Revista Mía

La manzana, la mejor compañía de estas recetas saladas

La valoramos mucho como ingrediente para elaborar suculentas recetas dulces, lo que a veces nos hace olvidarnos de la amplia variedad de opciones que ofrece en la cocina.

Hay ingredientes que adquieren un valor y una presencia en la gastronomía muy importante como acompañamiento. En términos deportivos, serían como esos miembros de un equipo que no brillan especialmente por sus cualidades individuales pero que resultan imprescindibles por su aportación al conjunto. En el mundo de la alimentación se nos ocurren varios ejemplos así, pero quizá el caso más llamativo sea el de la manzana.

A lo mejor eres de esas personas que se toman una pieza al día de algunas de las muchas variedades de esta magnífica fruta, lo cual es fantástico, especialmente para tu dieta, que necesita un aporte grande de los beneficios de las frutas y las verduras. Pero estarás de acuerdo incluso tú, amante de las manzanas a palo seco, que no es así para la mayoría de las personas. Bien es cierto que no es tanto por demérito de la manzana, sino por mérito del resto de frutas, que tienen argumentos más convincentes para convencernos de ser las elegidas cuando nos ponemos frente al frutero.

Sin embargo, la cosa cambia de forma radical cuando buscamos frutas que se adapten a recetas saladas. La manzana aparece casi siempre como la mejor colocada en estos casos. Tiene la virtud ya mencionada de que existan variedades con matices muy distintos, lo que permite adaptar muy bien esta fruta a lo que necesite de ella cada receta. Además, aunque no sea su temporada, la manzana siempre está presente en la frutería. Durante todo el año podemos consumirla, lo que ayuda a que su presencia en nuestra dieta sea mucho mayor y a que se exploren nuevos caminos con ella. Y, por supuesto, hay que darle la importancia al hecho de que cuando se manipula una manzana en la cocina y se altera su estado natural, permanece su inconfundible sabor repleto de matices, pero desaparece su textura, en muchas ocasiones harinosa o áspera, que es un claro hándicap para ella en comparación con otras frutas que son mucho más agradables en este sentido.

Manzana Granny Smith (Foto: iStock)

Granny SmithManzana Granny Smith (Foto: iStock)

Por todo ello, y dejando para otro día su extraordinario protagonismo en la repostería, no se nos ocurre mejor pareja de baile que la manzana para un sinfín de productos utilizados en la cocina salada. Compañera infatigable del foie, es también un ingrediente perfecto para hacer brillar tanto a carnes como pescados. Pero no solo eso, como te vamos a demostrar con esta pequeña selección de recetas, va fenomenal en pizzas, cremas, ensaladas y hasta en sándwiches. No hay nada que se le resista:

Croquetas de manzana con foie

Tomamos la idea del restaurante La Huertona en RIbadesella, y aunque sea difícil imitar el nivel excepcional de estas, merece la pena aventurarse con esta versión original de este manjar tan casero.

Es un acompañamiento clásico de esta carne tan especial a la que nunca falla la manzana. Le aporta el contrapunto de matices perfecto entre dulces y ácidos, dependiendo de qué variedad de la fruta utilices.

Utilizando una manzana ácida como la Granny Smith o una de matices equilibrados como la Golden, y añadiendo cebolla, ajo y pasas, puedes elaborar una salsa realmente original para acompañar un pescado sencillo de cocinar como puede ser la merluza.

En alguna ocasión te hemos mencionado lo bien que se entienden el dulzor de la calabaza con la acidez de la manzana, sabores que se fusionan al completo si elaboras con ellas una crema.

Una vez descubres que el maravilloso universo de las ensaladas es infinito, empiezas a disfrutar verdaderamente de ellas. Puedes volcar toda tu creatividad culinaria sin miedo a equivocarte y encima apenas manchas en la cocina. Te proponemos una base de mezclum de hojas, dados de pollo, manzana y nueces. Puedes incorporar, además, un queso tipo feta, por ejemplo, y aliñar de forma sencilla con una vinagreta clásica.

Hay una famosa cadena de comida especializada en sándwiches de origen madrileño que tiene entre sus clásicos una versión de esta mezcla. De ahí tomamos la idea para hacer la versión casera, acompañando a los dos ingredientes principales con un poco de salsa rosa casera y lechuga muy picada.

Las pizzas clásicas están muy ricas, pero si te apetece probar nuevas opciones, te recomendamos que utilices la manzana junto con la berenjena cortada en láminas finas y ralles parmesano por encima. Es opcional rematar en crudo con una gota de vinagre de Módena.

Un entrante sencillo e infalible es elaborar unos pequeños bocados al horno con rulo de queso de cabra y un poco de cebolla caramelizada previamente por encima. Una forma distinta de combinar este queso que tanto gusta.

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