Razones para no saltarse el desayuno
Un buen desayuno no solo es importante para tener energía durante toda la jornada, sino también para adelgazar y cuidar tus neuronas.
Lo ideal es que el desayuno represente entre el 20 y el 25 % de las calorías totales del día, de forma que aporte la energía necesaria para no sentiremos desfallecidos a media mañana. Lo ideal es que esté formado por tres grupos de alimentos: los lácteos (desnatados o enteros, en función de nuestras necesidades), los farináceos (pan, cereales, muesli… mejor integrales, ya que conservan todos sus nutrientes y fibra) y las frutas, que nos aportan vitaminas, minerales y fibra natural.

Razones para no saltarse el desayuno
¡Nos mantiene saciadas por las mañanas!
No pasa nada si no desayunamos, diferentes estudios han demostrado que es mucho mejor el qué (lo que desayunamos) a si lo hacemos o no. Al fin y al cabo el desayuno es una comida más a lo largo del día.
Eso sí, para muchas personas empezar la jornada sin tomar nada o solo con un café supone empezar el día sin energía y al final acaba resultando en llegar muerta de hambre a media mañana, lo que hace que acabes atracando la máquina del vending de tu oficina o acabes tomándote un bollo en el bar de abajo y esto no es buena opción.
Por esta razón se ha dicho siempre que el desayuno es la comida más importante del día y que no hay que saltárselo. Tal y como hemos apuntado anteriormente, si vas a desayunar es fundamental hacerlo bien, con alimentos nutritivos y energéticos para empezar el día con energía y si prefieres comer más tarde, llévate al trabajo una buena opción para no acabar tomando alimentos insanos.
Hasta hace bastante poco tiempo se decía que desayunar era fundamental para activar el cuerpo y el metabolismo y tener más energía, por eso se pensaba que era la comida más importante del día. Ahora se ha demostrado que el desayuno no es otra cosa que una ingesta más a lo largo de la jornada y que no pasa absolutamente nada si no desayunamos o si desayunamos varias horas después de habernos puesto en marcha.
Eso sí, lo que hay que hacer es llevar una dieta saludable y comer bien en todas las ingestas. Si no desayunas pero llegas a la hora de comer muerta de hambre y te comes todo lo que se cruza en tu camino, en tu caso particular es mejor desayunar.
Para que sea equilibrado, debe contener los siguientes grupos de alimentos:
- Lácteos. Presentan proteínas de alta calidad, calcio, vitaminas A y D y vitaminas del grupo B (sobre todo B2 o riboflavina).
- Hidratos de carbono complejos o de absorción lenta: cereales, pan, muesli integrales... Aportan energía que el organismo va tomando de forma paulatina, en función de sus requerimientos. Estos hidratos sacian, tienen fibra y reprimen las ganas de tomar hidratos rápidos (bollería industrial, chocolates).
- Fruta. Tiene agua, vitaminas, minerales y fibra. Es mejor que la tomes al natural, con su piel, que en zumo (sacia más y conserva toda su fibra).
- Proteínas, que dan energía y ayudan a la formación y renovación de los tejidos y células. Escoge fiambres bajos en grasa (de pollo o de pavo).
- Grasas sanas, como la margarina. Búscalas con Omega 3 y 6, ya que ayudan a cuidar el corazón y mantener los niveles de colesterol.
Nutritivo
Yogur + cereales integrales tipo muesli + manzana en trozos (160-230 calorías).
Energético
Vaso de leche + tostadas integrales con margarina o jamón de York o serrano + una naranja (180-260 calorías).