El desayuno es una de las comidas principales del día, por no decir la que más. El desayuno influye en nuestro rendimiento diario, es fundamental para que podamos obtener energía y que se nos quite el sueño por la mañana y también condiciona directamente nuestro estado de forma, nuestra salud y nuestro peso. De ahí la importancia de que el desayuno sea el adecuado…
Seguramente te suena el famoso dicho de “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”, ¿verdad? El que es uno de los refranes españoles más populares no podría ser más cierto: el desayuno debería ser la comida más importante del día y a la que deberíamos prestarle una atención especial. El desayuno perfecto, según los nutricionistas y expertos, debería contener entre 300 y 500 calorías y aportar tanto grasas saludables insaturadas como fibra y proteínas. En total, un 25% de la energía diaria.
¿Piensas que un desayuno abundante puede hacerte engordar y que es mucho mejor saltártelo y ayunar hasta la hora de almuerzo? Nada de eso: un desayuno equilibrado y correcto te saciará durante toda la mañana, por lo que puede ser efectivo en la pérdida de peso. Olvídate de saltarte el desayuno –algo que ralentizará tu metabolismo- y toma algunos de los alimentos más recomendados a esta hora del día, como los huevos – que aportan proteínas de alta calidad biológica-, o la avena –que como los cereales integrales- contiene mucha fibra y proporciona una sensación de plenitud durante horas. La fruta también es más que recomendable.
Por el contrario, los alimentos azucarados y la bollería industrial, como los croissants, las rosquillas y donuts, las galletas o los pastelitos nunca deberían formar parte del desayuno –al menos de uno saludable-, a pesar de que son las opciones más recurrentes para muchas personas que no tienen tiempo o ganas de preparar algo por la mañana. Si quieres llevar una alimentación más sana y de paso, perder algo de peso y mantenerte en forma, toma nota de estas recomendaciones a la hora de desayunar. ¡Tus mañanas nunca volverán a ser lo mismo!
No consumas bollería industrial
La bollería industrial es una opción muy recurrente para acompañar el café o la leche, aunque sea poco recomendable por contener muchas grasas y azúcar. Los cereales azucarados y las galletas también deben ser un “capricho” ocasional y no la base del desayuno.
Rompe el ayuno lo antes posible
El desayuno debe tomarse antes de las dos primeras horas después de haberse despertado. Esta acción sirve para estimular el trabajo del aparato digestivo y para poner en movimiento el metabolismo.
Cafeína para quemar calorías
Diversos estudios confirman que 100mg de cafeína al día pueden ayudar a quemar entre 79 y 150 calorías extra por jornada. ¡Ya tienes un motivo más para tomar café por las mañanas! Eso sí, intenta tomaro sin azúcar.
Toma avena
La avena contiene un alto nivel de fibra dietética, algo que promueve efectos benéficos en el intestino: es laxante y sacia durante toda la mañana, por lo que te ayudará a mantener los niveles de glucosa estables.
Incluye un par de huevos
Una investigación del International Journal of Obesity ha demostrado que consumir huevos en el desayuno puede contribuir a perder peso. Esto se debe a su elevado nivel de proteínas y su efecto saciante. Los huevos también son fuente de fósforo, hierro, cinc, vitaminas A, E, B2 y B12 y ácido fólico. ¿La mejor forma de tomarlos? Revueltos, cocidos o en una tortilla.
Toma proteínas
Siempre asociamos los desayunos solo con los hidratos de carbono: azúcar y dulces. Sin embargo, para que este sea saciante y nos evite tener antojos a media mañana, es imprescindible que incluyas también proteínas en él. Bien a través de los huevos o con otros alimentos ricos en este nutriente, como el yogur griego.
Desayuna como un rey
El valor calórico del desayuno debe estar entre las 300 y 500 calorías. Debe, en definitiva, aportarte el 25% de tu energía diaria. Si puedes, tómate tu tiempo cuando desayunes, eso también te ayudará a saciarte antes y mejorará tus digestiones.
Equilibrio nutricional
Según muchos nutricionistas, el desayuno debería tener un equilibrio en los macronutrientes que nos aporta: de 10 a 15 gramos de grasas insaturadas, 25 gramos de fibra y entre 13 y 20 gramos de proteínas.
Copos grandes
Según un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania, el tamaño de los cereales que tomamos en el desayuno influye en el peso: si los copos son pequeños solemos subestimar el número de calorías que estámos consumiendo. Por ello, recomiendan consumir cereales integrales con copos grandes.
Un puñadito de frutos secos
Los frutos secos brindan mucha textura a las preparaciones y combinan muy bien con la avena o el yogur. Tomar un par de nueces o almendras en el desayuno te aportará grasas insaturadas saludables -omega 3- y te saciará durante más tiempo.