A cada vino, su queso: te contamos las claves del maridaje perfecto
Estos dos manjares forman el matrimonio perfecto. Te contamos cómo conseguir la armonía a la hora de combinarlos para exprimir al máximo su sabor.
Pongámonos en situación. Has invitado a un par de amigos a tu casa con la intención de disfrutar de un picoteo informal y no sabes qué ponerles. En estos casos, hay cosas que nunca fallan, como una tabla de ibéricos, unos ahumados o, por supuesto, una buena selección de quesos acompañada de una copita de vino.
No se nos ocurre una unión mejor que la del vino y el queso. El que es el matrimonio perfecto para muchos, es para otros un verdadero error. Hay quien dice que estos dos manjares no deberían tomarse juntos, al menos si nos decantamos por vino tinto. La razón es que las proteínas y las grasas presentes en el queso causan una especie de bloqueo en las moléculas responsables de los aromas del tinto. Además, se dice que los taninos presentes en el vino enmascaran el sabor del queso.
Sin embargo, digan lo que digan, tomarse unas cuñas de nuestro queso favorito acompañadas de un buen vino sigue pareciéndonos un placer gastronómico como pocos. No en vano, el refranero popular tiene algunos dedicados a este matrimonio perfecto que nos parecen muy adecuados, como ese que dice que "con buen queso y con buen vino, más corto se hace el camino".
Maridar queso y vino es un arte y en realidad depende de los gustos de cada uno, al fin y al cabo, la comida está para disfrutarla. Eso sí, existen ciertos aspectos a tener en cuenta que mejoran mucho esta experiencia. Un buen consejo que te daría un enólogo es elegir una combinación de vinos y quesos que se elaboren en la misma región. Otro factor importante es el equilibrio. Es recomendable que el sabor del queso sea menor (o al menos igual) al del vino. Por ejemplo, un queso suave como un camembert maridará muy bien con un vino sin demasiado cuerpo, ligero. Por el contrario, a un queso fuerte le irá mejor un vino con mucho sabor y cuerpo. Otros prefieren el juego de contrastes y encuentran en la combinación de un queso fuerte como el camembert y un vino dulce como el Oporto su opción perfecta.
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Según los expertos, los quesos de origen francés con pasta blanda como el brie o el camembert no son buenos compañeros de los vinos tintos. En este caso, el maridaje perfecto se logra con vinos blancos secos y minerales (por ejemplo, los elaborados a partir de uva sauvignon blanc).

De intenso sabor y cierto retrogusto picante, el queso feta es originario de Grecia y también uno de los más apreciados. Generalmente se elabora a partir de leche de oveja, pero también lo podemos encontrar con una mezcla con leche de cabra e incluso de vaca. Se utiliza en un montón de recetas y la verdad es que está delicioso, pero si lo maridas con un vino blanco seco como el Chardonnay o el vino de Rueda, exprimirás al máximo todo su sabor. También se recomienda tomar con el moscatel seco.

Gouda y edam son dos quesos que se caracterizan por su sabor suave. Maridan muy bien con los vinos tintos suaves y afrutados como Beaujoulais o D.O. Montblanc. También se pueden tomar con blancos como Ribeiro, Toro, D.O. Jumilla, D.O. Penedés o D.O. Alella.

Entran dentro de esta categoría el ibérico, manchego, Idiazábal, Roncal y zamorano. En este caso, combinarlos con tintos estructurados, con un toque amaderado es una estupenda opción. Por ejemplo, vinos de La Rioja, el Bierzo o la Ribera del Duero. Otra opción para aprovechar todo su potencial es tomar estos quesos con blancos de Chardonnay.

Originario de Italia, el queso parmesano es uno de los más apreciados en todo el mundo. Si lo degustamos en dicho país, cualquier experto nos recomendaría combinarlo con vinos elaborados con la variedad nebbiolo. Los elaborados con esta uva son vinos bastante intensos que compensan a la perfección la también intensidad aromática del parmesano. El maridaje ideal. Si lo tomamos en España, un Ribera o un Priorat serán sus mejores compañeros.

Si vas a decantarte por un picoteo a base de quesos azules (roquefort o cabrales), lo mejor es que los marides con un vino tipo Oporto, pues su sabor dulce neutraliza lo salado de estos quesos.