Brad Pitt paraliza Las Palmas con su nueva película

El actor Brad Pitt llegó a Gran Canaria el pasado jueves 19 de mayo para rodar la película 'Allied', bajo la dirección de Robert Zemeckis.

Hasta el domingo, han tenidos tres días muy intensos de rodaje en los que se han mantenido fuertes medidas de seguridad por parte de la superproducción norteamericana.

La isla se ha revolucionado con la presencia de la estrella del celuloide, quien en esta ocasión no ha venido con su esposa, Angelina Jolie, y sus seis hijos.

Su estancia era corta, por lo que ha venido el solo y se ha alojado en el mismo Hotel Santa Catalina en el que se hospeda el resto del equipo.

Pitt no defraudó a sus admiradores a los que saludó en varias ocasiones, demostrando su gran simpatía y naturalidad. Esto fue mientras paseaba por el set de rodaje, al término de la grabación de una escena, en la que se le vio vestido con un traje de color gris y sombrero a juego, estilo años 40, pues el filme está ambientado en esa época durante la II Guerra Mundial.

Gran Canaria se ha transformado en un gran plató de cine, pues además de Pitt también se encuentra la estrella francesa Marion Cotillard y unos 600 extras entre ellos muchos oficiales alemanes y muchos hombres vestidos con túnicas.

No han escatimado en gastos y han hecho explosiones tan reales que algunos coches han quedado destrozados y se los han tenido que llevar en grúa. Otros han sido traídos especialmente para esta película para recrear el ambiente que se vivió en Casablanca en los 40.

Pitt y Cotillard se han metido en los papeles de Max Vatan y Marianne Beausejour respectivamente, dos espías en una misión mortal en la II Guerra Mundial. Además de aventura, también habrá escenas de amor, pues vivirán un apasionado romance en la romántica Casablanca.

Se han cuidado todos y cada uno de los detalles de esta superproducción norteamericana para que la isla canaria parezca Casablanca. Tanto es así, que unos operarios llevan días en la isla trabajando en el cambio de las calles, transformando plazas, poniendo carteles en árabe, mobiliario típico de Marruecos y edificios pintados para recrear la época y el lugar.

El rodaje se realiza bajo fuertes medidas de seguridad, pues no quieren que se sepa nada ni se obtengan imágenes de la filmación. De hecho, algunas de las personas involucradas en el rodaje, aseguran que a los vecinos les han pagado para que no miren ni abran las ventanas, después de duras negociaciones que han durado meses.