9 motivos para no pesarte
No siempre es necesario subirse a la báscula para mantener el peso óptimo.
¿Crees que es necesario subirse a la báscula para mantener el peso óptimo? Pues no siempre. A veces confunde. Y si se trata de cuidar la salud..., mejor saber cuándo no hacerlo.
1.- FÁRMACOS
Algunos alteran la báscula. Ciertos medicamentos, cuando se toman de forma prolongada, influyen en el peso, ya sea “de forma directa, alterando el metabolismo corporal, o indirecta, aumentando el apetito”, dice el doctor Luis Almagro, experto en Nutrición y Obesidad de la Clínica Dr. Almagro, de Marbella. Por ejemplo: los corticoides, “debido al incremento del porcentaje de agua y a su efecto anabolizante (crecimiento de los tejidos), es frecuente que provoquen una redistribución de la grasa corporal”; la flunarizina, usada frente a la migraña, que suele aumentar el apetito; los antiinflamatorios, ya que también aumentan la retención de líquidos; los empleados en los tratamientos de fertilidad (“generalmente, las hormonas sexuales femeninas, por incrementar el agua y por su efecto anabólico”). Por otra parte, el doctor agrega: “En nuestra clínica hemos observado que los DIU liberadores de hormonas provocan aumento de peso y cierta dificultad a la hora de reducirlo, pero sólo en algunas personas”.
... y no de grasa. “Si eres una deportista nata y estás muy musculada, el peso no es un indicador fiable. ¿La razón? La masa muscular pesa mucho; debes tenerlo en cuenta. Si sólo contemplásemos este factor, un deportista siempre estaría en sobrepeso u obesidad”, dice la dietista-nutricionista Natalia Pindado, del Centro Uno del Hospital Vithas Socorro, de Alicante (vithas.es).
Las agujas del reloj influyen. ¿Te has pesado alguna vez al final de la tarde y te has llevado un susto? Pues tranquila. “El peso puede fluctuar hasta kilo y medio a lo largo del día, y es a última hora de la tarde y por la noche cuando más marca la báscula, debido a la acumulación de líquido y alimento”, explica Marta Fernández de Angulo, responsable del departamento de Nutrición y Dietética de la Unidad SHC Medical del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, de Sevilla (shcmedical.es). ¿La solución? “Si quieres pesarte y que el resultado sea fiable, hazlo a primera hora de la mañana, preferiblemente en ayunas”, agrega.
¡El estreñimiento pesa! Recuerda: toma entre 25 y 30 gramos diarios de fibra para mantener activo el intestino. “El estreñimiento provoca que los alimentos no se eliminen y esto bloquea el intestino, lo que a su vez causa aumento de peso. Además, también puede aumentar la retención de líquidos y eso también incide en el peso”, explica Fernández de Angulo.
(tras un fin de semana a tope). “Si durante el sábado y el domingo has tenido varias comidas o cenas, si sabes que te has excedido con los dulces o el alcohol..., el lunes no es precisamente el mejor día para pesarse (tan sólo conseguiremos amargarnos y arrepentirnos de todo). ¿Qué tienes que hacer? Vuelve a tu rutina (¡sin culpas!), a las comidas más saludables y haz un poco más de ejercicio: recuperarás enseguida la normalidad”, aconseja Natalia Pindado.
“¡Y tampoco te peses a la vuelta de vacaciones! Ya sabemos lo que ocurre. Regresa de nuevo a los buenos hábitos y verás cómo en poco tiempo el peso también vuelve a su número en la báscula”, dice.
Evita pesarte una y otra vez. “Pesarse compulsivamente para controlar la pérdida de peso genera frustración, ya que dicho control es ilusorio y los cambios en la báscula difícilmente satisfarán las expectativas de quien está a dieta”, dice la psicóloga Rocío de Coca, de la Unidad SHC Medical del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, de Sevilla. Y añade: “Muchas veces, pesarse se asocia a la pérdida de peso y el no hacerlo a ganarlo, y así, tras repetir varias veces esta dinámica, quien está a régimen se crea una creencia errónea de que cuánto más se pese más adelgazará. Sin embargo, el peso sólo bajará en función de la ingesta calórica y el ejercicio físico y no por otros factores”.
Pues olvídate del peso. “Si empiezas una dieta y te has apuntado al gimnasio a la vez, te recomiendo que no te peses”, dice Pindado. “Es posible que en la primera etapa del gym ganes masa muscular, que al pesar más que la grasa podrá hacer que el peso suba en lugar de bajar. Por eso, hasta que no lleves un tiempo yendo al gimnasio de forma continuada, olvídate de pesarte”, señala.
Esos kilos que no son tuyos. “Durante la gestación, es recomendable no pesarse en casa y que sea tu matrona quien te vaya orientando acerca del peso que deberías ganar en cada trimestre, ya que hay mucha información errónea sobre la ganancia de peso en esta etapa”, apunta Pindado. Por ejemplo: “A lo largo de los años, se ha pasado de una gran restricción en la dieta con objeto de evitar la hipertensión y la diabetes a recomendar que el peso aumente progresivamente en función del índice de masa corporal (IMC) que se tenía antes del embarazo y teniendo en cuenta el aumento de peso de las distintas estructuras biológicas que participan en el proceso”, informan en el Instituto Bernabeu de reproducción asistida (institutobernabeu.com).
No mires la báscula ‘durante’ ni en los días previos. “Con la regla, se tiende a retener líquidos y nos sentimos más hinchadas, por lo tanto es probable que la báscula registre cierto aumento de peso”, dice Natalia Pindado. Y Marta Fernández de Angulo completa: “Tanto los días anteriores como durante los días de la menstruación, es bastante frecuente encontrarse inflamada de forma general. Esto se debe a la retención de líquidos, que puede oscilar entre un kilo y un kilo y medio en la fase premenstrual y llegar hasta 2,5 kilos durante los días de la menstruación”.
¿Cómo puedes evitarlo? Ayúdate con plantas que favorecen la eliminación. Por ejemplo: cola de caballo que, además de remineralizante y prevenir la caída del cabello y las uñas quebradizas, activa el drenaje; diente de león (facilita las funciones de eliminación renales y digestivas); té verde (depurativo y drenante, favorece la pérdida de peso, mejora la digestión y ayuda a bajar el azúcar en sangre). ¿Cómo tomarlas? En comprimidos, tisanas o extracto puro.
Por Carmen Sabalete