Revista Mía

Descubre todo sobre la dieta nórdica que querrás imitar

¿Has oído hablar de la dieta nórdica? Cuando hablamos de ponernos a dieta, siempre predomina el deseo de adelgazar. La dieta nórdica combina la nutrición saludable con la sostenibilidad ambiental.

Cuando pensamos en una dieta saludable, "mediterráneo" es una palabra que aparece en nuestras cabezas casi de manera automática. Sin embargo, ha llegado una nueva propuesta que casi se pone a la altura de la dieta saludable por excelencia: la dieta nórdica; que además de una alimentación saludable apuesta por el apoyo al comercio local.
Y es que todos tenemos claro, en mayor o menor medida, qué hay que hacer para estar saludable: mantenernos activos, comer saludable y evitar que los malos hábitos, como el alcohol, los alimentos ultra procesados o el tabaco se conviertan en rutina. Es aquí donde entra la protagonista de hoy: la dieta nórdica.
Esta dieta se basa en priorizar los alimentos de temporada, y es que la naturaleza es sabia y nos ofrece en cada momento lo más adecuado para nuestro organismo. Las razones por las que comer comida de temporada son muchas. En primer lugar, con solo decir que son de temporada, ya sabemos que nos estamos refiriendo a frutas y verduras. Y, como sabemos, priorizar las frutas y verduras en nuestra alimentación nos traerá una buena cantidad de nutrientes y minerales. Lo más curioso es que nuestro cuerpo no demanda los mismos minerales en invierno que en verano. Por ejemplo, en los alimentos típicos de invierno son ricos en vitamina C, para suplir la falta de sol y activar nuestras defensas.
Pero nuestra salud no es la única beneficiada de seguir esta dieta: el medio ambiente sin duda también nos lo agradecerá. La producción de frutas y verduras fuera de temporada implica la utilización de pesticidas y fertilizantes químicos que dañan el medio ambiente. Estos pesticidas no son lo único que daña el medioambiente: consumir frutas y verduras fuera de temporada implica que deben importarlos de lugares más lejanos, lo cual implica un gasto de CO2 procedente de los vehículos que es mucho mayor que si se trasladaran de lugares más cercanos.
Con estas premisas, la dieta nórdica implica un mayor consumo de las frutas y verduras que tengamos más cerca. De esta forma, otra de las grandes ventajas de seguir este tipo de alimentación no es otro que la de apoyar el comercio local. Dado que solemos recurrir a las grandes superficies para adquirir nuestros productos, el hecho de que sean de temporada evitará las importaciones y hará que el sector primario de tu zona salga ganando.
Las premisas de esta dieta son bastante fáciles de seguir y además no te ocasionarán ningún dolor de cabeza: se basa en aprovechar lo mejor que te ofrezca tu entorno, y hacerlo de la forma más natural posible para aprovechar todos sus beneficios. Por ejemplo, los pescados que se crían de manera natural en el mar crecen más jugosos y poseen una mayor cantidad de Omega 3 que aquellos que crecen aglomerados en piscifactorías. Ya que en los países nórdicos son típicos los pescados como el salmón o el atún, optar por sus versiones más naturales es mucho mejor para la salud.
Esta dieta no se basa en restricciones, ya que de esa forma acabaremos sintiendo más ansiedad y dándonos por vencidas en nuestro propósito de ser más saludables. Por el contrario, apuesta por comer una buena variedad de frutas, verduras y legumbres, construyendo unos menús completos y saludables que nos mantendrán sanas y vitales durante mucho más tiempo.
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