Nos colamos en la casa de Alaska y Mario
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La casita azul
La pareja más trasgresora de la historia estrena casa en plena Gran Vía y vecina a la que ya tenían. La hacen llamar la casita azul y está pensada para recibir a sus amistades y familiares, para dar meriendas y cenas. Y es que según afirmó Mario Vaquerizo, "las casas se compran para compartirlas, vivirlas, decorarlas". Además, ahora cuentan con un espacio mucho más grande distribuido en un comedor, cocina, salón y una gran biblioteca.
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Un salón de Las Vegas
Mario y Alaska han querido recrear en el salón de su casa el famoso local Pepermeal de Las Vegas que conocieron cuando se casaron allí y que les dejó impactados. Ahora pueden disfrutar de esta réplica junto a sus amistades, ya que según nos afirman es la parte más social de su nuevo hogar.
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Una casa sin dormitorios
"Siempre se quedan todos por la moqueta", nos confiesa Alaska. Y es que según nos explicaron, la razón de no poner dormitorios es para evitar la tentación a sus visitas de quedarse a pasar la noche, aunque a veces terminan durmiendo sobre la moqueta o el sofá.
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Dos casas en el mismo edificio
Buscaron la casa a través de un portal web de viviendas y resultó ser el piso de arriba el que estaba en venta. Como la pareja cuenta con el tiempo justo para desplazarse debido a sus obligaciones profesionales, decidieron comprarla y darle un uso diferente a su conocida casita rosa. "Es como nuestra expedición dentro del mundo bloque", explicó Mario Vaquerizo, que rehúsa la idea de comprar una casa en el campo.
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Un reflejo de ellos mismos
Cada una de las partes de la vivienda está hecha al gusto y semejanza de la pareja, que han coincidido en todo momento para decorarla, por eso serían incapaces de decir cuál es la parte que menos les gusta de ella. Mario aseguró que "es un reflejo de lo que representamos uno para el otro" y que ha sido un reto que han disfrutado juntos.
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Una casa totalmente reformada
Una de las prioridades indispensables para comprar la casa era que necesitase una reforma: "Somos un poco como los de la película 'Esta casa es una ruina'. Es lo que nos divierte", aseguró Alaska. La pareja además confirma que la tecnología les ha ayudado mucho a la hora de conseguir sus objetivos y el estilo deseado, aunque confiesan que han tardado dos años y medio en tenerla lista.
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Nancy, un plan de futuro
Mario Vaquerizo asegura que le encantaría adquirir todo el edificio, aunque por el momento se tendrá que conformar con tener dos de las viviendas del mismo. "Me encantaría conseguir todo este edificio y llamarlo Villa Nancy y poner un neón", aseguró y además añadió, "en la portería pondríamos como el jardín de perros y entonces ahí tendríamos a Bambi, la Jopi, el Jou…eso es muy bonito".