Caminar o correr, ¿qué es mejor para ti?
¿Cómo elegir entre ambos si tenemos ciertos problemas de salud? Te aclaramos las dudas.
Está claro que para mantenerse joven hay que moverse y que lo más sencillo es correr y caminar. Pero ¿cómo elegir entre ambas cosas si tenemos ciertos problemas de salud? La respuesta dependerá de nuestro objetivo y nuestro estado físico.
Para perder peso, correr
“Corriendo se gastan más calorías. Para alcanzar un gasto energético similar caminando hay que multiplicar por 1,5 veces la distancia o por 2 la duración del ejercicio. Además, algunos estudios sugieren que la carrera puede tener mayor efecto porque disminuye el apetito”, explica el doctor Luis Serratosa, jefe del Servicio de Medicina Deportiva y Rehabilitación del Hospital Universitario Quirón (Madrid).
Pero no todos pueden correr... “Es cierto que el gasto energético es mayor. Sin embargo, no todo el mundo tiene las condiciones necesarias para hacerlo, por lo que también se recomienda andar deprisa, lo que permite dedicarle más tiempo, con lo que el gasto calórico total se compensa”, afirma el doctor Tomás Fernández Jaén, jefe del Servicio de Medicina Deportiva de Clínica Cemtro de Madrid.
¿Crees que si padeces asma no debes hacer ejercicio? Pues estás equivocada. “En general, no existe una contraindicación absoluta para quienes tienen algún tipo de asma”, explica el doctor Serratosa. ¿Pautas para hacerlo? Él mismo las explica: “Quienes sufren asma inducido por el ejercicio deben llevar su inhalador o medicación y usarlo unos 10 minutos antes de correr, realizar un buen calentamiento inicial y un periodo de vuelta a la calma. Si padeces asma alérgico, debes evitar practicar ejercicio al aire libre los días en los que la concentración de polen sea elevada”. ¿Cómo sabes el polen que hay? Muy fácil: entra en eltiempo.es/polen o en polenes.com.
“Se recomienda porque es un ejercicio de baja intensidad. Se puede realizar de forma frecuente, sin brusquedades y sin suponer una carga importante”, agrega el doctor Fernández Jaén. ¿Cómo hay que practicarlo? “Lo mejor es hacerlo al aire libre, aprovechando las horas de sol para que nos dé en la piel y así produzcamos vitamina D, que ayuda a fijar el calcio en los huesos”, agrega el mismo experto.
¿Otros movimientos que ayudan? “Ejercicios de fuerza, ya sea con máquinas o con el propio peso corporal, puesto que ayudan a mantener la densidad ósea”, apunta el doctor Luis Serratosa.
“La artrosis es un proceso de deterioro progresivo de nuestras articulaciones asociado a la edad o al sobreuso”, explica el doctor Serratosa. ¿Qué ejercicio conviene hacer para evitar que vaya a más? El doctor Fernández responde: “Interesa realizar ejercicios sin carga, como por ejemplo andar en la piscina. En ningún caso conviene andar en seco y sobre terreno duro, por el impacto que sufren las articulaciones”.
Y no solo para corregir los niveles del colesterol malo o LDL, sino frente a cualquier enfermedad cardiovascular. “Es mejor caminar deprisa, porque incrementa el gasto cardiaco y activa el metabolismo y el consumo de azúcares y grasas [los grandes enemigos del corazón]”, indica el doctor Fernández Jaén.
¿Cómo hay que hacerlo? “Mínimo tres días a la semana y al menos una hora de duración cada vez”, detalla. Pero tranquila si no puedes correr, porque el doctor Serratosa apunta: “Tanto caminar como correr son beneficiosos en este sentido. Algunos investigadores han demostrado que, a igual gasto calórico, la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares es incluso superior en las personas que caminan que en quienes practican carrera”. Es decir, en cualquier caso, hay que moverse.
Por Carmen Sabalete