Terapias Naturales Anticáncer
La medicina integrativa para el cáncer no tiene nada ver con las terapias alternativas (a veces hasta contraproducentes), y sí con productos, sustancias y técnicas que pueden convertirse en nuestros mejores...
La medicina integrativa para el cáncer no tiene nada ver con las terapias alternativas (a veces hasta contraproducentes), y sí con productos, sustancias y técnicas que pueden convertirse en nuestros mejores aliados.
Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), aproximadamente el 30% de los pacientes con cáncer busca apoyo en las medicinas alternativas, utilizando sustancias denominadas “naturales” junto al tratamiento médico y, en ocasiones, en sustitución de éste. “Es muy importante distinguir entre la medicina integrativa (todos los productos, sustancias y actuaciones que pueden complementar el tratamiento oncológico) y las terapias alternativas, que suponen una sustitución de la medicación por otro tipo de productos. Esta es una práctica cada vez más frecuente debido a la creencia de que ‘lo natural’ no hace daño, algo que no es cierto y que, además, puede alterar el tratamiento”, explica el doctor Juan Jesús Cruz, presidente de SEOM. Lo cierto es que los estudios sobre las propiedades antitumorales de determinadas plantas, minerales o nutrientes son objeto de continuo estudio, con distintos resultados.
Lo que sí funciona:
-Calcio. Las investigaciones apuntan a que puede jugar un papel preventivo en el desarrollo del cáncer de colon. No son tan claros, sin embargo, sus potenciales beneficios en el caso del cáncer de próstata.
-Carnitina. Juega un papel muy importante en la producción de energía por parte de las células. La sensación de cansancio o desánimo derivadas de los tratamientos y ciertos déficits nutricionales están relacionados con los niveles bajos de este nutriente.
-Vitamina C. “Es importante tomarla porque controla las reacciones agresivas sobre el ADN, eliminando las sustancias que favorecen la oxidación y los radicales libres”, explica el doctor Luis de la Serna, homeópata del Hospital Universitario Quirón, de Madrid. Eso sí: se recomienda incluirla en la dieta a través del consumo habitual de cítricos y no abusar de los zumos enriquecidos con vitamina C, que pueden interactuar con la quimioterapia.
-Hierro y vitamina B. El déficit de ambos es frecuente en el paciente oncológico por ingesta insuficiente, antagonismo con fármacos o deficiencias de absorción. Reponerlos (especialmente a través de la alimentación) es esencial para recuperarse.
-Ácidos grasos omega 3. Tal y como explica el doctor De la Serna, “estos nutrientes estimulan el sistema inmune y cuando son captados por parte de las células neoplásicas (cancerígenas) provocan un efecto citotóxico, es decir, las eliminan de forma selectiva”.
Lo que hay que tomar con precaución:
-Ginseng. Es un reconocido estimulante que ayuda a recuperar el vigor y las ganas de plantar cara a la enfermedad, pero no está indicado en todos los tumores. No debe administrarse, por ejemplo, a mujeres que padezcan cáncer de mama o de útero hormonosensible, ya que alguno de sus compuestos tienen propiedades similares a las de los estrógenos, lo que puede elevar el riesgo en algunas pacientes.
-Selenio. Tradicionalmente ha sido ensalzado como una de las sustancias anticáncer por antonomasia, debido sobre todo a sus efectos antioxidantes. Sin embargo, estudios recientes mencionan que en algunos casos (cáncer de próstata, por ejemplo), podría ser contraproducente.
-Vitamina E. Es conocido su funcióantienvejecimiento, pero no hay evidencias científicas que la vinculen con la prevención del cáncer de pulmón ni con los pólipos de colon (aquí hay indicios, pero sin resultados concluyentes), mientras que, al igual que ocurría con el selenio, el estudio SELECT constató que esta vitamina puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata (concretamente en un 17%).
Homeopatía, acupuntura...
“Los enfermos de cáncer necesitan la quimioterapia”, dice María José Delclaux, Jefa de la unidad de Medicina Complementaria del Hospital Quirón, “pero si entendemos la sanación como algo general y holístico, hay que tener en cuenta el organismo en su conjunto y, con él, los factores anímicos y el estado físico. Es entonces cuando la medicina complementaria tiene cabida”.
En este sentido, la experta destaca los efectos beneficiosos de la acupuntura, “que se utiliza en el control del dolor articular, la ansiedad y los problemas del sueño”, y de la homeopatía, “que reduce las náuseas y los vómitos”, algunos de los efectos secundarios más temidos de la quimioterapia.
Terapias cuerpo-mente.
Forman parte también de la medicina integrativa o complementaria, pero, frente a la ingesta de sustancias o suplementos, presentan la ventaja de que no interaccionan con los tratamientos y tienen un más que probado efecto sobre el ánimo del paciente. Además de la meditación, la relajación y el ejercicio moderado, avalados por numerosos estudios como reductores de la ansiedad y de la percepción del dolor, hay otras, no menos conocidas, cuyos resultados son sorprendentes:
-Musicoterapia. Alivia la ansiedad, el dolor y las náuseas en terapias oncopaliativas. También está indicada en el cáncer infantil.
-Taichi. En pacientes con cáncer de mama, puede ayudar a incrementar la fuerza, la función cardiopulmonar y la sensación de bienestar.
-Yoga. El estudio Yoca, realizado sobre 410 pacientes, demostró que su práctica habitual mejoraba notablemente la calidad del sueño y disminuía la fatiga de estos enfermos.
Recuerda… ¡No sin Consultar a tu médico!
1. Los enfermos de cáncer no deben tomar ningún tipo de sustancia ni hacer terapia sin conocimiento de su oncólogo.
2. Esta regla se hace extensiva incluso a los suplementos nutricionales, que en ocasiones están contraindicados.
3. A veces se pone de moda un producto (bayas de Goji, por ejemplo), sin que haya evidencias científicas sobre sus efectos.
Resuelve tus dudas:
La SEOM ha inaugurado recientemente un apartado dedicado a la medicina integrativa dentro de su página web. En él están recopiladas las últimas investigaciones sobre plantas medicinales, minerales y terapias cuerpo-mente que han demostrado su eficacia como coadyuvantes en el tratamiento del cáncer.