tu salud laboral. ¿Te pasas el día (en la oficina) bebiendo agua sin parar, con el humidificador encendido y poniéndote lágrimas artificiales porque crees que es lo más saludable? Pues no. Es hora de desterrar estas y otras ideas erróneas y falsos mitos:
1. Trabajar con mucha luz cansa menos la vista. Al contrario, el exceso de luminosidad puede aumentar la fatiga ocular a lo largo del día. Si tu mesa está cerca de una ventana, coloca la pantalla perpendicular a ésta (nunca de frente ni de espaldas), para evitar deslumbramientos. Si no es posible, baja la persiana para dejar la zona en penumbra y enciende la luz. Tanto si los focos están en el techo como si utilizas una lámpara de mesa, procura que la luz incida directamente sobre el área de trabajo y no sobre los ojos o sobre la pantalla. El color también es importante: la opción más relajante para la vista es el fluorescente con luz blanca cálida o neutra.
2. Para lubricar el ojo, hay que usar lágrima artificial a diario. Hazlo sólo cuando lo necesites, no por sistema. “Por muy parecidas que sean a nuestras lágrimas, las artificiales no tienen el mismo poder lubricante, y con el tiempo pueden causar irritaciones”, indica un estudio del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza. Además, es recomendable usar las que no llevan vasoconstrictores; estos disminuyen el tamaño de los vasos sanguíneos en la parte blanca del ojo (esclerótica) y, a largo plazo, producen mayor sequedad.
3. Escuchar música con cascos ayuda a concentrarse. Pero no siempre. “Es un recurso que sólo debería usarse durante 60 minutos al día y a un volumen moderado”, recomienda el servicio de Otorrinolaringología del Hospital Donostia. La música ambiental puede ayudar a concentrarnos sin dañar los oídos.
4. Hay que hacer una pausa y desconectar cada 2 horas. Pues no. Siempre es mejor descansar cada vez que termines una pequeña tarea que andar con el reloj en la mano, interrumpiendo tus actividades con una periodicidad fija. “Son preferibles descansos más cortos y frecuentes (ir al baño, llenar la botella de agua, estirar las piernas...) que hacer uno o dos largos durante la jornada”, señala la doctora Silvia Nogareda, ergónoma del Centro Nacional de Condiciones de Trabajo.
5. Llevarse el trabajo a casa produce ansiedad. Depende. Si no te ha dado tiempo a cumplir con alguna tarea en la oficina y terminarla en casa va ayudarte a encarar la jornada laboral del día siguiente de forma más relajada, ni te lo pienses. El estrés producido por la falta de tiempo para poder cumplir con nuestro cometido profesional es la dolencia que más afecta a los trabajadores (al 75%, según el Observatorio de Riesgos Psicosociales de UGT), “y en la mayoría de los casos viene motivada por un ritmo de trabajo desenfrenado”, explica el doctor Alfredo Ribelles, vicepresidente de la AEEMT.
6. Tres o cuatro cafés al día te ponen las pilas. Eso es lo que parece, porque el café te excita momentáneamente, pero luego te quita energía y produce un ‘bajón’ en los niveles de atención. Si te cuesta arrancar por las mañanas y quieres mantenerte bien despierta, sustituye el café por tres tazas de té verde.
7. Los mejores asientos son los mullidos y reclinables. Para nada. Olvídate de ellos y hazte con una silla rígida, que tenga un respaldo regulable y con una ligera forma de S, para que se adapte mejor a la columna y sostenga la zona lumbar. “Si no tienes que pasar mucho tiempo sentada frente a un ordenador, prueba con los asientos tipo japonés (sin respaldo), que a la larga protegen mejor la espalda”, afirman en la Asociación Americana de Ergonomía.
8. Conviene beber mucha agua durante la jornada laboral. Hay que hidratarse, sí, pero en pequeñas cantidades y durante todo el día, no darse el atracón en la oficina y luego no probar un sorbo cuando salimos. Y cuidado con la cantidad: “Beber más de tres litros es tan perjudicial como tomar poca”, afirma el nutricionista Adolfo Lozano; a través de la orina se eliminan minerales como el magnesio, el calcio o el potasio, básicos para el organismo.
9. Evita el aire acondicionado, es un nido de microbios. No es cierto, los sistemas actuales purifican el ambiente porque tienen unos potentes filtros que limpian las partículas en suspensión, que son dañinas para nuestros pulmones.
10. Utiliza un humidificador para mejorar el ambiente. ¡Craso error! Te contagiarás fácilmente con virus, porque estos se transmiten mejor en un medio húmedo. Si el ambiente es seco, utiliza un humidificador pequeño, de poca potencia, y úsalo sólo 20 minutos al día.
Las cifras:
Los europeos trabajamos una media de 39,7 horas semanales, lo que supone 1,6 horas más de lo que las autoridades sanitarias consideran recomendable”, señalan en la Agencia Europea para la Salud y Seguridad en el Trabajo, lo que aumenta las posibilidades de padecer alguna enfermedad ‘profesional’. “En España se producen al año alrededor de 80.000 patologías de este tipo, pero sólo se declara un tercio de ellas”, señala Antonio Iniesta, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT).
¿Qué me pongo para trabajar?
-Como vamos a pasar muchas horas con la misma ropa (y la mayoría de ellas, sentadas), la norma básica es no utilizar prendas muy ajustadas que opriman las piernas o el abdomen. Así que, aunque te sientas más cómoda con el pantalón, recuerda que las faldas suelen quedar más sueltas y dejan que la circulación de retorno funcione mejor. “Cuidar ésta es básico para evitar trombosis, formación de varices y hormigueos”, dice la Asociación Española de Ergonomía.
-En cuanto al maquillaje, también es importante prestarle atención. Si no te maquillas habitualmente porque crees que llevar maquillaje tantas horas reseca tu piel, estás equivocada. Una fina capa de este cosmético te protegerá de los agentes ambientales que dañan tu epidermis. Si es posible, úsalo con índice de protección solar superior a 20. En cuanto a las uñas, no renuncies a pintarlas. “Si llevan una capa de endurecedor, protegerás los dedos de la fricción con las teclas del ordenador”, señalan responsables de Nails Company.