Trucos de cocina que te sorprenderán

Es uno de las peores cosas que pueden pasar en la cocina, que se queme la olla. A pesar de ello, y como pasa con casi todo, también tiene solución: hervir jabón líquido en ella sin dejarlo que se queme, claro. Después frota con una esponja y los trozos quemados se despegarán fácilmente.

A veces el afilador no vale para conseguir que los cuchillos vuelvan a cortar como el primer día. El truco para que al afilarlos recuperen todo su filo es remojarlos un rato antes en agua y sal.

El verano es la época en la que casi todo el mundo aprovecha para limpiar la nevera. Después de vaciarla toca la limpieza y desinfección. Tus aliados están el vinagre, el limón y el bicarbonato, tres productos que seguro tienes por casa. Hierve un litro de agua con un gran chorro de vinagre y cuatro cucharadas soperas de bicarbonato. Cuando la mezcla se entibie ya puedes limpiar la nevera con ayuda de una bayeta. Para darle un toque final, exprime un limón y pasa un trapo mojado por la mezcla por todo el interior.

Las sartenes no son nada baratas por eso, si ha perdido la capa antiadherente no la tires, y es que se puede recuperar. Solo necesitas sal (mejor gorda) y papel de cocina. Pon a calentar la sartén sobre el fuego y cúbrela de sal gorda. Cuando empiece a saltar y a ponerse amarilla retírala del fuego y, sin frotar, quítala con ayuda del papel de cocina. ¡Listo!

Es algo importante y que se debería hacer a menudo y es que así evitaremos contaminaciones cruzadas. Si bien lo ideal sería tener una tabla para cada tipo de alimento, la realidad es que en los hogares suele haber una. Además de fregarla con jabón y agua caliente después de cada uso, de vez en cuando friega la tabla con un estropajo y el zumo de un limón, déjalo que repose durante una noche y aclara. Quedará como nueva.