Los beneficios de las uvas
Son grandes estrellas en las fruterías desde el final del verano hasta el Año Nuevo, no solo por su sabor, sino también porque aportan nutrientes saludables al organismo. Las ventajas de su consumo son muchas y los inconvenientes, escasos.
- Autora: Carmen López
La última noche del año tiene sabor a uva. La tradición de comerse 12 unidades para entrar con buenas perspectivas en el nuevo ciclo del calendario (una por cada campanada) comenzó a finales del siglo XIX o principios del XX. La fecha no está muy clara, porque existen un par de teorías.
Por un lado, se dice que un grupo de personas acudieron a la plaza del Sol de Madrid en la Nochevieja de 1882 a comer las uvas para mofarse de la burguesía, que tenía esa costumbre. Otra hipótesis es que fue una estrategia de los empresarios de los viñedos para dar salida a la abundante cosecha de 1909: vender 'uvas de la suerte'. Su maniobra cayó en gracia y hasta hoy: para la Nochevieja de 2019, se estimaba que el consumo de uvas sería de unas 8.000 toneladas.
Tipos de uvas
Hay muchas variedades de uva ‘de mesa’, que son aquellas que se comen y no se utilizan para vino. Pueden ser blancas o tintas, aunque dentro de cada grupo hay diferentes tonalidades. También hay con pepita o sin ella (los médicos recomiendan las segundas para la última noche del año y, así, evitar posibles ahogamientos). Entre las blancas, las más famosas son la aledo, que se cultiva en Vinalopó (Alicante) y la moscatelItalia. Y, en las tintas, destacan la cardinal o la flame. Pero estos son solo algunos ejemplos, porque la lista es bastante larga. Las diferencias entre ellas, más allá del color o las pepitas, se basan en el grosor de la piel, la acuosidad, la pulpa o el dulzor.
Además de ser un regalo para el paladar, las uvas, como la mayoría de la fruta, aporta múltiples nutrientes del organismo, de hecho, son una fruta esencial para el mantenimiento de la buena salud de la piel. Vitaminas, minerales y demás elementos las hacen más que recomendables para formar parte de los ingredientes de los menús de otoño-invierno.
- Agua: supone el 80 % de su composición. Contribuyen a mantener el cuerpo correctamente hidratado y, además, poseen un importante efecto diurético.
- Fibra: tienen una gran cantidad de pectina, lo que hace que contribuyan al buen funcionamiento del tránsito intestinal. Eso sí, hay que consumirlas con piel.
- Resveratrol: es el popular polifenol que se encuentra en las uvas tintas. Tiene poder antioxidante, por lo que ayuda a protegerse de los efectos del sol en la piel y a prevenir su envejecimiento. Además, se le atribuyen capacidades antiinflamatorias.
- Antocianinas: también se concentran en las tintas (en general, en las frutas de color rojo, rosa, morado o azulado). Contribuyen a reducir los niveles de colesterol en la sangre y a tratar o prevenir problemas como la cistitis o la prostatitis.
- Hidratos de asimilación lenta (los 'buenos'): Ayudan a combatir la fatiga, porque dan energía y aumentan la sensación de saciedad.
- Potasio: Influye en el buen funcionamiento de los nervios y de la contracción muscular. Asimismo, contribuye a disminuir la tensión arterial y regula la cantidad de agua dentro y fuera de las células.
- Vitamina A: es adecuada para el desarrollo de huesos y dientes, mantener la salud de la piel y las mucosas, así como los tejidos blandos.
- Vitamina B6: favorece el desarrollo cerebral y refuerza el sistema nervioso y el sistema inmunitario.
- Vitamina C: o ácido ascórbico. Es conocida por sus propiedades antioxidantes. Ayuda a asimilar el hierro que aportan otros nutrientes, a la formación de colágeno y ala cicatrización de las heridas.
Son un ingrediente excelente para preparar tanto recetas dulces como saladas. Por ejemplo, aportan un buen contraste de sabor en los guisos o asados de carne propios de los meses de frío. También es habitual utilizarlas en la preparación de las migas manchegas o como acompañamiento del queso. Ya lo dice el refrán: "Uvas y queso, saben a beso".
Las uvas tienen fama de ser un alimento que engorda, debido a su aporte de hidratos de carbono y azúcares. Esa composición también provoca el rechazo de los pacientes de diabetes tipo 2, que las consideran peligrosas. Sin embargo, es recomendable consultar con un especialista antes de rechazarlas, porque el tipo de hidratos de carbono que aportan, además del agua y la fibra, podrían ser, de hecho, beneficiosos. Tratar el tema con el médico antes de incluirlas o eliminarlas en la dieta, si se quiere adelgazar o se tienen problemas de salud, es importante.