A veces pensamos que estamos desayunando correctamente, pero en realidad, no tanto. Te contamos cuáles son los fallos más frecuentes en la primera comida del día.
En torno al desayuno siempre ha existido el mito de que es la comida más importante del día. Pues bien, esto no es cierto. A día de hoy, muchos nutricionistas argumentan, con estudios en la mano, que la primera comida del día no es prioritaria, sino una más de las que hacemos al día. Si a primera hora del día no sientes la necesidad de comer, no pasa absolutamente nada. Ahora bien, tampoco es recomendable que horas más tarde arrases en la máquina de vending de la oficina.
Si por el contrario, eres de las que no puede salir de casa sin desayunar, no te pierdas estas ideas de desayunos saludables, nutritivos y deliciosos. Según los nutricionistas, un desayuno saludable ha de estar compuesto por hidratos de carbono (si son de absorción lenta, mejor que mejor), proteínas y grasas saludables. Es decir, es importante que los tres macronutrientes esenciales estén presentes en esta primera comida del día. ¿Eres de las que sin el café no puede vivir? Pues te recomendamos que lo tomes después de haber ingerido algo sólido, y nunca antes. El motivo es que esta bebida puede ser ácida para el estómago y causarnos problemas digestivos.
Uno de los errores que más solemos cometer es tomarnos un zumo de naranja creyendo que es saludable. No, el que nos preparamos en casa tampoco es demasiado recomendable. El motivo es que el azúcar intrínseco de la fruta se convierte en azúcar libre una vez la hemos exprimido. Lo mejor es que consumamos la pieza de fruta entera y fresca. Y ya que hablamos de azúcares, añadir panela o sirope de agave al café pensando que es una alternativa mejor al azúcar también es un error. Este tipo de sustitutos del azúcar también son eso, azúcar.
Y por supuesto, nada de bollería industrial ni galletas. No estamos diciendo que no las consumas de manera puntual un día que te apetezca, pero nunca deberían formar parte de tus desayunos de manera habitual. Este tipo de productos están repletos de grasas saturadas y azúcares, que no hacen ningún bien a nuestro organismo. Tampoco nos aportan apenas nutrientes, así que mejor dejarlos para ocasiones especiales.
¿Quieres saber cuáles son los errores más frecuentes que cometemos en el desayuno? Te los descubrimos a continuación.
Tomar solo un café
Si eres de las que a primera hora del día solo toma un café, déjanos decirte que no lo estás haciendo bien. Consumir esta bebida en ayunas puede repercutir negativamente al sistema digestivo. ¿El motivo? Es demasiado ácido para el estómago, por lo que lo recomendable es ingerirlo después de haber comido algo sólido.
Abusar del azúcar
Las galletas de desayuno no son una opción saludable, pues están llenas de azúcares y calorías sin apenas nutrientes interesantes para la salud. Si eres de las que desayuna un café con galletas, cada mañana experimentas un pico de azúcar. Y no, desayunar una tostada con mermelada tampoco es muy recomendable. Aunque a priori parezca una opción saludable al estar elaborada con frutas, también contiene altas cantidades de azúcar. De hecho, este producto supera la cantidad recomendada de azúcares por la OMS.
No incluir fruta y verdura
Los nutricionistas aconsejan consumir 5 raciones diarias de fruta y verdura. Incluirlas en el desayuno es la mejor manera de asegurarte de que llegarás a este requerimiento. Buenas opciones para ello son un bol con avena y fruta, o unos huevos revueltos con tomates cherry y espinacas.
Prescindir de las grasas saludables
Existen alimentos que, aunque son bastante calóricos, también son ricos en grasas saludables. Son ejemplos de ello el aguacate, los frutos secos al natural o el aceite de oliva. Te damos ocho ideas de tostadas de aguacate que alegrarán tus desayunos.
Beber solo leche desnatada
Aunque la leche desnatada puede parecer la mejor opción, en realidad no lo es tanto. Al eliminar la grasa, se retiran también ciertas vitaminas importantes como la A y la D. También se pierde una cantidad minoritaria de tocoferol (vitamina E), así como parte de la capacidad de absorción del calcio, que nuestro sistema absorbe mejor acompañado de la grasa de la leche. Las mejores opciones son la semidesnatada o la entera.
Tomar cereales de desayuno ultraprocesados
Cuidado con los cereales de desayuno que se venden bajo el reclamo de 'light', 'diet' o 'fit. Aunque parecen más saludables, la mayoría de las veces nos fijamos en la etiqueta y descubrimos que en realidad, tienen la misma cantidad de azúcar. ¿La mejor alternativa? Un bol de avena. Si necesitas ideas para incluir este cereal en tu desayuno, aquí van algunas ideas.
Beber zumo de frutas
Los zumos industriales son muy ricos en azúcares. Sin embargo, los caseros tampoco son una buena opción, aunque creamos que sí. Cuando exprimimos la fruta, el azúcar intrínseco se convierte en azúcar libre, un tipo de azúcar que deberíamos evitar. Es mejor comerse la pieza entera que beberse el zumo.
Endulzar el café con panela
Sirope de agave, la panela o el azúcar moreno son mejores que el azúcar blanco, cuando en realidad son lo mismo: azúcar. Si quieres endulzar el café, añade un poquito de canela.
No tomar proteínas
Los mejores desayunos son los que contienen grasas saludables y proteínas. Este último macronutriente favorece la sensación de saciedad, por lo que a media mañana no sentirás la necesidad irrefrenable de ir a la máquina y comer algo ultraprocesado. Además, son el grupo de alimentos que más cuesta digerir, un proceso que consume alrededor del 20% de su aporte calórico. Los huevos revueltos siempre serán una buena opción de desayuno. Ficha los trucos para que te salgan perfectos.
Acompañar tu tostada con pavo envasado
A pesar de que se trata de una carne magra, con poco aporte de grasas, cuando lo tomamos en forma de fiambre no deja de ser una carne procesada, un tipo de alimentos que deberíamos reducir de nuestra dieta. Consúmelo de manera ocasional.