
5 recetas fáciles y sencillas de champiñones rellenos que vas a querer hacer en casa
De gambas al ajillo, en su versión vegana... Los champiñones rellenos son un plato de lo más sencillo y recurrente que puedes elaborar de mil maneras y que puedes adaptar según tu nivel de conocimientos de cocina. ¡Echa un ojo a estas recetas!
Si hay un plato apañado que haga que comer más verdura parezca tarea fácil, esos son los champiñones rellenos. A medio caballo entre entrante o plato de picoteo que puede incluso servir como comida frugal, se trata de una receta ideal si lo que deseamos es aprovechar toda y cada una de las partes de este delicioso hongo. Según diversos tratados gastronómicos, el origen del cultivo de hongos y el uso culinario comenzó en Francia hace menos de tres siglos. No obstante, el champiñón se ha cultivado en todo el mundo, y países como China lo han estado utilizando en sus recetas desde el comienzo de la historia. Además, los beneficios de comer hongos se conocen desde tiempos prehistóricos: los egipcios ya los usaron porque creían que no solo ofrecían inmunidad, sino también inmortalidad. Entre los romanos se convirtió en un producto al que únicamente podían acceder las clases más altas y al que además confirieron propiedades afrodisíacas.
Los champiñones, además, presentan numerosas características que los hacen especialmente beneficiosos para nuestra salud. Entre ellas, que se trata de un producto ideal para dietas hipocalóricas ya que es muy bajo en calorías. Son ricos en fibra, están compuestos mayoritariamente por agua y poseen gran cantidad de vitaminas del tipo B. Además de esto, son un alimento muy versátil que puede comerse tanto solo (salteado, por ejemplo) como acompañando a otras elaboraciones como la pizza, la pasta, como acompañamiento para carnes e incluso pueden elaborarse con ellos salsas y cortes muy finos, como si fuera una especie de carpaccio vegetal.
Los champiñones rellenos, como mencionábamos anteriormente, se pueden presentar como entrada en cualquier reunión más informal o como picoteo. En el primer caso, se deben seleccionar champiñones generosos en cuanto a tamaño, mientras que en el segundo caso, los hongos deben ser lo suficientemente pequeños como para ser comidos poco a poco, a bocaditos. Respecto a las recetas a seguir, cabe destacar que existen multitud de ellas y según tus preferencias, podrás complicarte más o menos a la hora de prepararlos, aunque te avisamos de que por lo general es un plato muy sencillo de preparar y que no requiere de grandes esfuerzos. Toma nota de estas recetas que te proponemos.

Tras precalentar el horno a 180 grados, se cortan seis champiñones por el tallo (no tires los tallos, guárdalos en el frigorífico para otros platos). Se colocan en un plato y se introduce en el “cuenco” de cada champiñón un tomate cherry. Después, se añade queso de cabra, una lonchita a modo de tapa. Se rocía con un poquito de aceite y algo de ajo en polvo. Va todo al horno y tras quince minutos añades un poco de albahaca. Espera otro minuto más, y ya tienes un rico y sencillo plato.

De modo similar al anterior, se pueden preparar otros platos de champiñones rellenos para vegetarianos, empleando ingredientes tales como calabacín, pimiento y tomatitos cherry. Se cortan los vegetales en dados pequeños, se pasan ligeramente por la sartén y se rellenan con esos ingredientes los champiñones. Se puede añadir un poco de orégano y queso rallado.



Tras cortar los tallos, se ponen en una sartén con un fondo de aceite, con láminas de ajo (sin pasarse). Dos minutos después, se añaden pequeños taquitos de jamón, durante muy poco tiempo, añadiendo también una pequeña cantidad de pimienta negra. Se saca de la sartén, se revuelve todo bien, añadiendo la mitad del queso rallado que pensemos emplear y un poco de perejl picado. En la propia grasa de la sartén hacemos a la plancha los champiñones, vuelta y vuelta durante cuatro minutos en total. Se sacan los champiñones de la sartén y una vez algo enfriados, se rellenan con la pasta que antes hemos preparado. Se echa el resto del queso rallado y se gratina en el horno durante unos diez minutos, a unos 200 grados, hasta que el queso se funda y se dore.