Cómo maridar los platos de otoño: 13 vinos para 13 recetas de temporada
Las ensaladas empiezan a dejar paso a las cremas, sopas y guisos; y lo mismo ocurre con los vinos: cuando empieza el fresco, empiezan a apetecer los vinos con cuerpo.
Los vinos son atemporales; y como en todo, dependen de los gustos, pero para cada ocasión hay uno ideal. Es como los recipientes: está claro que, seguramente, no tengas en casa toda la colección de copas que existen y nunca has dejado de beber. Puede que tú no notes la diferencia porque te adaptas a lo que tienes, pero eso no quiere decir que no exista una copa más adecuada para cada tipo de vino, o cualquier otra bebida. Con los maridajes, pasa lo mismo. Si bien en primavera y en verano apetecen vinos blancos y rosados, más afrutados, ligeros, frescos, que contrarresten el calor del ambiente, pasa lo mismo con el otoño, una época de paso al frío recio del invierno. Con el fresquito, empiezan a apetecernos vinos con más cuerpo, o sencillamente empezamos a comer platos más contundentes y calóricos a los que acompañan mejor otro tipo de vinos.
Los platos, la temperatura ambiente y también la compañía, influyen a la hora de elegir la bebida. Luis Lechuga, CEO de turismodevino.com, advierte que, en esta temporada, empezamos a tomas más platos de cuchara, “que son elaboradas pensando en grupo, normalmente preparadas para un buen número de comensales que se reúnen en torno a una mesa”, dice, y esta manera de plantearlo ya pide a gritos abrir una botella de vino.
Aunque aún no hace tanto frío, ya vamos preparándonos para uno de los alimentos imprescindibles de la temporada otoño-invierno, las legumbres. Los expertos de la plataforma de turismo enológico nos recomiendan qué tipo de vino es el perfecto para maridar con éstas, así como con otros ejemplos de platos típicos de estos meses, como las setas, la crema de calabaza o de castañas (sólo con leer sus nombres ya se nos viene a la cabeza el otoño, como ocurre con las pasas, los dátiles o la granada).
Como decíamos, puede que no abras una botella de vino cada día y, aunque lo hicieras, puede que no seas un experto y te muevas más por intuición o por gustos a la hora de elegir el vino con el que acompañarás la comida; pero como seguramente vayas a comer estos 13 platos en los próximos meses, invitar a amigos a comer a casa o celebrar algún evento familiar, te lo ponemos fácil para acertar y hacer disfrutar a todos al máximo de los sabores.
Crema de castañas
Una crema o sopa de castañas es perfecta para acompañar de un amontillado de Jerez. Aunque, si lo que quieres es acompañar una carne de un puré o una crema de castañas, te recomendamos cambiar a un tinto reserva en el que la madera no esté muy presente. ¡Pregunta en la bodega!
Setas
Las setas permanecen en el campo de manera efímera, y el vino destaca por su capacidad de reposar y envejecer en el tiempo. Este contraste puede resultar maravilloso en algunas ocasiones. Por ejemplo, unos boletus con un vino blanco que haya sido criado en barrica de roble. Por ejemplo, un verdejo o un blanco de la variedad Viogner. Si eres más de tinto, elige uno que no tenga excesivo cuerpo.
Consomé
Un maridaje clásico para este plato, servido normalmente como primer plato caliente, es el oloroso seco de Jerez o vinos de Málaga, Montilla o el Condado de Huelva.
Estofado
Elaborar un estofado con un vino de mala calidad es claramente un error. Elige uno bueno y, para acompañar, uno similar pero incluso mejor, y más contundente para poder "competir" con el sabor del estofado. Un maridaje famoso es el de vinos de borgoña con el estofado de la zona, el ‘boeuf bourguignon’. Para estofados como este, prueba con un reserva de Toro.
Crema de calabaza
Los platos con calabaza suelen ir bien con vinos blancos ligeros. Sin embargo, hay otros platos estupendos para esta temporada, risotto con calabaza, al que -especialmente si le añadimos nata- le va bien algo más contundente, ya sea con una variedad blanca como la Chardonnay con bastante cuerpo, o bien optando por un tinto que no tenga excesiva crianza (un roble, por ejemplo).
Marmitako de salmón
Elige marmitako de salmón, porque esta no es temporada de bonito ni de atún. La pinot noir es una variedad tinta para acompañar platos de salmón. "Es una pena que apenas haya bodegas españolas que la elaboren y que resulte complicado encontrar vinos de pinot noir", dice el experto. En su ausencia, opta por un tinto crianza del Bierzo elaborado con uva de la variedad mencía.
Sopa de ajo
Sus ingredientes (huevo, pan, ajo, jamón) nos piden acompañar esta receta con un vino tinto joven, aunque una buena opción puede ser también un blanco con cuerpo como los de uva chardonnay.
Migas con uvas
Este plato castellano es un plato pesado, por lo que te rcomendamos aligerarlo con un blanco que tenga cierto cuerpo, pero que acompañe a las uvas de la preparación. Un blanco de Rueda fermentado en barrica o algún coupage que incluya malvasía puede resultar perfecto.
Mejillones al vapor
Nada mejor que un vino blanco seco para acompañar unos mejillones al vapor. Os recomendamos un blanco de uva viura de Rioja.Si quieres saber cómo preparar bien los mejillones, te lo contamos aquí.
Cocido
La preparación del cocido depende de la zona donde nos encontremos. Pero su base de carne y su contundencia requieren un vino tinto. Debido a que la legumbre es el elemento estrella del plato, este no debe tener demasiada crianza en roble, sino que debe ser uno de cuerpo medio. Para un cocido madrileño, los expertos recomiendan "un tinto de Madrid con 12 meses de barrica" y si estás frente a un cocido maragato, "un tinto del bierzo con similar crianza”.
Tajine
El tajín es como la versión árabe del cocido (de hecho, es el ancestro de nuestro plato) pero con mucho peso de las especias. Esta particularidad requiere vinos con algo de complejidad, pero que sigan siendo frescos para contrarrestar el efecto de las especias. Un rosado de Navarra puede ser la opción perfecta.
Fabada asturiana
La sidra de su tierra es un buen acompañante para este plato. El chorizo y el pimentón hacen que no resulten aconsejables los tintos más potentes, por eso es mejor optar por blancos envejecidos en barrica o con un espumoso seco.
Membrillo con queso
Y de postre... ¡Nuestro favorito de esta temporada! Membrillo con queso. nLo que más le va es un vino dulce. "Muchos Sauternes o Barsacs franceses tienen sabores que nos recuerdan al membrillo", dice Lechuga. Sin embargo, "estos vinos no están al alcance de todos los bolsillos, por lo que os aconsejamos probar con algún tinto dulce de Jumilla o Yecla, más económicos y que van igualmente bien". ¡Que disfrutes!