Revista Mía

Incontinencia urinaria, ¿cómo actuar?

Un problema que afecta a un 24% de mujeres. Algunas situaciones fisiológicas o alteraciones hormonales pueden afectar la función urinaria.

Un problema que afecta a un 24% de mujeres. Algunas situaciones fisiológicas o alteraciones hormonales pueden afectar la función urinaria en diferentes momentos de la vida de la mujer.
Se calcula que más de un 15% de la población puede padecer incontinencia urinaria, una afección más frecuente en mujeres y uno de los motivos más habituales de consulta ginecológica. Mientras que sólo un 7% de los hombres la padece, se estima que el 24% de las mujeres en edad adulta tiene algún problema que afecta al normal funcionamiento de su sistema urinario, cifra que incluso podría ser superior, ya que se trata de una patología infradiagnosticada o que en muchos casos no se llega a tratar.
A lo largo de la vida de la mujer existen diferentes situaciones fisiológicas que pueden alterar la función de su sistema urinario, como el inicio de la menopausia, debido entre otras causas a los cambios hormonales que se pueden producir cuando comienza el climaterio. Estas alteraciones pueden provocar un debilitamiento de la musculatura de la vejiga urinaria y la reducción en el control de los esfínteres, provocando una mayor necesidad de orinar y un aumento de las pérdidas involuntarias.
Estos trastornos, según aseguran fuentes de laboratorios Ordesa, tienden a agudizarse con la edad y pueden llegar a afectar seriamente la calidad de vida de la mujer y condicionar su actividad diaria. Limita su actividad física, afecta al descanso y la calidad del sueño, disminuye la autoestima y puede llegar a dificultar las relaciones personales.
Entre los posibles tratamientos para combatir la incontinencia urinaria se encuentran la rehabilitación del suelo pélvico o la reeducación vesical. En aquellos casos leves o que están en un estadio precoz, especialmente si son provocados por la edad, los complementos con ingredientes naturales a base de algunas especies vegetales han demostrado ser de gran utilidad. Ayudan a mejorar el funcionamiento del sistema urinario y con ellos a mejorar la calidad de vida de la mujer.
Las semillas de calabaza son una especie vegetal de uso tradicional como ayuda al funcionamiento normal del sistema urinario, tanto en hombres como en mujeres. Por su parte, las semillas de soja presentan similitudes en estructura y función con los estrógenos (hormonas femeninas), ayudando a suavizar las molestias asociadas a su reducción que se da con el paso de los años en la mujer adulta, en diferentes sistemas y tejidos, como es el caso de la vejiga urinaria.
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