15 consejos para no recuperar los kilos perdidos
Lograr cambiar los hábitos alimentarios no es fácil, pero si consigues hacerlo, los kilos que has perdido desaparecerán para siempre. Sigue nuestros consejos.
Lograr cambiar los hábitos alimentarios no es fácil, pero si consigues hacerlo, los kilos que has perdido desaparecerán para siempre. Sigue nuestros consejos.
1 - Mantén el equilibrio
Para mantenerte en forma y sana, necesitas un aporte diario de todos los nutrientes:
- Vitaminas A y C (en la fruta)
- Vitamina B (en los cereales)
- Vitamina E (en las sustancias grasas)
- Calcio (en los lácteos)
- Fibra (en las frutas y legumbres)
- Proteínas animales, no menos de 50 g al día (calcula 1 g por kilo de peso), lo que se correspondería con 150 g de gambas, 200 g de carne de ave o 100 g de carne roja.
- Vitaminas A y C (en la fruta)
- Vitamina B (en los cereales)
- Vitamina E (en las sustancias grasas)
- Calcio (en los lácteos)
- Fibra (en las frutas y legumbres)
- Proteínas animales, no menos de 50 g al día (calcula 1 g por kilo de peso), lo que se correspondería con 150 g de gambas, 200 g de carne de ave o 100 g de carne roja.
Esto te ayudará a mantener una alimentación equilibrada.
Si te gustan las patatas fritas, tómalas solas, muy hechas y escurridas sobre papel de cocina. Acompáñalas con una verdura cruda y sin salsa, y de un postre.
Si te apetece un vasito de vino de vez en cuando, puedes beber hasta uno diario.
Si te gustan las patatas fritas, tómalas solas, muy hechas y escurridas sobre papel de cocina. Acompáñalas con una verdura cruda y sin salsa, y de un postre.
Si te apetece un vasito de vino de vez en cuando, puedes beber hasta uno diario.
Come hasta saciarte, controlando lo que tienes en el plato. Por ejemplo, un sándwich a la plancha no te sacia y es rico en grasas, mientras que un cuarto de pollo contiene la tercera parte de grasas, te llena y te alimenta más.
Lo sabes de sobra: las proteínas no se pueden tomar junto con féculas o hidratos de carbono. La carne o el pescado con patatas fritas son una barbaridad dietética. Es preferible que un día disfrutes de unas patatas al gratén, o un plato de pasta, y al día siguiente te tomes un filete a la plancha con verdura.
Tu organismo no funciona al mismo ritmo a lo largo de las 24 horas. Si la cena es ligera, evitarás engordar durante el sueño. Evita cenar alimentos grasos, porque durante el sueño tu organismo quema los azúcares pero muy pocas grasas.
Si dejas comida hecha en la nevera, la querrás terminar aunque no tengas hambre.
Cuando vayas al supermercado evita las estanterías de dulces y bollería. Además procura no hacer la compra entre las 6 y las 9 de la tarde. Está demostrado que en esta franja horaria, como el nivel de azúcar está muy bajo, se compra de forma compulsiva. Si no tienes más remedio que ir a la compra a estas horas, procura merendar antes en casa.
Por ejemplo, si te han invitado a comer y no tienes más remedio que comer de todo lo que te ofrecen, intenta hacer una cena ligera.
En tu mano está sustituir la leche entera por desnatada, el azúcar por edulcorante, etc.
Con las técnicas de cocción al vapor y a la papillote, así como los asados a la plancha, disminuyes las grasas y las harinas de las frituras y rebozados. Y en vez de aderezar con demasiada sal, utiliza hierbas aromáticas y un chorrito de aceite de oliva crudo.
¿A que ahora te gustas más? Esta es, sin duda, la mejor sensación para no caer en nuevas tentaciones. Recuerda que la comida no te libera de los problemas ni del mal humor; solucionarlo comiendo es un grave error.
El agua te ayuda a eliminar toxinas y mantiene tu piel hidratada. Como mínimo se deben beber dos litros al día. Pero también puedes tomar infusiones y zumos de fruta naturales.
Las legumbres no engordan si se cocinan sin grasas animales. Además, te sacian, te aportan minerales (sobre todo hierro), y gran cantidad de fibra.
Tu cuerpo se vengará de ti en la siguiente comida, almacenando todo el alimento que pueda en forma de grasa y no de músculo.
- Haz algo de ejercicio todos los días.
- Come despacio, sentada y masticando no menos de 25 veces cada bocado.
- Evita los dos platos en cada comida. Lo ideal es un plato abundante de verdura, una pieza de carne o pescado, agua y postre. No necesitas más.
- Utiliza siempre aceite de oliva para tus ensaladas.