Revista Mía

Todo lo que debes saber sobre la fiebre

¿Cuánto sabes sobre la fiebre?

La temperatura corporal se controla desde el centro termorregulador  del hipotálamo, una estructura que se encuentra en el cerebro.  Las células nerviosas del hipotálamo reciben información sobre la temperatura de la piel a través de los nervios periféricos y de la temperatura del cuerpo a través de la sangre e integran esa información para mantener una temperatura corporal normal, entre 36.5ºC y 37ºC.

¿Qué es la fiebre?

La fiebre se produce como consecuencia de la liberación de sustancias en el organismo que “resetean” al alza el centro termorregulador por lo que tienen lugar una serie de ajustes que aumentan la temperatura y conservan el calor del cuerpo.  La producción de esas sustancias pirogénicas (con la consiguiente aparición de fiebre) ocurre en muchas enfermedades: infecciones, procesos inflamatorios, procesos autoinmunes, tumores, etc.  Las infecciones son la causa más frecuente de fiebre en la población general.

Los valores normales de la temperatura corporal se han establecido mediante estudios en personas sanas a las que se les ha tomado la temperatura oral; a partir de esos estudios, se ha definido la fiebre como una temperatura matutina superior a 37.2oC y una temperatura vespertina superior a 37.7ºC.  Sin embargo, en términos coloquiales se habla de “décimas” a partir de 37ºC y de fiebre a partir de 37.5ºC - 38ºC.

El término hipertermia se reserva para la fiebre muy elevada (superior a 41.5ºC); la hiperpirexia (golpe de calor) se refiere a un aumento descontrolado de la temperatura corporal que supera la capacidad del cuerpo para perder calor y en el que no interviene el centro termorregulador.

La temperatura del cuerpo se puede medir en la boca, el conducto auditivo, la axila o el recto.

Generalmente, la temperatura axilar es parecida a la oral, la rectal es 0.4ºC más alta que la oral y la del conducto auditivo es muy variable.

La temperatura axilar es la que se usa más a menudo; los termómetros que miden la temperatura en el oído son cómodos y rápidos pero suelen ser más caros.

Los antitérmicos actúan sobre el centro termorregulador haciendo que vuelva a la normalidad.  El ácido acetilsalicílico, los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y el paracetamol tienen acción antitérmica.

Sin embargo, los dos primeros producen irritación gástrica y alteran las plaquetas; en niños con infecciones por virus, el ácido acetilsalicílico aumenta el riesgo de síndrome de Reye.  Por lo tanto, el paracetamol es el fármaco de elección para tratar la fiebre.

Estos medicamentos no empeoran ni mejoran los procesos febriles, pero ayudan a que el paciente se encuentre mejor. Por eso es recomendable utilizarlos cuando se tiene fiebre.

Para evitar los síntomas que acompañan a las subidas y bajadas de temperatura (malestar general, escalofríos, tiritona, sudoración), es preferible administrar el paracetamol de forma pautada (cada 6-8 horas) en lugar de tomarlo únicamente cuando sube la fiebre. En la hipertermia, además de un antitérmico pueden utilizarse compresas frías o baños de agua templada-fría para ayudar a bajar la fiebre.

Es fundamental no sobrepasar la dosis máxima diaria aconsejada de paracetamol (80 mg por kg en niños; 4 gramos en adultos) ya que de lo contrario, puede producirse un daño hepático agudo, muy grave. Como siempre, lo mejor, ante cualquier enfermedad, es consultar con un médico.

Por: Dr. Alejo Erice Calvo-Sotelo, jefe del departamento de medicina interna del hospital Asepeyo de Madrid y miembro de Top Doctors.

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