Flores comestibles: cuáles son y cómo utilizarlas
Del jardín al plato: las flores también se comen y pueden agregar diversos sabores y matices a tus creaciones culinarias, tanto dulces como saladas. Te descubrimos algunas de las que puedes utilizar y todo lo que debes conocer sobre ellas.
Todas estamos de acuerdo en que las flores quedan preciosas en cualquiera de los rincones de la casa, alegran la vista y sin duda, tan solo con verlas dan un empujón a nuestro estado de ánimo. Seguro que alguna vez te has animado a decorar alguno de tus espacios con ellas, ¿pero te has lanzado a incluirlas en alguno de tus platos?
Quizá hayas visto ensaladas y creaciones dulces decoradas con pétalos y flores frescas, y que a priori puede parecer reservado para usos de repostería y alta cocina. Sí y no, porque en muchos puntos del globo (como México, por ejemplo) llevan siglos utilizando la flor de calabaza en sus platos, y en India la utilización de pétalos de rosa en las comidas era algo usual.
Añadir flores a nuestras creaciones culinarias probablemente multiplique (y si se usan bien) el atractivo y la estética del plato, pero no solo se trata de eso. Las flores actúan como sazonador y con ellas se logran diversos sabores y matices dependiendo de cuáles utilicemos. También contienen nutrientes como vitaminas del grupo A y B, betacarotenos, licopenos y otros componentes como polifenoles o fitoquímicos, al igual que ocurre cuando condimentamos nuestros platos con hierbas aromáticas.

plato redondo con flores
¿Cuáles puedo utilizar?
Las flores que podemos utilizar para cocinar deben de ser aquellas especies comestibles cultivadas por nosotras, o si las compramos, que sean de cultivo ecológico y cosechadas exclusivamente para fin alimentario. Puedes conseguirlas en mercados locales y algunos supermercados, aunque siempre será mejor cultivarlas por nuestra cuenta (si es posible). Así sabremos de buena tinta que las plantas de las que provienen han sido regadas con agua limpia y lejos de pesticidas.
Teniendo en cuenta esto, algunas de las plantas que podemos utilizar con fines alimentarios son:
- Flores de calabaza y calabacín: son de un tono amarillo intenso, pueden alcanzar un tamaño considerable y tienen un sabor suave. Puedes hacerlas fritas, rebozadas e incluso rellenas.
- Diente de león: su sabor dulce y algo meloso le convierte en el candidato ideal para incorporar a postres y arroces.
- Camomila: sus pétalos son perfectos para añadir a ensaladas y algunos dulces. Tiene una nota ligeramente picante.
- Geranio: de los balcones al plato. Sus pétalos presentan sabores cítricos y ligeramente afrutados. Se agregan a postres, bebidas y ensaladas.
- Hibisco: sus colores pueden variar y tiene un sabor dulzón que combina a la perfección con carnes y pescados. También puedes confitarlas.
- Jazmín: con un sabor dulce y aroma inconfundible, puedes agregarlas a infusiones y creaciones dulces.
Tips de uso
Bien sean compradas en envase o recogidas por nosotras mismas, el primer paso es asegurarse de que están limpias y no hay rastros de insectos ni impurezas. Si las recolectas tú, elige siempre las que tengan un aspecto fresco y que desprendan un buen olor. Olvídate de los estambres, tallos, pistilos y la base blanca de los pétalos porque suelen aportar sabor amargo, mejor deséchalos.
Después es indispensable lavarlas (siempre delicadamente, no olvidemos que son flores y son un producto delicado), en un cuenco con agua fría y después escurrirlas lo mejor posible. Nuestro consejo es que coloques las flores sobre una toalla de papel alineadas de tal manera que no se sobrepongan ni se peguen entre ellas.
Otro factor a tener en cuenta es que se trata de un ‘ingrediente vivo’ que obviamente irá estropeándose con el paso del tiempo, por lo que nuestra recomendación es utilizarlas bien inmediatamente o conservarlas en un recipiente hermético durante un tiempo máximo de una semana. Para que aguantes mejor, coloca un trocito de papel húmedo en la base del recipiente.