10 consejos para comenzar a llevar una dieta más sostenible y ecológica
¿Cómo puede influir la alimentación en el clima? Con estos consejos podrás llevar una dieta que sea mucho más sostenible con el planeta y luche contra el cambio climático.
Es indudable que el clima está cambiando y que la forma en que comemos está contribuyendo a ello. El cambio climático se ha convertido en un tema candente últimamente, ya que la gravedad y la frecuencia de las grandes tormentas, sequías y otros desastres naturales se ha disparado en muchos lugares del mundo, directamente relacionadas con él. Si bien puede parecer que una persona no puede marcar la diferencia frente a estos fenómenos, cómo y qué elegimos comer puede tener un impacto importante en ellos. Así como diferentes alimentos pueden tener diferentes impactos en la salud humana, muchos de ellos también pueden tener diferentes impactos en el medio ambiente...
A medida que las naciones y ciudades se han urbanizado y los ingresos de los ciudadanos han aumentado a lo largo de todo el mundo, las dietas tradicionales, que suelen ser más altas en alimentos de origen vegetal de calidad, han pasado a un patrón dietético de estilo occidental. Esta transición se caracteriza por un alto consumo de calorías, alimentos altamente procesados que incluyen carbohidratos refinados, azúcares agregados, sodio y grasas no saludables, y grandes cantidades de productos animales. Junto con los impactos negativos en la salud humana asociados con esta transición nutricional, este patrón dietético es en última instancia, insostenible para el planeta debido a cómo se producen y distribuyen estos alimentos.
¿Cómo se puede llevar una dieta que sea mucho más sostenible? Los expertos hablan de una “dieta de salud planetaria", aunque simplemente se podría lograr un cambio significativo y mucho más sostenible para el planeta cambiando algunos hábitos sencillos: incluyendo en la dieta una gran variedad de alimentos de origen vegetal de alta calidad (verduras, frutas, legumbres…) y reduciendo el consumo de los alimentos de origen animal, cereales refinados, azúcares añadidos y grasas no saludables, como las grasas trans y saturadas. Esta forma de comer es lo suficientemente flexible para adaptarse a situaciones, tradiciones y preferencias dietéticas locales e individuales y resulta mucho más sostenible para el planeta. Estos 10 cambios pueden ayudarte a llevar una dieta mucho más ecológica, ¡toma nota de ellos si te preocupa el planeta!
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Come más verduras
Una dieta basada en plantas siempre tendrá un impacto menor en el medio ambiente que una que incluya carne. Reducir la ingesta de carne es una de las mejores formas de reducir la huella de carbono. Las dietas que liberan la mayor cantidad de gases de efecto invernadero fueron más altas en la carne de res, ternera, cerdo y otros rumiantes.
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Deshazte de los productos animales
La alta demanda de ganado y sus derivados (carne, leche de vaca y huevos) puede agotar rápidamente los recursos naturales de nuestro planeta y aumentar la contaminación. Esto se debe a que la ganadería requiere grandes cantidades de tierra y agua, lo que lleva a la deforestación y la contaminación del agua a través de la descarga de desechos.
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Opta por alimentos integrales
Elegir alimentos que necesiten menos procesamiento, como los integrales, tiene un menor impacto en el medio ambiente. Cuanto más procesado es un alimento, más emisiones se generan en su producción. Los alimentos altamente procesados también tienden a tener más envases y pueden enviarse a distancias más largas, todo lo cual puede contribuir a la contaminación y las emisiones que alteran el clima.
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Compra a granel
Los alimentos a granel a menudo se venden sin empaque o con recipientes reutilizables, lo que produce menos basura y menos vertederos, lo que es bueno para el medio ambiente. Además de implicar menos envases, comprar a granel también puede ser una opción más económica.
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Come local y estacionalmente
Para comer de manera más saludable, sostenible y económica, los expertos recomiendan comer localmente y con las estaciones. Las frutas y verduras frescas son más económicas cuando están en temporada, sin mencionar que son más frescas. Al comprar en temporada, probablemente obtengas los productos a nivel local, lo que significa que también estás reduciendo tu huella de carbono.
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Bebe localmente
Además de comer localmente, es aconsejable beber localmente también. Los líquidos pueden ser artículos pesados para enviar por todo el país y se necesita mucho combustible fósil para transportarlos. En lugar de comprar bebidas embotelladas, usa una botella recargable y llénala con agua del grifo o del filtro.
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Opta por marisco cultivados o capturado de manera sostenible
Si vas a incluir mariscos y pescado en tu dieta, compra pescado capturado o cultivado mediante prácticas sostenibles.
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Cultiva
Si tienes un área al aire libre, es posible que puedas cultivar algunos de tus propios productos. Pueden ser hierbas en una maceta, tomates en un patio o una pequeña parcela en tu jardín. Estas plantas no solo absorben algo de dióxido de carbono del medio ambiente local, sino que también pueden producir algunos de los alimentos más deliciosos que jamás hayas probado.
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Pregunta por opciones sostenibles
No tengas miedo de hablar de una alimentación sostenible en los mercados y en los restaurantes que frecuentas. Pide a los proveedores de alimentos que apoyen a los agricultores locales, los productores locales y la agricultura sostenible.
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Poco a poco
Si te sientes abrumada por comer pensando en el planeta, empieza poco a poco. Comienza a estar unos días sin tomar carne y luego continúa desde allí. O intenta preparar la mitad de tu plato a base de plantas. ¡Poco a poco!