Vive sin Dolor (es Posible).
Sabemos lo que es el dolor desde que nacemos. Y que hay uno agudo, consecuencia de algo que nos ocurre ocasionalmente (un flemón, una fractura), y otro más tenaz e incapacitante: el crónico, que acompaña...
Sabemos lo que es el dolor desde que nacemos. Y que hay uno agudo, consecuencia de algo que nos ocurre ocasionalmente (un flemón, una fractura), y otro más tenaz e incapacitante: el crónico, que acompaña a muchas patologías hasta terminar siendo una enfermedad en sí. Alrededor del 20 % de los españoles padece dolor de forma habitual. Evitarlo pasa por saber prevenirlo y cómo actuar. ¿Sabes cómo protegerte tú de estos dolores?
La doctora Concha Pérez, jefa de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa, nos da las claves. “En España, como en el resto de los países desarrollados, hay dos dolores que predominan sobre el resto: el de espalda (lumbalgias) y el de cabeza (cefaleas tensionales, migrañas); entre ambos suponen el 40 % de las incapacidades laborales ligadas al dolor. Podemos asegurar que hay mecanismos para evitar la aparición del dolor y su cronificación, sobre todo en lo que se refiere al de espalda (mantener una correcta higiene postural, hacer ejercicio). En cuanto a las cefaleas, a veces se asocian a hábitos dietéticos (quesos fuertes, vino, chocolate…), así como al estrés y a las contracturas musculares”, afirma la Dra. Pérez.
CEFALEAS
Se han descrito más de 150 tipos diferentes de dolores de cabeza y un sinfín de motivos por los que pueden aparecer, desde una resaca o un resfriado hasta una meningitis o una lesión cerebral. La gran mayoría (el 99 %) son cefaleas primarias, en las que no hay una causa médica detrás que las justifique, y las más comunes son la cefalea tensional y la migraña.
Qué puedes hacer: los especialistas se muestran contrarios a la automedicación, porque cada cefalea requiere un tratamiento diferente, y algunos fármacos son específicos para una cefalea y no para las demás. La automedicación es especialmente peligrosa para quienes sufren de migraña crónica, pues puede desencadenar un dolor de cabeza provocado, paradójicamente, por el abuso de medicación (no te pases con los analgésicos). Cada vez se está observando más la importancia de la dieta, pero debe ser un especialista quien valore el tipo de alimentos que influye en la aparición del dolor.
DOLOR DE ESPALDA
Uno de cada cuatro españoles sufre dolor de espalda. ¿Por qué nos duele tanto y a tantos? En general, los especialistas coinciden en que la mayoría de las personas tiene un dolor de espalda banal, debido a poca formación muscular, falta de ejercicio, posturas incorrectas, paso del tiempo... Pero también puede ser consecuencia del envejecimiento: a partir de los 25 años, los discos intervertebrales se van desgastando y deshidratando; si no nos cuidamos y no hacemos ejercicio, cuando llegamos a los 40 tenemos los llamados ‘discos negros’, que han perdido agua y duelen mucho.
También, por supuesto, el dolor de espalda puede deberse a traumatismos, lesiones, algunos tipos de tumores y a la tensión o el estrés mantenidos, que están detrás de muchos de los problemas musculares y las contracturas.
Qué puedes hacer: los expertos coinciden en que lo más eficaz es el ejercicio, la actividad física diaria, no sólo como prevención, también como terapia: mantener el mayor grado de actividad posible mejora el dolor y la limitación. Además, es importante evitar sobrecargas de la espalda con normas de higiene postural. En cuanto al reposo en cama, puede ser contraproducente: si se prolonga más de dos días, conlleva pérdida de fuerza y aumenta la dificultad para la rehabilitación, lo que favorece que el dolor dure más y se haga crónico. En cuanto a los fármacos, para el tratamiento del dolor de espalda se usan habitualmente calmantes, antiinflamatorios y relajantes musculares.
CUANDO DUELE LA REGLA
En general, este dolor no está relacionado con ningún problema ginecológico. Pero hay casos en los que está ocasionado por alguna anomalía (miomas uterinos o endometriosis).
Qué puedes hacer: prescindir de los estimulantes, del tabaco y de las dietas ricas en grasas. También puede ser útil la aplicación de calor o la ingesta de valeriana (provoca una relajación muscular, con lo que se alivia la contracción uterina), y hay mujeres a las que les sirven los suplementos de vitamina B1 y la acupuntura. En el terreno farmacológico, se consideran mucho más útiles los antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno) que los analgésicos de acción central (paracetamol). En los casos severos, debe acudirse al ginecólogo para que realice un examen pélvico y confirme o descarte la existencia de miomas o endometriosis.
¿REFLUJO O ANSIEDAD?
El tipo de dolor más habitual es similar a una quemazón en el pecho, que se presenta media hora o una hora después de comer y que suele asociarse a problemas gastrointestinales (acidez o reflujo). Una punzada en el pecho que se intensifica cuando cambias de posición o respiras hondo posiblemente se deba a un problema muscular. Si la punzada en el pecho va acompañada de una sensación de falta de aire al respirar, es posible que se trate de un problema pulmonar. Si el dolor se siente en forma de presión en mitad del pecho, podemos estar ante un ataque de ansiedad.
Qué puedes hacer: evitar la carne roja, el alcohol, los alimentos ricos en grasa, el chocolate, el café, el vino tinto...; dejar pasar al menos una hora tras comer antes de ir a dormir. Para el dolor muscular, relajantes musculares y antiinflamatorios. Si va acompañado de náuseas, vómitos y sudoración, hay que acudir a urgencias.
PROBLEMAS GÁSTRICOS
La causa más frecuente de dolor abdominal suele ser un trastorno digestivo (gases, mala digestión, empacho...), pero hay un sinfín de patologías que pueden provocarlo, de una neumonía a una infección de orina. Por eso, y dado que el abdomen engloba muchos órganos, a veces resulta bastante complicado hallar la causa.
Qué puedes hacer: detrás de un dolor abdominal puede esconderse un problema grave (infección de la vesícula, colecistitis, pancreatitis, problemas ginecológicos, cálculos renales, oclusión intestinal...).
Por eso, debemos conocer las señales de alerta para saber cuándo ir al médico: siempre que se trate de un dolor insoportable o progresivo que impida llevar una vida normal; cuando se prolonga en el tiempo (más de tres o cuatro días); si se acompaña de otros síntomas: diarrea, vómitos, pérdida de peso, náuseas, fiebre o estreñimiento.
UNIDADES DEL DOLOR
¿Qué son? “Unidades de atención multidisciplinar, cuya misión es el estudio, la evaluación y el tratamiento del paciente con dolor”, explican en el Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid. En ellas se atiende a las personas con dolor crónico, con independencia de su causa (no sólo de origen oncológico), tanto a nivel hospitalario como ambulatorio.
Direcciones de interés:
-Sociedad Española del Dolor (telf.: 911 72 91 44).
-Tuvidasindolor.es (guía escrita por especialistas en dolor, dirigida por la doctora González Duque (en toda España).
-Clínica del Dolor Hospital Quirón Teknon, de Barcelona (telf.: 932 90 62 62).
Por: María Corisco.