Suelo pélvico y ejercicios de Kegel: el dúo perfecto
Cada vez se descubre más sobre la función del suelo pélvico y la importancia de ejercitarlo. Te contamos todo sobre los ejercicios de Kegel.
Los músculos del suelo pélvico sostienen los órganos que están en el abdomen, como la vejiga y el útero. Cuando esta musculatura pierde tono y se debilita pueden aparecer problemas como incontinencia urinaria o una caída de la matriz. Incluso puede afectar a las relaciones sexuales. Es importante ejercitarlo, igual que lo hacemos con otras partes del cuerpo, esta vez no por factores estéticos, sino funcionales.
Durante el embarazo y el parto, el suelo pélvico se debilita, pero esta debilitación también puede deberse a otros factores como por ejemplo la práctica intensa de ejercicio físico de impacto como el running, la pérdida de la musculatura a causa del envejecimiento o los cambios hormonales que se sufren en la menopausia, entre otros.
Los ejercicios de Kegel
Si quieres empezar a ejercitar el suelo pélvico, una buena opción es adquirir una rutina de ejercicios de Kegel que podamos realizar en casa, cuando quieras. Para ello puedes utilizar bolas chinas u otros ejercitadores similares, actualmente en la farmacia se pueden encontrar bolas fabricadas en silicona, totalmente seguras, aptas para el contacto con la piel.
Su funcionamiento es el siguiente: dentro de la bola hay otra más pequeña que responde a los movimientos del cuerpo, provocando pequeñas vibraciones cinéticas que hacen que los músculos pélvicos se contraigan y relajen. Hay bolas de diferentes tamaños y pesos para adaptarse al nivel de cada mujer. Algunos modelos permiten unirlas entre ellas para aumentar la resistencia.
Una vez usadas, se limpian con un producto específico y se vuelven a guardar en su funda. Ahora incorporan un cordón que hace que su extracción y manejo sea mucho más fácil. Un truco: cuando las estés usando, tira del cordón. Si notas que puedes mantener la bola en el interior, significa que has avanzado y tu suelo pélvico está cogiendo tono.
Además de los ejercitadores de Kegel básicos, hay otros automáticos (van con pilas) e “inteligentes” que incorporan sensores táctiles que, una vez insertados por la vagina, reconocen y calculan la capacidad de contracción muscular y emiten suaves vibraciones para mejorar la fuerza de contracción. Cuando el ejercitado vibra, hay que contraer los músculos, y cuando para, relajarlos.
Los mejores son los que están fabricados con silicona quirúrgica, pues es un material totalmente seguro y además tiene un tacto sedoso. Aunque funcionan con pila, no hay que temerlos pues el recubrimiento es totalmente seguro. Al igual que las bolas, este tipo de ejercitadores deben limpiarse con productos específicos.
Sea la opción que sea, lo mejor es empezar estableciendo una rutina en casa. Por ejemplo, usarlas mientras haces cosas en casa o simplemente cuando estés en la cama estirada, aunque siempre es mejor hacer los ejercicios en movimiento. Concéntrate en los movimientos de contracción y relajación. Con unos 20 o 30 minutos al día, conseguirás poco a poco mejorar este grupo de músculos y tu calidad futura de vida.
Por: Mónica Lizondo, farmacéutica y cofundadora de Farmaconfianza.