¿Sabes cuál es tu champú? Te aconsejamos

No es válido cualquier champú para un cuero cabelludo sensible. En este caso, lo mejor es adquirir en la farmacia un champú extragraso que no contenga ingredientes irritantes y cuente con sustancias antiinflamatorias.
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Los cabellos grasos se ensucian muy a menudo, pero es un error lavarlos todos los días, ya que se crea un efecto rebote. Para este tipo de cabello, es recomendable elegir un champú seborregulador, pero no debemos utilizarlo siempre que nos lavemos el pelo: lo recomendable es alternar su uso con uno neutro.
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Los cabellos finos son más quebradizos y requieren champús que den volumen, pero no sean agresivos. Es mejor que no contengan siliconas.
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Los cabellos secos necesitan hidratación y champús que no sean muy agresivos, que no contengan tensioactivos y evitar durante un tiempo los tintes y las permanentes. Los aceites y las mascarillas nutritivas son especialmente recomendables en estos casos. También es conveniente utilizar protectores de calor antes de utilizar secador o plancha del pelo.
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Existen muchos champús para combatir la caspa, pero lo más recomendable es acudir al dermatólogo para que indique cuál es el mejor en nuestro caso. Una vez que demos con el adecuado, debemos utilizarlo hasta que desaparezcan los síntomas.
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El cabello teñido también necesita sus propios cuidados. Hay champús especiales para cabello teñido y, además, los hay específicos para colores o tonalidades concretas, ya que ayudan a preservar el color y hacer que dure más tiempo. También los hay específicos para mechas, para conservar el color y que no se pongan amarillentas.
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No es lo mismo un champú para un cuero cabelludo sano que para un cuero cabelludo con algún problema. En el segundo caso, necesitamos un champú terapéutico. La psoriasis y la dermatitis atópica son solo dos de los problemas más habituales. En este caso, hay que acudir a un dermatólogo para que nos aconseje.
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