Tres alimentos que no imaginabas que podían aumentar nuestra vitamina D
La vitamina D es una vitamina que en invierno suele bajar en nuestro cuerpo ya que tomamos menos el sol, pero podemos ingerirla con los alimentos adecuados.
La vitamina D que normalmente recibimos del sol, es vital en nuestro cuerpo. Los beneficios de esta vitamina afecta no solo a la piel, también a órganos como los huesos o el cerebro. Nos ayuda por ejemplo a disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, a mejorar el estado de ánimo y a aumentar la absorción de calcio y fósforo.
Normalmente se necesitan unos 15 microgramos diarios de vitamina D para hombres y mujeres adultos y para las personas mayores de 70 años, 20 microgramos de vitamina D al día, ya que su fiel pierde edificación a la hora de absorberla. Según los expertos, exponer la cara y las manos a la luz solar durante unos 15 minutos tres veces a la semana sería suficiente para cubrir esos niveles.
La falta de vitamina D, algo especialmente habitual en los meses de invierno en que hay menos luz y tomamos menos el sol (te recordamos que eso de tomar el sol debe hacerse siempre con precaución y protegidos, aunque sea en invierno) se traduce en dolor de huesos, cansancio extremo, riesgo de sufrir diabetes tipo 2 y osteoporosis, o disminución de la fertilidad entre otros efectos secundarios.
Son pocos los alimentos que contienen de manera natural vitamina D y los más conocidos son el pescado azul (sardinas, caballa, atún, boquerones o chicharros por ponerte algunos ejemplos), los mariscos en general (desde los mejillones a las gambas), los huevos y los lácteos, pero hay tres más que también tienen un alto porcentaje de vitamina D ideales para añadir en nuestra dieta en los meses con menos sol del año.
Las setas y hongos
Tanto las setas como los hongos son una gran fuente de vitamina D, especialmente dos variedades de origen japonés: la seta shitake y maitake. Estas dos tienen una alta concentración de ergocalciferol (5,2-28,1 microgramos por cada 100 gramos en el caso de la Maitake).
El aguacate
No solo es versátil en la cocina, el aguacate es una fuente de vitamina D, rica en ácidos grasos cardiosaludables y minerales como potasio, calcio y magnesio.
El hígado de ternera y el de pollo
Aunque contiene menos cantidad de vitamina D que otros alimentos como las sardinas, es altamente beneficioso, tal y como han explicado nuestros expertos en nutrición, especialmente para aquellas personas que necesiten más hierro. Además, ayuda a reforzar el sistema inmunológico.