Revista Mía

¡Me he quemado!

Si te has quemado la piel con aceite, con agua o leche hirviendo o con la plancha, ante todo: calma, este tipo de accidente doméstico es uno de los más habituales. Después, evalúa la quemadura y, si no...

Si te has quemado la piel con aceite, con agua o leche hirviendo o con la plancha, ante todo: calma, este tipo de accidente doméstico es uno de los más habituales. Después, evalúa la quemadura y, si no es grave, puedes tratarla en casa.

LO QUE DEBES HACER

Cuando se produce una quemadura de primer grado (la que afecta sólo a la capa externa de la piel), puedes cuidarla tú misma; pero, eso sí, adecuadamente.

Valora su intensidad. Profundidad, extensión y localización son los tres factores que debes tener en cuenta. Aunque sea superficial (de primer grado), si afecta a una gran extensión de piel o se produce en la cara, cuello, manos, pies, ingles o articulaciones, deberás ir al médico.

Agua fría durante 15 minutos (como mínimo). Sumerge la zona quemada, en agua fría durante 15-30 minutos (hasta que deje de doler), pero no la coloques debajo del chorro del grifo, la presión del agua podría dañar más la piel.

Una buena hidratación. Cuando hayas enfriado bien la quemadura aplica una crema hidratante (regeneradora de la piel) para evitar la sequedad y aliviar las molestias.

Coloca un vendaje holgado. Protege toda la lesión con una vendaje de gasa estéril, déjalo holgado para que no roce ni presione la quemadura.

Huye del sol. En la zona quemada la piel ha sido dañada y será sensible al calor durante los seis meses siguientes.

LO QUE HAS DE EVITAR

Habrás escuchado mil remedios caseros para tratar las quemaduras; muchos de ellos no sólo no funcionan, sino que incluso pueden complicar la situación.

Enfriar con hielo. No trates de hacerlo tampoco con agua helada porque podría empeorar la lesión.

Aplicar aceite, pasta de dientes, clara de huevo... El aceite atrapa el calor en los tejidos y,  si lo aplicas antes de enfriar la zona, puede ser perjudicial. El dentífrico, al secarse se endurece y reseca la quemadura. La clara también se seca rápidamente cubriendo la lesión con una película que no es estéril y podría favorecer la infección.

Romper las ampollas. Cuando aparecen, estamos ante una quemadura de segundo grado (aunque sea superficial). Estas lesiones sirven para proteger la zona de posibles infecciones y no deben tocarse. Si se rompen solas, hay que lavar la quemadura suavemente (sin frotar) con agua y jabón neutro, aplicar un antiséptico y cubrir con un vendaje.

Soplar sobre la quemadura. Aunque es una reacción instintiva para aliviar el dolor, hay que evitar hacerlo (igual que toser o respirar encima). Podrías infectar la zona.

Por: Nieves García

Ilustración: Luís Tinoco

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