
7 veces en las que es totalmente lícito decir ‘NO’ en el trabajo
En determinadas situaciones podemos negarnos a hacer un determinado trabajo sin sufrir consecuencias ni sentirnos culpables.
No todo es lícito en el trabajo. Aunque tengamos miedo de que nuestra negativa a hacer una determinada labor tenga repercusiones por parte de nuestro jefe, lo cierto es que hay ciertos aspectos en los que decir ‘no’ está permitido. Aquí repasamos las 7 veces en las que podemos negarnos a realizar un trabajo sin sentirnos culpables ni sufrir consecuencias.

Si vemos que no terminamos el trabajo en los plazos estipulados y nuestro jefe nos da constantemente más proyectos, al final nos saturamos y no avanzamos. Lo recomendable sería hablar con nuestro superior y ponerle al tanto de que no podemos hacernos cargo de más proyectos, pues descuidaremos el trabajo que ya teníamos entre manos.

En muchas ocasiones termina nuestra jornada laboral pero debemos quedarnos más tiempo acabando informes necesarios para el día siguiente. Esto puede hacer que faltemos a otros compromisos ineludibles, por lo que tenemos derecho de decirle a nuestro jefe que no nos es posible hacer horas extra.

Hay veces en las que el jefe nos encomienda terminar un trabajo que ha realizado un compañero y no va a estar acabado en el tiempo establecido. En estos casos podemos negarnos, pues nuestro compañero ya sabía el plazo límite que tenía para tener lista su tarea.

En el caso de que nuestro jefe nos pida que hagamos un trabajo cuya ética cuestionamos, podemos negarnos a hacerlo. Si no creemos en un proyecto, que vulnera algunos de nuestros derechos fundamentales, podemos decir ‘no’ sin sufrir ningún tipo de consecuencia.

Acabamos de llegar de un viaje de trabajo y nuestro jefe nos envía a otro lugar sin habernos dado tiempo de deshacer las maletas. En estos casos, podemos negarnos, ya que no hay un equilibrio entre nuestra vida profesional y personal. Además, podemos recomendar a otro compañero que tenga ganas de viajar para sustituirnos.

También hay ocasiones en las que nuestro jefe nos pide que hagamos un trabajo que no hemos hecho con asiduidad y que no entra dentro de nuestra especialidad. En estos casos, nos podemos negar, porque asumimos que el resultado puede no ser satisfactorio para la empresa.

Tener una red de trabajo formada por personas del mismo sector no siempre es una opción. Es cierto que siempre habrá personas afines, pero en ocasiones nuestros objetivos no serán los mismos que los suyos, por lo que no tendrá sentido trabajar con ellos cuando el fin que queremos que conseguir es diferente al suyo.