No hemos venido a hablarte de las bondades del aceite de oliva virgen extra porque si vives en España, has nacido aquí o te gusta nuestra gastronomía, te las sabrás todas de carrerilla. Está mal que lo digamos nosotros pero no hay otro igual, sobre todo si es aceite de oliva virgen extra de producción nacional.
Esto no quiere decir, en cambio, que se el único tipo de aceite que existe. Como poco sabrás que existen el aceite de girasol, un clásico en muchos hogares donde se utiliza sobre todo para freír, y los polémicos aceites de colza o palma, entre otros, pero hay muchos más que se utilizan en la cocina —dejamos a un lado los utilizados en suplementos como el aceite de hígado de bacalao o los que se usan en el sector cosmetico o medicinal, como el aceite de nuez—.
De hecho, fuera de nuestro país el aceite de oliva es un rara avis. La mantequilla es la grasa más utilizada en muchas culturas culinarias contrastadas y veneradas, como por el ejemplo la francesa sin ir más lejos. Y cuando toca freír, en América, por ejemplo, toman protagonismo el aceite de coco, el de sésamo y el de cacahuete.
En general, los aceites son cuerpos grasos que se utilizan para cocinar, pero también para condimentar, y es ahí, en crudo, cuando el aceite de oliva virgen extra se impone a todos los demás en la parte nutricional. Esto es objetivo. No lo es si se impone o no en cuanto al sabor porque para gustos están los colores, pero la verdad es que no hemos encontrado aceite alguno que le supere en este sentido tampoco.
Dicho esto, no está de más conocer qué alternativas existen al aceite de oliva para ir probando si tenéis la oportunidad de hacerlo y completar vuestra propia cata que os saque de dudas acerca de cuál es vuestro aceite favorito. Algunos de ellos son compatibles; puede que os gusten en determinadas elaboraciones, como por ejemplo las patatas fritas en aceite de cacahuete, que están realmente buenas.
Estos diez son todos aceites vegetales que se pueden utilizar en la cocina igual que usamos a menudo, prácticamente a diario en España, el de oliva, a poder ser virgen extra.
Aceite de sésamo
Aceite de sésamo
Igual que la linaza, el sésamo también se consume muchísimo más que antaño en combinaciones healthy como los pokes, por ejemplo. Sin embargo, su aceite es un clásico en cocinas como la del Extremo Oriente, especialmente en platos hechos al wok.
Aceite de linaza
Aceite de linaza
De la semilla del lino, esa que tanto se usa ahora en yogures, ensaladas y demás combinaciones saludables. La mayoría son ácidos grasos instaurados, con un 20-27% de ácido oleico un más de un 50% de ácido alfa-linoléinico, que a su vez forma parte de los ácidos grasos Omega-3. Se utiliza para condimentar, no para freír.
Aceite de girasol
Aceite de girasol
Tras el aceite de oliva, el de girasol es el aceite vegetal más utilizado en España. En muchos hogares se prefiere al de oliva para freír por su precio, más económico, y por su sabor más suave y neutro. Es más recomendable utilizar en crudo que para freír.
Aceite de Argán
Aceite de Argán
Este arbusto originario del sur de Marruecos tiene una semilla de la que se extrae un aceite característico de la cocina berebere. Se puede utilizar para freír porque más de un 50% de los ácidos que lo componen son de tipo oleico, pero también se utiliza para aderezar platos en crudo. No confundir con el que se vende como producto de cosmética.
Aceite de cacahuete
Aceite de cacahuete
Los ácidos grasos monoinsaturados de este producto que se obtiene prensando el cacahuete pueden alcanzar el 70%. Es muy habitual utilizarlo para freír y para preparaos platos al sol estilo asiático. Como decíamos antes, las patatas fritas en este aceite quedan especialmente ricas…
Aceite de coco
Aceite de coco
El coco, como ya sabrás, se utiliza mucho en preparaciones dulces por ese toque tan característico que ofrece, y ese dulzor tan suyo lo mantiene su aceite, que además es de textura semisólida. Su contenido en ácidos grasos saturados es alto por lo que este producto utilizado sobre todo en Asía no es la grasa más saludable que existe…
Aceite de colza
Aceite de colza
El problema del aceite de colza es su versión industrial adulterada, que dio lugar a polémicas similares a las protagonizadas por el aceite de palma, pero no todos los aceites de colza son tan malos como est. Es curioso el sabor neutro de este aceite obtenido de la semilla de la colza muy utilizado en el norte de Europa.
Semilla de uva
Semilla de uva
Bajo en grasas, el aceite de semilla de uva tiene un sabor intenso muy peculiar, por lo que no es apto para todo tipo de elaboraciones. Hay quien lo utiliza para salsas para platos de carne en sustitución al vino tinto por su relativa semejanza.
Aceite de maíz
Aceite de maíz
Dominan las grasas saturadas en su composición y su precio es bastante económico. El sabor, muy suave, es apropiado para aliñar platos a los que no se les quiera aportar un sabor muy marcado. También se usa para freír pero no es lo más recomendable teniendo en cuenta las opciones más saludables que existen en el mercado.
Aceite de soja
Aceite de soja
Se produce en el mundo más aceite de soja que de cualquier otro, incluso que el de girasol y él colza y el motivo, entre otros, es su altísimo consumo en toda América. Tiene mayor proporción de ácidos grasos poliinsaturados que monosaturados.