Trucos para que tu pareja sea más tierna
¿Ya no te da mimos, ni te coge de la mano? No está todo perdido.
Lo primero que hay que hacer es identificar el problema, "ver qué ocurre, a qué puede deberse esa actitud fría”, según nos explica la psicóloga y sexóloga Marián Ponte, de Barcelona. Por ejemplo: ¿se trata de algo excepcional, debido a que está hasta arriba, muy estresado, y se retrae en sí mismo? Si este es el caso, se trata de un bloqueo “que se solucionará probablemente solventando la situación que lo propicia. No obstante, hay que estar un poco alerta ante estas reacciones, porque nadie debería dejar que un problema en una parcela de su vida eclipse todas las demás. Por supuesto que afectará, pero hemos de dotarnos a nosotros mismos de las herramientas precisas para protegernos”, agrega.
¿Qué herramientas son necesarias?
- Autocontrol.
- No magnificar los problemas.
- Relativizar su importancia.
- Potenciar esas áreas que quedan fuera de dichos problemas (la familia, los amigos, nuestro propio ocio personal...).
“La teoría del apego nos ayuda a comprender qué nos sucede de adultos. Desde la más tierna infancia, construimos unos modelos operativos internos que se basan en la relación con nuestros padres o cuidadores primarios. Si esta interacción es positiva, se genera confianza, buscamos de forma activa el contacto con el otro para, por ejemplo, calmarnos y obtener consuelo cuando surgen amenazas y, así, ya más seguros y estables, seguir ‘explorando’, participando en la vida”, dice la experta. Y agrega: “Esto nos proporciona una seguridad en el apego, es decir, en el encuentro con el otro. Pero, claro, formamos distintos modelos según la respuesta que obtenemos de los demás”.
Si cuando acudimos buscando consuelo de pequeños no lo obtenemos, no son capaces de ‘recibirnos’, de comprender nuestra inquietud y necesidad afectiva, sino que nos enjuician y reprenden, por ejemplo, replegaremos dentro de nosotros mismos dicha demanda, la obstruiremos, y será ese patrón de conducta el que, probablemente, desarrollemos de adultos. “Habrá más rechazo a la intimidad, a depender de los demás; se suele necesitar más distancia afectiva para no conectar con el malestar que provoca el exceso de proximidad”.
“Dando amor incondicional (sin establecer juicios), paciencia, estableciendo buenos límites (su actitud no puede arrastranos emocionalmente), dialogando, mostrándonos comprensivas... Si tenemos en cuenta que el apego construye nuestros modelos internos, que operan incluso no siendo conscientes, podremos plantearnos nuestras creencias, porque sabremos que afectan a cómo procesamos y actuamos”.
Así, si nuestra pareja ha recibido juicios de pequeño, no podemos actuar de la misma forma: no podemos dejar que identifique expresar sus sentimientos con una valoración negativa. Todo lo contrario.
Es una pregunta típica en estas situaciones. Sobre todo, cuando su actitud del momento difiere de la habitual. “La confianza es una de las bases que sustentan una relación sana de pareja”. Buscar el momento adecuado para no acrecentar la distancia y plantear nuestras dudas es fundamental en este caso. Tal vez lo que oculta es el simple miedo a ser juzgado...
Por Carmen Sabalete