Revista Mía

Mitos y verdades sobre los cutis grasos

Exceso de brillo en ciertas zonas, puntos negros o incluso granitos y poros dilatados, son algunas de las características de los cutis grasos.

Exceso de brillo en ciertas zonas, puntos negros o incluso granitos y poros dilatados, son algunas de las características de los cutis grasos. Te mostramos algunos mitos y verdades sobre ellos.

Hay características muy concretas que pueden definir un cutis graso

Verdadero. La más clara es que una piel grasa brilla siempre, y esto se debe a que las glándulas sebáceas, responsables de proteger y lubricar la epidermis, funcionan a un ritmo más fuerte de lo normal.

La frente, la nariz, la barbilla e, incluso, las mejillas tienen un aspecto graso que las cremas y las bases de maquillaje apenas pueden disimular.

Además, la sobreproducción sebácea, en contacto con la suciedad ambiental, provoca frecuentemente espinillas y granitos que traen de cabeza a quien los padece.

Si es tu caso, antes de tratar tu piel, puedes hacer una prueba que desvelará si tu cutis es graso o si, por el contrario, es víctima de un exceso de transpiración:

Aplícate una hoja de papel de fumar sobre la frente 20 minutos después de la limpieza. Presiona un poco y sepáralo. Si la mancha desaparece, se trata de sudor, pero si subsiste, es la prueba irrefutable de que tu piel es grasa.

Verdadero. La limpieza es imprescindible en el caso de los cutis grasos. Los poros necesitan respirar y para que puedan hacerlo correctamente es necesario liberarlos de la grasa que los obstruye.

Debes limpiar tu piel dos veces al día: una por la mañana, para retirar las secreciones que se producen durante la noche, y otra antes de acostarte, para eliminar el maquillaje y la suciedad acumulada durante el día.

En cuanto al producto adecuado, el mercado te ofrece múltiples posibilidades. Elige la fórmula adaptada a tu problema y la textura que más te guste.

Falso. Aunque el alcohol elimina el exceso de grasa de forma inmediata, irrita las glándulas sebáceas, con lo cual la grasa vuelve a aparecer al cabo de unos minutos.

Los tónicos con alcohol solo son aconsejables en caso de acné o granitos infectados.

Si tu cutis es simplemente graso decídete por un tónico a base de principios activos naturales como menta, hammamelis, flor de saúco, etc., que además de calmar y proporcionar una sensación muy refrescante, cierran los poros abiertos.

Falso. Las glándulas sebáceas cubren las necesidades nutricionales de las pieles grasas. Sin embargo, también ellas sufren los efectos nocivos del sol, el aire, el viento o el frío y, al igual que las demás, se deshidratan.

El mercado cuenta con toda una nueva generación de cremas, sueros y fluidos desprovistos de cuerpos grasos pero ricos en principios activos hidratantes. Aplicadas por las mañanas, después del tónico, protegen la piel durante todo el día proporcionándole el agua que necesita.

Utilizadas por la noche de forma constante, regulan la secreción de las glándulas sebáceas.

Verdadero. Una piel grasa se nutre de una forma natural y no necesita ningún aporte extra.

Las cremas nutritivas, ricas y untuosas, son mal absorbidas por un cutis graso, con lo cual parte del producto quedaría en la superficie obstruyendo los poros y aumentando los depósitos grasos. Lo ideal es utilizar un suero ligero para restaurar las células o como suplemento de una hidratación extra.

Verdadero. A condición, eso sí, de que se utilicen los productos perfectamente adecuados a las características de las pieles grasas. De lo contrario, ambos productos pueden alterar la película hidrolipídica y, como consecuencia, provocar un exceso de producción sebácea, es decir, justo lo contrario de lo que se pretendía.

Si eliges las mascarillas y exfoliantes adecuadas, podrás utilizarlas una o dos veces por semana.

Verdadero. A las pieles grasas le van especialmente bien los polvos compactos porque se extienden perfectamente, igualan el tono de la piel, la hidratan y protegen y retrasan la aparición de brillos.

Si, además, después de los polvos compactos, te das una ligera pasada de polvos sueltos, tu aspecto será perfecto.

Verdadero. Esto se debe principalmente a que son más gruesas y resistentes, se broncean fácilmente y no suelen sufrir eritemas.

Sin embargo, esto no quiere decir que puedan tomar el sol sin ningún tipo de protección porque, aunque en un principio, la acción de los rayos solares pueda disminuir las secreciones sebáceas, tomado en exceso, el sol puede provocar el efecto contrario, además de deshidratar la piel.

Si hay una piel que refleje de forma más directa y rápida los malos hábitos alimenticios, esa es la piel grasa.

Excluye de tus comidas:

Grasas: renuncia a las de origen animal, embutidos y salsas.

Estimulantes: cuidado con el café, el té y las sustancias picantes porque irritan la piel y alteran su equilibrio.

Debes seguir una dieta rica en frutas, verduras frescas y cereales y pobre en proteínas animales.

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