¿La sal es necesaria? Sí, pero no en exceso
Ya sabemos que el exceso de sal puede tener consecuencias muy negativas en nuestra salud. Pero, ¿es necesaria?

La sal es un ingrediente muy popular que no suele faltar en las comidas. Sin embargo, el exceso de sal aumenta el riesgo de diversas enfermedades, como enfermedades cardiovasculares o el ictus. Por eso, saber cuánta tomamos y cómo podemos reducir su consumo es fundamental para llevar un estilo de vida saludable.

¿La sal es verdaderamente necesaria?
¿Cuánta sal se recomienda consumir?
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan no consumir más de 5 g de sal al día. Esto es debido a que su consumo está relacionado con problemas en el organismo como: tensión alta, enfermedades cardiovasculares e ictus, pérdida de calcio de nuestros huesos aumentando el riesgo de sufrir osteoporosis…
Desgraciadamente, la cantidad que consumen de media los españoles suele estar por encima de lo recomendado. Si sabemos que la sal puede ser perjudicial, ¿por qué la consumimos en grandes cantidades?
Porque muchos de nosotros pensamos que la sal que consumimos únicamente proviene de la sal que añadimos nosotros al cocinar o preparar nuestros platos. Pero la realidad es que también hay otra sal “invisible” que está presente en varios productos que compramos en el supermercado que corresponde al 80% de la sal que consumimos.
Estos son algunos de los productos procesados con un alto contenido en sal:
• Encurtidos: cebolleta, aceitunas…
¿Cómo podemos reducir su consumo?
Muchos de los productos del supermercado contienen altas cantidades de sal porque realiza tres funciones principales en el procesado de los alimentos:
- Conservación: la sal deshidrata el producto por lo que hace que tenga menos contenido hídrico y así evita que los microorganismos tengan facilidad para multiplicarse y crecer
- Sabor: en la lengua existen receptores específicos de este mineral y los alimentos que contienen un gran porcentaje de sal, aportan gran sabor a nuestro paladar
- Textura: la sal mejora la textura de los alimentos porque tiene la capacidad de retener agua
Ahora que conocer el papel importante que tiene la sal en el procesado, te preguntarás ¿cómo puedo disminuir su consumo?
La sal presente en los alimentos frescos es bastante baja, por lo que esto no debiera de suponer un problema. La cuestión está en el consumo de los alimentos procesados, que es cuando se añaden cantidades importantes de este mineral. Por tanto, el mejor consejo a seguir es tratar de limitar el consumo de estos productos y optar por las versiones bajar en sal.
Asimismo, no debemos olvidar la sal que añadimos durante el cocinado. Podemos disminuir la cantidad utilizando especias que van a enriquecer el sabor de los platos sin que nos pidan tanta cantidad de sal.
También podemos tratar de reeducar a nuestro paladar. Seguramente no aceptaríamos un cambio drástico en los sabores y texturas de los alimentos que estamos habituados a consumir, pero si paulatinamente vamos disminuyendo su consumo, al final nos acostumbraremos a sabores menos salados.

La sal yodada tiende a ser una opción interesante.
¿En qué me fijo a la hora de comprar un producto?
El etiquetado del contenido en sal de los alimentos puede llevar a la confusión. Muchas veces en el envase de un producto no siempre aparece directamente el contenido en sal y se indica el contenido en sodio. Si queremos traducirlo a contenido en sal, simplemente hay que multiplicar ese valor por 2,5 para saber la cantidad de sal que tiene ese producto.
Para que no te engañen con el etiquetado de los productos, es importante entender las declaraciones nutricionales sobre la sal que a aparecen en algunos envases:
- Contenido reducido de sodio/sal: tiene un 25% menos de sal en comparación con un producto similar
- Bajo contenido de sodio/sal: el producto contiene 0,12 g de socio (o menos) por 100 g
- Muy bajo contenido de socio/sal: el producto contiene 0,04 g sodio (o menos) por 100 g
- Sin sodio o sal: el producto contiene menos de 0,05 g sodio por 100 g
- Sin sodio añadido o sal: no se ha añadido al producto ni sal ni sodio ni ingrediente alguno con sodio o sal añadidos.