Trucos 'anti-kilos'
Consejos para evitar el picoteo, controlar la ansiedad y disfrutar de la comida. ¡Toma nota!
¿Es posible conseguir una buena figura sin pasarse la vida de dieta en dieta? Sí. ¿Y permitirse algún capricho sin sentirse culpable? También. Tan sólo necesitas fuerza de voluntad, ganas de sentirte bien y constancia.
Cuidado con los antojos
Se dice que si tienes el deseo irrefrenable de comer algo, es porque tu organismo lo necesita. Pues bien, esto es falso. No hay ninguna demostración nutricional que lo demuestre. Vigila esos antojos porque puede que, simplemente, se deban a aburrimiento, estrés o preocupaciones.
Es la comida que rompe el prolongado ayuno de la noche y, por lo tanto, la más importante de la jornada. Si te empeñas en desayunar poco y mal, cometes un grave error que le pasará factura a tu salud... y a tu silueta. El mayor consumo energético se produce por la mañana, por lo que si no has comido lo suficiente a primera hora será más fácil que caigas en la tentación del picoteo o, peor aún, que llegues hambrienta a la hora del almuerzo y te pegues un atracón cuando te sientes a la mesa.
Está demostrado: para mantener el peso, y también para adelgazar, hay que comer menos cantidades y con más frecuencia, siempre que no se disparen las calorías. Lo ideal es hacer cinco comidas diarias: tres principales (desayuno, comida y cena), un tentempié a media mañana (fruta o yogur desnatado) y una merienda ligera (una tosta integral con una loncha de fiambre de pavo y un zumo natural).
Las sopas, cremas y otras recetas a base de verduras, hortalizas o frutas se caracterizan porque contienen mucha agua, y eso hace que se necesite ingerir menos cantidad para sentirse saciado. Es posible conseguir el mismo efecto bebiendo, justo antes de comer, un vaso de agua, que no tiene calorías.
Prueba a servirte el almuerzo o la cena en una bandeja en la que apenas haya espacio para un par de platos, y no muy grandes. De esta forma, podrás saber con exactitud lo que tomas. Está demostrado que el tamaño de la vajilla influye en la cantidad de alimentos que se ingiere; si utilizas platos más pequeños (los de postre son estupendos), te resultará más fácil ajustar las raciones.
Si, parece absurdo, pero si comes en otra habitación de la casa, como la cacerola o la sartén se quedan en la cocina, evitarás la tentación de repetir.
Estar entretenida y disfrutar de la preparación te ayudará a controlar el hambre. Además, procura hacer platos apetitosos y bonitos a la vista. Nada de dos hojas de lechuga y un tomate. Haz una ensalada bonita, con frutos secos, trocitos de queso fresco, canónigos y tomatitos cherry. En cuanto a los alimentos a la plancha, aderézalos con un poco de perejil, sésamo o verduras.