Catabolismo muscular, ¿qué es?
El propio término, catabolismo muscular, ya asusta de por sí. Parece anunciar nada bueno y lo cierto es que es así.
Cuando se produce un catabolismo muscular en nuestro organismo es porque este, al no recibir alimento, se está nutriendo de sus propios tejidos, de manera que consume el músculo, lo cual conlleva la desaparición paulatina de la masa muscular.
Causas
Este es un fenómeno propio de dietas de adelgazamiento o de planes de entrenamiento exigentes que no van acompañados de la alimentación correcta. Se trata de un proceso muy negativo, cuyo impacto no tiene nada de positivo, ni siquiera cuando el cuerpo adelgaza y este es tu objetivo. Si lo ha hecho de esta forma es porque habrás dejado de comer muchos ingredientes que deberías incluir en tu dieta para aportar proteínas necesarias para la salud del organismo y así no perder el tono muscular, y esto puede tener consecuencias nefastas.
Una cosa muy distinta es adelgazar con una dieta adecuada y, sobre todo, a partir de la actividad física controlada, y otra muy distinta hacerlo “cerrando el pico”, como se dice vulgarmente, de aquella manera, sin control ni supervisión. Los músculos hacen que el cuerpo funcione y si el organismo comienza un proceso de catabolismo muscular puedes perder peso, pero también acabarás con la fuerza concentrada en los músculos, y eso tiene consecuencias graves a nivel de fuerza, movilidad y de bienestar en general.
Cómo evitarlo
Evitarlo no es algo difícil porque basta con aportar al organismo las proteínas diarias que necesita para que sus músculos estén nutridos y funcionen de forma adecuada. La cantidad recomendable varía en función de algunos parámetros que son personales, pero un valor medio orientativo son los dos gramos de proteínas por kilo de peso. Lógicamente, no es lo mismo una persona que tiene sobrepeso de una que está físicamente en forma, ni tampoco es igual un hombre con 1,85 de altura y 80 kilos de peso que una mujer que mide 1,60 y pesa 52 kilos, por poner dos ejemplos en los que se entienden muy bien las diferencias. Peso y altura no son tampoco los únicos factores que se deben tener en cuenta -edad, historial clínico, hábito deportivo, etc.- pero ambos son decisivos.
Como ves, una cifra que demuestra que realmente no el consumo controlado de proteínas no está reñido con el peso. Se puede mantener la línea y consumir proteínas: solo hay que hacerlo en la cantidad recomendada y, sobre todo, a partir de alimentos que sean saludables en cuanto a su composición. Es el caso de la carne blanca, pescados como el salmón o una larga lista de verduras y cereales, entre otros.