
¿Cómo frenar la flacidez corporal?

El descenso de la actividad hormonal, el sobrepeso... hacen que el vientre se expanda.
Cosmética de apoyo. Busca un remodelador. Repártelo con movimientos ciculares en el sentido de las agujas del reloj y no te cortes, aumenta la presión en cada vuelta.
Endurece con... “Clases que reeduquen la pared abdominal, como core training, Pilates y GAP (un entrenamiento específico para glúteos, abdominales y piernas)”, dice Anna Santidrian, expert line Coordinator de los gimnasios Homes Places.
Tratamiento. La Dermofibroplastia (99 €, sesión) es una técnica de reestructuración sin cirugía. “Se emite una energía que provoca una contracción flash de los septos fibrosos; se suele combinar con mesoterapia, unas infiltraciones (60 €, sesión) que mejoran la calidad de la piel”, dice Natalia Vaquero, responsable de atención al paciente de Clínicas Zurich.
La opción quirúrgica. “Extirpa grasa y piel excedente y recoloca el faldón abdominal mediante una abdominoplastia”, precisa la doctora María Rosa García Maroto de Clínica de la Fuente. 8.000 €.
Por: Sonia Coronel.

Según el quiropráctico y gurú de la alimentación sana Ata Pourami, “para asegurar unos correctos niveles de colágeno hay que elegir nutrientes que alimenten la belleza”. ¿Cuáles? Aquellos que contienen vitamina C, alimentos antioxidantes (cebollino, granada, achicoria...) y los que son ricos en aminoácidos que ayudan a ganar músculo: glicina, presente en huevos, gelatinas, atún...; arginina, contenida en el cacao, los anacardos..., y prolina, disponible en remolacha, calabaza y castaña.

“En esta zona, la capacidad de retracción de la piel es mínima y un adelgazamiento brusco, el aumento de los compartimentos grasos o la pérdida de masa muscular hacen que caiga y/o acumule grasa”, precisa la doctora María José Crispín, de Clínica Menorca.
Cosmética de apoyo. Acude a fórmulas que contengan activos tensores: silicio orgánico, DMAE (dimetilaminoetano), vitamina E... Y sé regular en su aplicación. “Date la crema con un masaje enérgico y ascendente que vaya desde el codo y llegue hasta la axila”, dice Álvarez.
Endurece con... ejercicios funcionales que impliquen brazos y piernas a la vez. ¿Un ejemplo? “Las clases de global training o body pump”, dice Santidrian.
Tratamiento. Cuando hay descolgamiento y adiposidad, se inyecta hidroxiapatita cálcica. “Una sustancia biocompatible que retrae la piel que cuelga”, explica la doctora García Maroto. Tratamiento, 800 €.
La opción quirúrgica. Una braquioplastia: así se denomina la cirugía que elimina las ‘alas de murciélago’. “Se retira tejido y grasa y los pliegues se recogen, quedando la cicatriz bajo la axila”, dice el cirujano Moisés Martín Anaya. Desde 3.000 €.

Aunque el glúteo es el músculo más potente que posee el cuerpo, también cede.
Cosmética de apoyo. Selecciona fórmulas que tengan componentes adelgazantes y reafirmantes. Aplícalas mañana y noche masajeando toda la zona, muslos y caderas incluidos, en sentido ascendente.
Endurece con... “Ejercicio en sala con poco peso y haciendo muchas repeticiones. Si además tienes grasa alrededor de los pliegues, completa el entrenamiento con ejercicio cardiovascular (correr, montar en bici...)”, aclara Santidrian.
Tratamiento. Los hilos tensores consiguen fabricar una malla de sostén. “Funcionan muy bien cuando la flacidez es incipiente o si quieres prevenir o corregir su avance”, comenta la doctora Crispín. El precio depende del número y del tipo de hilos implantados.
La opción quirúrgica es el lipofilling. “Consiste en extraer grasa de zonas localizadas, como el abdomen o los muslos, para posteriormente inyectarla en los glúteos y así incrementar su proyección y mejorar su turgencia”, dice el doctor Antonio De la Fuente. Desde 3.000 €.

Di sí a…
Quemar calorías sin que te cueste. Si no te gusta el gym, hay otras opciones. Alquila una bici, cambia la silla de la oficina por un balón de Pilates (además, refuerzas el suelo pélvico), sube escaleras...
Hidromasaje casero. Dirige el chorro del agua fría a la zona a tratar y efectúa un masaje circular. ¿Te da pereza? Envuelve un hielo en una gasa y desplázalo de abajo hacia arriba.
Microestimular. Hay todo tipo de masajeadores (martillos, pelotitas...) que favorecen la eliminación de células muertas y tonifican.
Protección solar. Si blindas tu piel, evitas que los rayos del sol degraden las fibras de colágeno.
Estar relajada. Recuerda que en las situaciones estresantes se liberan hormonas que aumentan la producción de tejido graso.
Di no a...
Las dietas milagro.“Hacer ayuno o reducir el menú a su mínima expresión obliga al organismo a reservar la grasa, mientras que acelera la pérdida de las fibras musculares”, explica Crispín.
Una vida sedentaria. Muévete estés donde estés. Hay que compensar las muchas horas que pasamos sentadas. Un simple paseo de media hora te ayudará a que el tejido cutáneo se mantenga elástico.
Sobrepeso. “Los depósitos de grasa distienden la piel que los recubre”, explica Natalia Vaquero, responsable de atención al paciente de clínicas Zurich.
Engañar el hambre con dulce. “Un elevado consumo de azúcar destruye el colágeno (la proteína que da resistencia y flexibilidad a la piel)”.
Fumar. “El tabaco dificulta la oxigenación celular, propiciando que aparezca la flacidez”, dice Carmen Ibarreche de Clínicas Hedonai.

La piel del pecho, muy delicada, ve comprometida su tonicidad por factores que implican un cambio de volumen (embarazo, lactancia, variaciones hormonales...).
Cosmética de apoyo. Extiende una reafirmante en todo el tejido de sostén. “Realiza un masaje circular alrededor de cada seno y sube con pasadas ascendentes hacia escote, hombros y cuello (llega hasta la barbilla)”, dice la esteticista Cristina Álvarez.
Endurece con... Alterna sesiones de pesas y Pilates. “La primera actividad favorece la sujeción de la mama y la segunda evita que caiga por una mala higiene postural”, explica Santidrian.
Tratamiento. Hay un protocolo que devuelve la turgencia al pecho en pocas sesiones. Se trata de Milena Bust. “Mediante un aparato, se aplican diferentes tipos de ondas que estimulan los fibroblastos y crean un efecto elevador en el busto”, comenta Cristina Álvarez. La sesión cuesta 149 €.
La opción quirúrgica. Una ptosis (caída) pronunciada se corrige con una intervención conocida como mastopexia. “En ella se extirpa el exceso de piel y se remodela pezón, areola y tejido mamario. En ocasiones, se coloca un implante para aumentar el volumen y mejorar el resultado estético”, dice De la Fuente. 8.000 €.

En este caso, las partes de las piernas que más se resienten son las rodillas y la cara interna de los muslos. ¿La razón? Los músculos abductores, si no se trabajan, se acaban debilitando. “Además, la celulitis, enemiga de las piernas, también favorece la flacidez”, dice Crispín.
Cosmética de apoyo. Alterna una loción tonificante con el anticelulítico. Date la primera al salir de la ducha, los vapores del agua favorecen que el poro se abra y los activos penetran mejor. Deja el anticelulítico para la noche (la posición horizontal durante el sueño aumenta el flujo sanguíneo). Aplica ambos con pasadas envolventes e insiste en la zona de las ingles y las rodillas.
Endurece con... un entrenamiento divertido. “Se trata de la actividad Made in Brasil. En ella se practican coreografías que se realizan llevando tobilleras”.
Tratamiento. “Lo ideal es abordar el problema desde varios frentes: sesiones de radiofrecuencia con LPG (75 €, sesion), una tecnología que tensa mediante la producción de calor, y combinarlo con electrofitness (39 €, sesión), unos impulsos eléctricos que contraen y relajan el músculo”, dice Ibarreche.
La opción quirúrgica. Consiste en lo siguiente: tras retirar la grasa y recoger la piel descolgada, se corrige el contorno de los muslos. La cicatriz queda camuflada en los pliegues de la ingle o del glúteo.