Revista Mía

¿Debo operarme de miopía?

Un cuarto de la población mundial tiene miopía. Si eres una de ellas, puede que te hayas formulado esta pregunta cientos de veces.

Alrededor de un cuarto de la población tiene miopía, y su progresión es rápida. En España, según el Libro Blanco de la Visión, publicado en 2013 por la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico España, hay 25 millones de personas que utilizan gafas o lentes de contacto.

Cuando las personas que lo sufren pasan la barrera de los "veintitantos", cuando su graduación ya se ha estabilizado por completo, muchas empiezan a preguntarse (hartas de gafas empañadas y lentillas secas) si deberían operarse. Con la ayuda del Dr. José Luis Güell, coordinador del Departamento de Córnea, Catarata y Cirugía Refractiva del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), respondemos a las dudas más frecuentes.

¿Es peligrosa la operación?

No. "Se trata de una intervención muy segura siempre y cuando sea aconsejada y practicada por un cirujano experto tras realizar un estudio personalizado del paciente", dice el doctor. Además, "el uso de instrumentos de última generación, como el láser de femtosegundo, permite llevar a cabo intervenciones de mínima incisión con gran eficacia y precisión; mientras que la introducción de nuevas técnicas, como Relex SMILE, ha hecho posible reducir los principales efectos secundarios a la cirugía Lasik (o cirugía refractiva corneal) convencional". Se refiere al riesgo de ojo seco o al riesgo de desplazamiento de la lámina superficial abierta en la operación.

La miopía, explican desde la página web del Instituto, "se produce cuando el globo ocular es demasiado alargado o la córnea demasiado curva". Las gafas y las lentillas superponen una lente cóncava en el ojo, corrigiendo el defecto, y en este caso, lo que hace el láser es modificar directamente la curvatura de la córnea.

Para corregir con láser la miopía de manera exitosa, es necesario valorar que la córnea tenga el grosor, la curvatura y la resistencia adecuadas. Asimismo, "no suele indicarse en personas con más de 8 dioptrías (lo que se considera alta miopía), para quienes existen otras técnicas como la implantación de lentes intraoculares", dice Güell. En cuanto a la edad, superada la veintena, cuando ya está estabilizado el grado de miopía, no influye la edad, pero desde el Instituto recomiendan la consulta a partir de los 50-55 años, pues en ese caso podría ser más recomendable insertar también una lente intraocular, que sustituiría definitivamente a las gafas o lentillas externas.

"Ninguna cirugía refractiva “cura” la miopía, sino que corrige las dioptrías existentes, por lo que cabe la posibilidad de que la graduación siga aumentando después de pasar por quirófano", advierte el experto. Precisamente por eso es necesario esperar a que se estabilice la graduación, porque en miopías bajas y medias, lo normal es que a partir de ese momento no se produzcan más cambios.

tracking