Adelgaza con salud con 20 consejos que sí funcionan
¿Harta de probar dietas con las que no consigues los resultados deseados? No hay trucos mágicos, pero sí formas de sacarle más partido a los esfuerzos
Si estás pensando en bajar de peso, te habrás dado cuenta que no es tarea fácil. En primer lugar, debes consultar a un especialista para que te indique un plan de alimentación adecuado para ti. Asimismo, no te olvides de practicar deporte para complementar cualquier dieta. Sin embargo, existen unas pautas a nivel general que te pueden ayudar a alcanzar tus objetivos.
Consejos básicos
Estas son cuestiones básicas que hay que recordar siempre. Puede que te suenen, pero debes empezar por ellas sí o sí.
- Hacer ejercicio es necesario: No es obligatorio, por supuesto, pero marca una gran diferencia en cuanto a dificultad. Llevando una vida sedentaria, te costará mucho más deshacerte de los kilos que quieres. Tampoco hace falta que te metas en un gimnasio durante horas. Puedes empezar saliendo a caminar a un ritmo ligero todos los días media hora e ir aumentando poco a poco. Es una manera agradable de moverse, puedes hacerlo sola y, además, saldrás de casa, lo que te vendrá bien para el ánimo, que es muy importante.
- No te saltes las comidas: Dejar de comer no es ninguna solución. Puedes reducir las cantidades, pero si prescindes del desayuno, por ejemplo, llegarás a la hora de la comida con el estómago vacío y una sensación de hambre extrema, lo que hará que ingieras más de lo necesario. Establece una rutina de comidas y no te la saltes: tu cuerpo se amoldará a ella y será más fácil seguir la dieta.
- Mantente hidratada: Bebe agua o infusiones sin azúcar u otros edulcorantes. Deja de lado los refrescos (incluso los light), los zumos (aunque sean naturales), y el alcohol. El agua calma la ansiedad y ayuda a que tu cuerpo funcione correctamente, además de no aportar calorías. Es perfecta.
- Huye de los ultraprocesados: Apuesta siempre que puedas por los productos frescos: frutas, verduras, cereales integrales, etcétera. Los alimentos que ‘ayudan’ a adelgazar que venden en el supermercado (tortitas de arroz, por ejemplo) pueden llevar azúcares o sal, y no son recomendables.
- No te obsesiones: Es mejor que no lo hagas, pero, si un día te saltas la dieta, no entres en pánico. A la mañana siguiente, vuelve a retomarla y no te castigues. El ejercicio físico te ayudará a contrarrestar los excesos, siempre que no sean continuos o excesivos. Mantén la calma y disfruta de una alimentación saludable.
- Pica entre horas: Una pieza de fruta, unos frutos secos, un huevo cocido o un yogur natural o vegetal pueden ser de gran ayuda para calmar la sensación de hambre o frenar la ansiedad. Además, harán que el espacio temporal entre comidas se haga más corto y más animado.
- Toma infusiones: Puede que el agua te resulte aburrida y por tu cabeza ronde constantemente la tentación de una bebida con sabor. Desvíate del camino peligroso y echa mano de las infusiones, son una ayuda perfecta. Tienes múltiples sabores entre los que escoger y te pueden ayudar a mejorar la marcha de tu organismo. De hecho, algunas te ayudarán a realizar mejor la digestión, por ejemplo los pepinillos, la fruta y los cereales integrales son buenas opciones para picar entre horas.
- Muévete también en casa: El sofá es una trampa de la que es difícil escapar. Tumbada viendo la televisión es bastante probable que te entre la ansiedad por comer, ya que las pantallas y el picoteo no sano están muy ligadas en nuestras cabezas. Levántante a poner la lavadora, haz algún ejercicio en el salón o ponte algo de música para bailar un rato. Quemarás calorías y liberarás la mente.
- Practica la meditación: Uno de los problemas de someterse a una dieta es la ansiedad que esta puede provocar. Por eso, es adecuado tener herramientas para mantener la calma y la meditación es una de las más efectivas. Puede parecerte un misticismo exagerado, pero no te engañes: son técnicas que utilizan desde ejecutivos estresados hasta profesores de yoga. Actualmente, hay muchas aplicaciones para el móvil que te guiarán para aplicar las técnicas necesarias: haz la prueba.
- Un 'hobby': O varios. Encuenta una actividad que te permita evadirte de tus pensamientos para evitar obsesionarte con tu alimentación. Los trabajos manuales (la costura, la alfarería, la pintura) o la lectura son muy eficaces para despejar la mente. Seguro que hay alguna actividad que encaje con tus gustos, búscala y diviértete.
Por muy arraigadas que estén en tu mente, destierra estas supuestas certezas populares. No son verdaderas y suponen obstáculos en el camino. La sabiduría popular no siempre es acertada.
- La dieta para adelgazar es siempre la misma: Esa afirmación es falsa. Cada persona es totalmente distinta y requiere unas necesidades diferentes. De hecho, es esencial consultar con un profesional antes de someterse a un régimen de adelgazamiento. Los consejos son eficaces, pero un dietista nutricionista es quien sabrá orientarte de manera concreta.
- El gluten engorda: El gluten es una proteína que se encuentra en algunos cereales que ni engorda ni adelgaza por sí misma. No es necesario llevar una dieta sin gluten a no ser que seas celíaca o el médico te lo recete por otra razón. Pero para perder peso no influye en nada.
- Un desayuno abundante es esencial: Empezar la mañana comiendo mucho, si no se tiene hambre, ni tiene sentido ni ayuda a adelgazar. El organismo dispone de sus reservas para aportar al cerebro la glucosa que necesita, lo importante es reconocer cuándo se tiene realmente hambre y no comer por el mero hecho de ingerir comida.
- Hay alimentos que adelgazan: Ni la piña ayuda a perder peso, ni la lechuga, ni ningún alimento ‘adelgaza’. No son mágicos: algunos ayudan a calmar la ansiedad o provocan sensación de saciedad antes que otros, pero no hay ningún secreto escondido en una manzana.
- La dieta vegana adelgaza: Hay que empezar con la advertencia de que eliminar cualquier ingrediente de procedencia animal de la dieta sin la ayuda de un especialista es peligroso, ya que se puede sufrir un déficit nutricional. Y después hay que tener en cuenta que no es que la carne engorde porque sí, sino que lo que hace ganar peso es una mala alimentación y una dieta vegana no tiene por qué ser necesariamente saludable.
- Informa a tu entorno: No te avergüences de estar a dieta ni lo lleves en secreto. Tus personas cercanas pueden ayudarte a conseguir tu objetivo de muchas maneras: ayudándote a distraerte, adaptando su alimentación a la tuya cuando os juntéis o, simplemente, dándote ánimos. Es muy importante.
- Apunta tus progresos: No hace falta que te peses cada día, sigue las pautas que te dé el nutricionista. Cuando veas que el número de la báscula desciende poco a poco, te sentirás animada y con fuerzas para seguir con la dieta. Y cuando eches la vista atrás, comprobarás que tus esfuerzos han dado fruto y te llenarás de satisfacción.
- Varía tu dieta: No te condenes a comer cada día lo mismo solo porque no engorda. Intenta que tus menús sean lo más animados posible, pese a estar llevando un régimen de adelgazamiento. Aunque al principio no te lo parezca, puede hacerse.
- Come despacio: Masticar bien es importante para controlar la ansiedad y acelera la sensación de saciedad. No engullas, disfruta de cada bocado. Un buen truco puede ser dejar los cubiertos en la mesa cada dos o tres cucharadas y respirar con tranquilidad.
- Juega con tus sentidos: Prueba a comer en platos de postre. Te parecerá que hay mucha cantidad ante ti y, además, te ayudará a controlar la cantidad que ingieres. Poca comida en un plato grande sugiere, de entrada, que vas a comer poco y que, más tarde, pasarás hambre. Hazte trampas sensoriales.