¡Trabaja tu Core!
Centro o raíz es el significado de core en inglés. Y, efectivamente, los músculos del core están en el centro de nuestro cuerpo y, además, son la raíz de una...
Centro o raíz es el significado de core en inglés. Y, efectivamente, los músculos del core están en el centro de nuestro cuerpo y, además, son la raíz de una buena salud psicomotora. Esta musculatura que rodea la región lumbo-pélvica comprende básicamente el diafragma, los músculos del suelo pélvico, el transverso abdominal –“el músculo vital de la zona core”, según Daniel Sanz Bermejo, fisioterapeuta y osteópata, director de Fised y profesor de Fisioterapia de la Universidad Europea de Madrid– y el multifido (recorre la columna vertebral, desde el sacro hasta las cervicales). Cuidar y ‘estabilizar’ –en la jerga deportiva– el core se ha puesto de moda en todas las consultas de fisioterapeutas y en la mayoría de los gimnasios. “No es tanto que se haya puesto de moda como que últimamente se ha estudiado mucho la zona y se ha visto su relevancia en la salud del sistema locomotor y del cuerpo en general; sobre todo en la mujer, donde el core es vital por estar sometido a un triple desgaste: el paso del tiempo, la inactividad (más frecuente en nosotras) y los embarazos y partos”, señala Sanz Bermejo. En efecto, muchos dolores de espalda, lumbares e incluso jaquecas se dan por la incorrecta estabilización del core. Sólo hay que pensar que gracias a él podemos, por ejemplo, levantar la mano o movernos con soltura; “y si está dañado, puede que sea el último responsable de que suframos esguinces de tobillo a menudo”, señala el fisioterapeuta.
Fundamental, trabajarlo: Manohar Panjabi, padre de la fisioterapia moderna, fue uno de los primeros en insistir en la necesidad de cuidar de manera muy especial esta parte de nuestro cuerpo. Esta musculatura hay que trabajarla con bastante frecuencia porque si no, se deteriora; “la edad y, sobre todo, la inactividad de esa zona hacen que el core pierda su firmeza”, explica Sanz. “Y ojo, hay muchas personas que, aun haciendo ejercicio o entrenando regularmente en el gimnasio, no tienen esos músculos a tono, bien porque se dedican a ejercitar zonas más superficiales y visibles, como la ‘tableta’ abdominal superficial, los bíceps, los tríceps..., o porque no trabajan la zona con el entrenador adecuado”. Efectivamente, para llegar a tonificar unos músculos tan profundos, es necesario dejarse guiar por un fisioterapeuta o por un buen entrenador con conocimientos fisiológicos. “Es que estos músculos se ‘mueven’ con complicados ejercicios hipopresivos en los que la postura y la respiración son muy importantes, así que, sobre todo al principio, es difícil ejercitarlos si uno no ha estudiado específicamente la zona, señala Daniel Sanz.
Vital para las mujeres: las personas que hacen mucho ejercicio, cargan demasiado peso por su trabajo o su actividad diaria; las mujeres en la menopausia, con osteoporosis, que han tenido muchos partos o alguno difícil, y quienes han sufrido algún accidente, operación abdominal o tienen incontinencia urinaria, deberían cuidar esta zona a diario con ejercicios. Pero, aunque no te encuentres en ninguno de los grupos mencionados, deberías hacerlo porque tener un core fuerte y flexible te hará más resistente, elástica y con menos propensión a los dolores y las lesiones de todo tipo. Por no hablar de que, estéticamente, mantenerlo en perfecto estado proporciona a nuestro cuerpo salud y una posición más erguida.
Así puedes entrenarlo: en tu día a día, lo que más lo protege es “mantener una postura y una respiración adecuadas”. En gimnasios de última generación ya están empezando a sustituir los abdominales de toda la vida por el core-training o powerhouse (dos disciplinas específicas para entrenar la zona). El fitball (que utiliza como base una esfera de gran tamaño) y el Pilates también van muy bien; pero, claro, todo depende de los conocimientos que tenga el profesor y del tiempo que disponga para dedicar a cada alumno. ¿Y en situaciones puntuales en las que estos músculos están tan dañados que te están ocasionando algunas molestias? “Una faja puede ayudar ya que, en cierta medida, sujeta la zona central del cuerpo, tal y como hace naturalmente el core”, recomienda el experto en fisioterapia y osteopatía.
¿Cómo lo tienes tú? “En las mujeres, la incontinencia urinaria es la prueba más fehaciente de que el core no está bien”, señala Daniel Sanz. Pero también suele estar afectado cuando sientes dolor en la zona de la pelvis (te duele o se te adormece con las relaciones sexuales), y si tienes dolor lumbar o abdominal. En estos casos, lo mejor es acudir al médico de cabecera para descartar algún problema funcional. Y, si no encuentra las causas y no padeces ninguna enfermedad, plantéate cómo debe estar la musculatura de la parte más importante de tu cuerpo –la que relaciona el tronco superior con el inferior– y si realmente puedes hacer algo más para fortalecerla. No lo dejes para más tarde, los efectos beneficiosos de tener un core entrenado, alineado y fuerte se notan desde el primer día. Así que ya sabes, ponte (en buenas) manos a la obra.