Plantas llenas de vida
Conseguir plantas saludables es fácil, pero mantenerlas siempre así, no tanto. Todo es cuestión de saber cómo actuar.
Cualquiera sabe que las plantas necesitan agua, luz y alimento para crecer, además de tierra suficiente, pero cuando se ponen mustias y empiezan a parecer enfermas no sabemos bien qué hacer y muchas veces lo que conseguimos es empeorar la situación. Aquí tienes algunos apuntes sobre qué hacer... y qué no.
¿OTRA VEZ AGUA?
Algunas personas piensan que, en cuestión de plantas, el agua lo arregla todo: si está alicaída, agua; ¿se pone amarilla?, agua; se le caen las hojas... más agua, y lo que se consigue es pudrir sus raíces y dar lugar a hongos y otras enfermedades. Si una planta parece enferma, antes de abrir el grifo conviene observarla, porque tal vez sólo necesite algo más de luz, un poquito de abono, una maceta más grande, o la esté atacando alguna plaga. Así que, antes de hacer nada, investiga.
FERTILIZA, PERO NO CURA
Otro de los errores más comunes es considerar los fertilizantes como medicamentos. Los primeros sirven para proporcionar a las plantas nutrientes para que creen sus alimentos, pero esto puede ser contraproducente en una planta enferma o atacada por alguna plaga. Una planta débil que recibe fertilizante en exceso lo que crea son tejidos, hojas y ramas también débiles que sirven de alimento a plagas y hongos.
LO PRIMERO: PODAR
Si alguna de tus plantas presenta malformaciones u hongos o se ve ‘pocha’, comienza con una buena poda. Esto servirá para encontrar entre esos restos la causa que la está atacando y también para que la planta respire mejor y comience a echar ramas y hojas más saludables. Es importante continuar con los riegos regularmente y seguir observando cómo evoluciona.
ASUNTOS EXTERIORES
No siempre los problemas están en la propia planta. Si ves que algo le pasa y al revisarla no logras dar en el clavo con la solución, piensa que tal vez el problema esté en el terreno: muchos de los achaques que sufren las plantas están en la tierra. No son enfermedades, sino carencias o excesos en el sustrato. Las diferentes especies requieren distintos tipos de terreno: los cactus los prefieren arenosos, a las plantas tropicales les gustan más arcillosos... De la composición de la tierra dependerán el nivel de humedad, el drenaje o la retención de nutrientes. También hay que remover la tierra de vez en cuando para que las raíces reciban oxígeno.
CONTAR HASTA DIEZ
Lo cierto es que si una planta amarillea puede deberse a varias causas como falta de luz, de nutrientes o de espacio para crecer; lo mismo sucede con otros síntomas como las hojas que se caen, y como la mayoría de nosotros no somos expertos lo aconsejable es no actuar impulsivamente, observar y obtener información antes de tratar alguna planta. A medida que la vayas ‘estudiando’, sabrás entender qué le sucede y qué necesita para recuperarse.
Por Elena Gómez