Agua de mar, el súper remedio
El agua de mar se vende ahora embotellada como un gran remedio para todo. ¡Descubre los motivos!
La vemos en todos los escaparates de los herbolarios y las tiendas ‘bio’. ¿El motivo? Su capacidad para remineralizar el organismo, entre otras virtudes. ¿Más? Sigue leyendo...
“¿Sabías que nuestra sangre mantiene el 85 % de los elementos que se encuentran en el agua del mar, que es un vestigio más de épocas pretéritas, cuando vivíamos dentro del agua?”, dice Pedro Rodríguez, naturópata y director del centro Medientegra Salud, de Alicante (medintegra.es). Y esto puede servir como ejemplo del porqué del boom que experimenta el agua marina como remedio natural: su origen 100 % libre de alteraciones y sus nutrientes la convierten en una fuente de beneficios para el organismo.
FUENTE DE MINERALES
“El agua de mar contiene todos los minerales que el cuerpo humano necesita y además en la proporción considerada óptima para que una persona esté perfectamente nutrida”, concluyó un estudio publicado en 2006 en el diario científico Explore por los investigadores Roy Dittman y Raúl Brugioni.
¿Cómo nos benefician dichos minerales?
Pues, por ejemplo, equilibrando el pH interior, que debe ser alcalino, y por nuestro ritmo de vida (estrés, ansiedad), los factores ambientales (contaminación, efecto invernadero) y dieta rica en azúcares, conservantes y grasas animales tiende a acidificarse, mermando, entre otras cosas, la capacidad de nuestras defensas para protegernos de las enfermedades (si tenemos un pH alcalino, es más difícil desarrollar una patología); además, “esta agua favorece la renovación y nutrición celular completa”, apuntan en los Laboratorios Quinton, referentes en el uso médico del agua de mar; al contener magnesio, ayuda a contrarrestar la ansiedad; regula el balance de sales minerales (la homeostasis) y evita así la deshidratación; equilibra la tensión arterial (la eleva en caso de hipotensión, al contener sodio); por su riqueza en calcio, ayuda frente a la osteoporosis; previene el agotamiento físico y psíquico, ya que favorece la recuperación rápida del esfuerzo intenso y retrasa la fatiga; es revitalizante (puede sustituir a los sueros tradicionales; los minerales son vitales para absorber las vitaminas)...
Pues, por ejemplo, equilibrando el pH interior, que debe ser alcalino, y por nuestro ritmo de vida (estrés, ansiedad), los factores ambientales (contaminación, efecto invernadero) y dieta rica en azúcares, conservantes y grasas animales tiende a acidificarse, mermando, entre otras cosas, la capacidad de nuestras defensas para protegernos de las enfermedades (si tenemos un pH alcalino, es más difícil desarrollar una patología); además, “esta agua favorece la renovación y nutrición celular completa”, apuntan en los Laboratorios Quinton, referentes en el uso médico del agua de mar; al contener magnesio, ayuda a contrarrestar la ansiedad; regula el balance de sales minerales (la homeostasis) y evita así la deshidratación; equilibra la tensión arterial (la eleva en caso de hipotensión, al contener sodio); por su riqueza en calcio, ayuda frente a la osteoporosis; previene el agotamiento físico y psíquico, ya que favorece la recuperación rápida del esfuerzo intenso y retrasa la fatiga; es revitalizante (puede sustituir a los sueros tradicionales; los minerales son vitales para absorber las vitaminas)...
Debido a su zinc, yodo, potasio y oligoelementos, es una gran amiga de la piel. Y es que tiene un efecto antibiótico que acelera la cicatrización de las heridas, por ejemplo. “Cuando se frota, estimula la piel por acción cinética. Provoca un intercambio de energía dermis/agua, electroquímico y completamente natural, que devuelve los tejidos a un estado de equilibrio. Por su identidad mineral con el organismo, es el único brumizador tópico natural que puede aportar una ayuda eficaz frente a eccemas, eritemas solares, acné, envejecimiento cutáneo precoz, lesiones dermatológicas, seborrea...”, dicen en los Laboratorios Quinton.
También se ha demostrado su eficacia frente a rinitis, sinusitis, sequedad nasal, ronquera por mucosidad, orzuelos, conjuntivitis, blefaritis (inflamación del párpado por exceso de grasas y bacterias)... ¿Cómo? Basta aplicarla mediante compresas o inhalaciones.
En las farmacias y parafarmacias tienes las diferentes fórmulas de Quinton (soluciones bebibles y tópicas); en tiendas ecológicas online y físicas (avagar.com; el-vergel. com; naturasi.es); en herbolarios (Herbolario Atocha 75, en Madrid; casa Pià, en Barcelona) y en grandes superficies (El Corte Inglés, Mercadona).
“Depende del uso que se le quiera dar. Lo mejor es acudir a un experto, pero, por ejemplo: puede usarse para cocinar en sustitución de la común (así nos aseguramos más nutrientes); si se tienen problemas de mucosidad y respiratorios, se puede hacer un lavado con una lota nasal (como una perita, que se encuentra fácilmente en Internet), agua y sal marina; y bebida, a grandes dosis, es laxante. Para emplearla así, hay que verter 4 cuch. de sal en un litro de agua y tomarlo por la mañana, un día en que no se salga de casa: se produce una depuración del intestino tan potente como una hidroterapia de colon”, tal y como nos explica Rodríguez.
Por Carmen Sabalete