Granada se paraliza con la boda de Alejandro Santo

Ni Colombia ni Inglaterra. Íllora, una pequeña localidad granadina de diez mil habitantes, fue el escenario escogido para celebrar la ya conocida por todos como la boda del año, la de Charlotte Wellesley y Alejandro Santo Domingo. Ella es la cuarta hija del duque de Wellington y él, el segundo hombre más rico de Colombia.

Todo el pueblo se volcó con el evento. Había montado un operativo de seguridad muy bien organizado por los diferentes cuerpos, con vallas para la llegada de novios e invitados. A las puertas del templo y en las calles colindantes se agolparon gran cantidad de gente, que desde las doce del mediodía ya estaban con sus sillas instaladas para no perderse detalle.

La novia llego hasta la iglesia del brazo de su padre, el duque de Wellington. Ambos protagonizaron una de las anécdotas del día cuando el viento hizo que el velo de la novia tapara también el rostro del Duque. Ambos se tomaron con humor la mala pasada del tiempo.

Del excelente sol que iluminaba la mañana surgieron nubes grises que desembocaron en lluvia y viento. Entre los invitados más ilustres se encontraba nuestro rey emérito Juan Carlos I, que llegó acompañado y escoltado.

Juan Carlos I, llegó hasta la iglesia de Íllora por su propio pie, pero ayudado de su particular muleta. Y es que sus problemas de cadera le han hecho imprescindible el uso de ella en su día a día. Lució muy elegante con un traje oscuro y una corbata azul celeste muy juvenil.

Camila de Cornualles fue una de las primeras invitadas en llegar. Lo hizo bajo el paraguas y luciendo un vestido amarillo claro de volantes en la falda. Ella fue una de las primeras que sufrió el temporal que asolaba Granada.

Tras la ceremonia, Juan Carlos I y Camila de Cornualles abandonaron la iglesia juntos. Les vimos conversando tranquilamente, quizás hablando de cómo fue el enlace. Ambos saludaron a la gente que allí se congregó y les aclamaba entre aplausos y vítores.

La duquesa de Cornualles se mostró muy contenta de estar en España y concretamente en la boda de Charlotte Wellesley y Alejandro Santo Domingo, a pesar de que acudió sin Carlos de Inglaterra.

Entre los asistentes destacaron Andrea Casiraghi que asistió junto a su mujer Tatiana Santo Domingo. Ambos llegaron cual enamorados hasta la iglesia de la Encarnación, donde fueron testigos del 'sí, quiero' de la pareja.

También pudimos ver a Eva Herzigová con su marido, Gregorio Marsiaj. El resto de los más de 300 invitados accedieron a la zona en autobuses y tuvieron que subir la empinada calle hasta la puerta lateral del templo, ya que la principal se encontraba inhabilitada por peligro de derrumbe.