Revista Mía

Alimentos para aumentar el deseo

Los ingredientes que convertirán cualquier plato en afrodisiaco.

La relación del ser humano con la sexualidad es probablemente la historia más larga de amor que se haya dado en la historia de la humanidad. Hoy en día, todavía los expertos se siguen preguntando el significado de las venus del Paleolítico, esas estatuas de claro recuerdo a las formas femeninas. Nunca sabremos si solamente la maternidad estaba detrás de ellas o si ya había un componente erótico en su creación. Ofrecen menos dudas todas las conclusiones obtenidas a lo largo de tantas décadas de la importancia de la sexualidad en las civilizaciones antiguas: desde la egipcia a la griega. Una prueba de ello evidente es que ha llegado hasta nuestros días la referencia de Afrodita, la diosa griega del amor y la belleza, de la que incluso hemos desarrollado un adjetivo para referirnos a aquello que aumenta el deseo sexual, lo afrodisiaco.

Es un error volcar en la ciencia la responsabilidad de encontrar alimentos que lo sean, porque por más que lo ha intentado en los últimos años nunca ha podido obtener evidencias palpables en relación a ninguno de los productos que la cultura popular y la historia han etiquetado como tal. Por mucho que algunos incluyan en su composición algunas sustancias que sí podrían aumentar la líbido, en ninguno de ellos su presencia es definitiva para ello

Por eso, debemos buscar los argumentos precisamente es el componente irracional del ser humano y esa necesidad de satisfacer el deseo carnal para justificar el por qué determinados alimentos pueden aumentar el deseo. Es esto y no la ciencia lo que ha hecho que transformemos argumentos gastronómicos en elementos de peso para mejorar nuestras experiencias sexuales. Las texturas, las formas, el color, el poder para desinhibir de algunas bebidas… Se entiende mucho mejor si le ponemos nombre y apellidos a una pequeña muestra de estos alimentos.

Plátano

Esta fruta es uno de los alimentos en los que todo se une para que el deseo se vea aumentado con el de por medio. Por su forma sugerente y porque su composición es un chute de energía para llenar el cuerpo de gasolina, lo que ayuda a encender el motor del estado de ánimo y a su vez, el del deseo.

No hay evidencia científica que pueda superar a la sensualidad de unas fresas con chocolate fundido o a ese momento “Julia Roberts-Richard Gere” con una copa de champán y un bol de fresas. Seguramente esta imagen que todos tenemos en la cabeza es mucho más potente para entender que en lo sexual entran en juego aspectos pocos racionales que la composición de la propia fruta. Y como con las fresas, pasa con otros frutos rojos como las moras o las frambuesas.

Hay evidencias históricas de que en las culturas griega y romana se chupaban las semillas porque se creía que estimulaba el apetito sexual. Esa carga histórica ha hecho que dicha creencia se mantenga en la actualidad en otras culturas tradicionales como la china pese a que no exista un estudio científico que demuestre tal poder. Ocurre muy parecido con la nuez moscada en la India.

Se vincula a la canela como un alimento natural que ayuda a estimular el riego sanguíneo en la zona abdominal. Esto ha hecho que también tome protagonismo como alimento para aumentar el deseo sexual, pero en realidad lo que hace es facilitar la erección en el hombre siempre pero no es el causante de que aparezca el deseo como tal.

La composición de esta hortaliza es parecida a la que tienen las feromonas, de ahí que se haya asociado a un poder para aumentar el deseo sexual en el que también tiene un papel importante su forma, cuyos efectos tienen que ver más con lo irracional que con lo científico en aquellas personas que reaccionan a este estímulo.

¡Sorpresa! Es probable que lleves desayunando aguacate meses y que no hayas notado nada, pero debes saber que la cultura azteca lo usaba como afrodisiaco. La verdad es su bocado carnoso, como le ocurre por ejemplo al melocotón, y ese verde intenso, hace que se una fruta que por sí misma puede despertar el deseo sexual.

Se ha dicho siempre que es afrodisiaco porque contiene sustancias que ayudan a dilatar los vasos sanguíneos, pero seguramente buena parte de su carga sexual la pone su efecto desinhibidor, ese color rojizo tan atractivo y sus aromas, además del contexto en el que solemos beberlo.

La feniletilamina es una sustancia presente en el chocolate negro que, según han planteado algunos científicos en el pasado, tiene una importancia mayor en el cerebro de los seres humanos cuando están enamorados. Esto es cierto, tanto como que el chocolate mejora el estado ánimo y es un chute de energía para el estado mental sobresaliente.

Menta (Foto: iStock)

mentaMenta (Foto: iStock)

Esta hierba también era un recurso en la antigüedad para potenciar el deseo sexual en algunas culturas. Ayuda, al igual que lo hace la canela, porque estimula el sistema nervioso, pero es muy probable que tengan más que ver con el aumento del deseo factores como su color, su olor y su sabor, que su propia composición.

Hay algunos expertos que relacionan la composición de las ostras por su alto contenido en zinc con la mejora del esperma femenino y de su apetito sexual, pero de nuevo no podemos dar nada por concluyente sin evidencias científicas que demuestren esto último. En cambio, sí podemos hablar de la textura carnosa, su aspecto y el contexto, al igual que el vino, en el que suelen degustarse, casi siempre en días especiales dedicados al ocio.

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