Revista Mía

Los 7 trucos más efectivos para evitar empachos

Hay platos que nos encantan y comemos hasta atracarnos y, luego, llega el malestar. Prevenir los empachos y las digestiones pesadas es más fácil de lo que piensas, si sigues nuestros consejos.

  • Autor: Teresa Pinyol.

Cuando hablamos de empacho nos referimos a una indigestión producida por una ingesta excesiva de comida o por consumir una serie de alimentos que son de asimilación más lenta o pesada. Hemos hablado con Josep Pont, técnico en Alimentación Natural, para que nos marque unas pautas que eviten este problema:

1. Alimentación consciente

Para ello, hay que evitar distracciones tecnológicas, como la televisión, la tableta o el móvil. Estos aparatos, así como el estrés, provocan el comer compulsivamente. Es cuando se ingieren los alimentos casi sin darse cuenta y sin hambre real. O sea, lo primero es que, cuando vayas a comer, te centres solo en eso, sin distracciones.

Masticando cada bocado unas 30-35 veces conseguirás que el estómago no tenga que trabajar tanto para digerir y te saciarás mucho antes, con lo que evitarás la ingesta de grandes cantidades de comida.

Conservarás las propiedades de los alimentos y masticarás más.

Toma una fruta o verdura con fibra (manzana, pera, zanahoria, apio…) un rato antes de las comidas.

Es un truco muy efectivo para comer despacio y masticar más veces.

Por la noche, opta por verduras al vapor o hervidas y evita las ensaladas.

Resulta muy aconsejable tomar líquidos durante todo el día, pero es mucho mejor si evitas beber mientras comes. Hacerlo antes o algo más tarde ayudará para una buena digestión.

Para librarte de los empachos, recuerda evitar lo que Josep Pont denomina ‘cócteles de nutrientes’. Es decir, no debes mezclar hidratos de carbono, proteínas y grasas. Recordemos qué es cada cosa, para tener bien claro lo que es preferible no mezclar:

  • Hidratos de carbono. Azúcar, glucosa, cereales, legumbres, tubérculos…
  • Proteínas. Las contienen los huevos, los lácteos, las carnes, el pescado…
  • Grasas. A este grupo de nutrientes pertenecen los aceites, las mantecas, etc.

Además, evita siempre las frituras, las bebidas gaseosas, el café y el alcohol, se aconseja no tomar nada que pueda producirte acidez.

Otros alimentos nada recomendables, si tienes tendencia a digestiones pesadas, son el chocolate, la cebolla y el tomate.

Las buenas intenciones no siempre son suficientes para evitar un empacho. Por eso, si notas que la digestión se te hace pesada, puedes tomar una serie de medidas que resultan de lo más efectivas para evitar que el malestar dure demasiado rato:

Dieta. Aunque pueda parecer obvio, conviene recordarlo: no comas nada durante las horas siguientes a la indigestión. Tu estómago
debe terminar el proceso de lo ya ingerido y descansar.

Respira bien. Si notas el estómago demasiado lleno, puede ayudarte el hacer una serie de respiraciones. Tal como indica Josep
Pont, se trata de relajarse y realizar lo que llamaríamos la respiración consciente. Es decir, concentrarte en la respiración y en cómo el aire entra en tus pulmones y es expulsado. Concéntrate en la respiración durante unos minutos y verás cómo te sientes aliviada.

Infusiones. Resultan supereficaces para ayudar a una buena digestión, así que prueba con la manzanilla, el hinojo, el anís (te servirán tanto el verde como el estrellado), la menta poleo… Las infusiones te ayudarán a asentar el estómago y, en caso necesario, a vomitar.

Antiácidos. Si tienes acidez, un antiácido o bicarbonato pueden resultarte de gran ayuda.

Reposo. No hagas ejercicio hasta que te encuentres mejor, una pequeña siesta invitará a tu estómago a centrarse en la digestión.

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