Revista Mía

Todo lo que tienes que saber sobre la vitamina C

También conocida como ácido ascórbico, esta vitamina cumple un papel fundamental en el organismo, pues se encarga de reparar y mantener los tejidos celulares. Te contamos todas las funciones que desempeña en el cuerpo y cómo obtenerla.

La vitamina C es una vitamina hidrosoluble, también conocida como ácido ascórbico. Es una de las más importantes para el organismo, y es que entre otras funciones, se encarga de reparar y mantener los tejidos. Además de los muchos beneficios que esta nos aporta por sí misma, es necesaria para la correcta asimilación de otros nutrientes como el hierro. Te contamos todo lo que tienes que saber sobre este micronutriente fundamental.

¿Cuáles son los beneficios de la vitamina C o ácido ascórbico?

  • Producción de colágeno. Una de las funciones más importantes de la vitamina C es mantener los niveles de colágeno, muy importantes para la formación de tejido conectivo en piel, huesos y ligamentos. Por tanto, ayuda a mantener unos buenos niveles de esta vitamina en el cuerpo retrasa el envejecimiento de tu piel, ya que actúa sobre  sobre la formación de puentes de colágeno y combate los radicales libres. Por este mismo motivo, desempeña también un papel clave a la hora de curar y cicatrizar heridas. Además, las células de las paredes arteriales necesitan colágeno (y por lo tanto, vitamina C) para expandirse y contraerse con los latidos del corazón.
  • Acción antioxidante. La vitamina C es un potente antioxidante que protege las células contra los efectos nocivos de los radicales libres, las moléculas que se producen cuando el cuerpo descompone los alimentos o se expone al humo del tabaco y la radiación del sol. Los radicales libres pueden estar detrás del desarrollo de enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.
  • Eficaz para mejorar la absorción del hierro. Facilita la absorción de hierro a nivel gastrointestinal y permite una mayor movilización de este mineral desde los depósitos.
  • Buena para el sistema inmune. La vitamina C refuerza las defensas en el caso de los resfriados. No los evita, pero sí suelen ser menos intensos y de menor duración.
La cantidad diaria recomendada de vitamina C es de 90 miligramos para hombres adultos y 75 miligramos para mujeres adultas. El estrés, el exceso de alcohol y el embarazo también aumentan las necesidades de esta vitamina. Por eso, los fumadores necesitan tomar 35 mg más por día para reparar el daño causado por los radicales libres. El estrés, el exceso de alcohol y el embarazo también aumentan las necesidades de esta vitamina.
Seguir la dieta mediterránea es una de las mejores cosas que podemos hacer para mantener unos buenos niveles de vitamina C en el organismo. Es fácil obtenerla, pues la mayoría de frutas y verduras contienen este micronutriente. Está presente sobre todo en los cítricos (naranja y limón especialmente), pero también en otras frutas como el kiwi, papaya o fresas. La encontrarás en verduras como el brócoli, pimiento rojo o coles de Bruselas.
Si seguimos una dieta equilibrada en la que estén presentes frutas y verduras, no tendremos ningún problema para cumplir los requerimientos de este micronutriente. Ahora bien, si tenemos déficit, lo sabremos porque notaremos los siguientes síntomas:
  • Dolor e inflamación de las articulaciones.
  • Debilidad muscular.
  • Cansancio.
  • Gingivitis (inflamación de las encías).
  • Hematomas.
  • Mala cicatrización de las heridas.
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