¡Me Pican los Ojos!
Si lagrimeas demasiado, tienes legañas o visión borrosa y te pican mucho los ojos, e incluso la cara, seguramente sufres una inflamación de la conjuntiva -una membrana transparente que cubre la superficie...
Si lagrimeas demasiado, tienes legañas o visión borrosa y te pican mucho los ojos, e incluso la cara, seguramente sufres una inflamación de la conjuntiva -una membrana transparente que cubre la superficie externa del globo ocular-. “No es un trastorno grave, pero sí muy molesto; y si no se trata o se hace mal, puede complicarse”, advierte el oftalmólogo Josep Villanueva, jefe del servicio de urgencias del Centro de Oftalmología Barraquer (Barcelona). Los tres tipos de conjuntivitis -la alérgica (cuya eclosión llegará en breve con la primavera), la infecciosa (que puede ser vírica o bacteriana) y la irritativa o de contacto- pasan, a diario, por su consulta y, por eso, nos explica cómo se previenen, se tratan y se evita que vuelvan.
ANTES: la clave está en la limpieza.
-Alérgica. “Lo único que puede librarnos por completo de ella es evitar a toda costa ponernos en contacto con el alérgeno”, afirma el jefe de urgencias de Barraquer. Así que lo mejor es huir de la polinización responsable de estas reacciones alérgicas. Si no es posible, desde que empieza el buen tiempo, hay que usar varias veces al día gotas lubricantes para los ojos. “Al llegar a casa, desmaquíllate y lávate la cara con tus productos cosméticos habituales”, aconseja el doctor Villanueva.
-Infecciosa. “La clave está en lavarse muy bien las manos, y con bastante frecuencia. De esta forma, si nos tocamos los ojos, resultará más difícil que les pasemos algún agente patógeno”, comenta el oftalmólogo. Si tienes las defensas bajas o vas a viajar a una zona tropical, consulta con el médico, ya que en estos casos estás más vulnerable y no es extraño que puedas desarrollar una conjuntivitis infecciosa, sobre todo bacteriana.
-Irritativa. “Las personas que utilizan lentes de contacto suelen sufrirlas más a menudo. A veces, porque se exceden con el tiempo de uso; pero en muchas ocasiones no es culpa del usuario, sino que es la propia lente la que les produce esa reacción. Por otro lado, si realizas algún trabajo en el que debas utilizar gafas protectoras, ¡no te olvides de hacerlo!, es una excelente forma de prevenirla”, asegura el experto. Y si tienes los ojos claros, recuerda que son más sensibles a la luz y se enrojecen con frecuencia, pero eso no significa que tengas una conjuntivitis. “Antes de autodiagnosticarte y asustarte, tienes que acudir a un oftalmólogo, puede que sólo sea un enrojecimiento pasajero”.
DURANTE: sigue el tratamiento adecuado.
-Alérgica. Utiliza lágrimas artificiales y compresas frías, te ayudarán a aliviar el picor y, además, reducirán la liberación de histamina. “Una conjuntivitis alérgica se puede sobreinfectar y degenerar en bacteriana por rascarse mucho o tocarse con las manos sucias”, algo bastante normal según el oftalmólogo. También sentirás los ojos más descansados si estás en ambientes frescos y con aire acondicionado.
-Infecciosa. “Las víricas son extremadamente contagiosas, las bacterianas, menos. Y para que te transmitan las primeras no hay necesidad de estar muy cerca de la persona infectada. Tu compañera del otro lado de la mesa te la puede pasar”, sostiene Villanueva. “Las causadas por virus son también las más agresivas, y además no hay medicamento para tratarlas”. Ni se te ocurra utilizar corticoides por tu cuenta, no sirven absolutamente para nada en este tipo de conjuntivitis y pueden llegar a causarte un glaucoma. En cuanto a los antibióticos, se utilizan sólo en las bacterianas. Por otro lado, los tradicionales baños oculares con manzanilla no suelen ser demasiado recomendables, porque no estamos usando productos estériles.
-Irritativa. Pon de vez en cuando el aire acondicionado, te causará un alivio inmediato. Y, además, deja que tus ojos descansen apagando el ordenador, la televisión o la consola. ¿Puedes huir de la ciudad el fin de semana? Tu conjuntiva te lo agradecerá, pues la contaminación no le viene nada bien.
DESPUÉS: no bajes la guardia.
-Alérgica. “La más peligrosa de este tipo es la llamada Vernal (que afecta sobre todo a adolescentes y preadolescentes), porque a veces se complica y, además, es recurrente durante casi todo el año”, dice Villanueva. Si se quiere evitar problemas como este, lo mejor es hacerse las pruebas de alergia cuanto antes, para detectar el alérgeno responsable (la intolerancia a los ácaros también puede causar conjuntivitis) y así aplicar el tratamiento correspondiente.
-Infecciosa. Intenta no maquillarte los párpados hasta que haya pasado por lo menos una semana de la recuperación total. Cuando vuelvas a hacerlo, saca antes punta al lápiz de ojos para ‘esterilizarlo’ y cambia de rímel, pues puede que esté infectado.
-Irritativa. Utiliza un producto específico para limpiar bien el ojo. En la farmacia encontrarás toallitas especiales -están impregnadas en una loción limpiadora de párpados, pestañas y borde palpebral- que eliminan hasta los últimos restos de maquillaje y, además, limpian el ojo por dentro y lo calman. “Pero lo más importante es desmaquillarse bien”, asegura el oftalmólogo. Y, además, conviene utilizar gafas de sol durante el día.
CÓMO DISTINGUIR LAS CONJUNTIVITIS.
En la alérgica, “el ojo siempre pica y el párpado se inflama; además, suele presentarse en cuanto empieza la polinización o nos sometemos a contacto con nuestro alérgeno”, explica el doctor Villanueva. Cuando es vírica se tiene la impresión de que se ha metido algo en el ojo; y la bacteriana provoca una secreción de color amarillo-verdosa. En cuanto a la de contacto, “siempre tiene un antecedente: un baño demasiado largo en la piscina,
un cuerpo extraño en el ojo, un golpe, la exposición a algún producto”. Pero sea cual sea el tipo de irritación, hay que consultar con el oftalmólogo siempre: con las conjuntivitis no vale la automedicación.